dicen que los sueños no tienen propiedad, que son de dios, de alguien que existió sin saberlo... me confundo cuando pienso en cosas inexorable, pero tengo que contar mi sueño.. y sí, mi sueño... era como ver a través de un vidrio de agua... las personas paseaban por una estrecha calle llena de ladrillos y piedras, perros y caballos andaban cuando escuché la voz de una persona: "cambia el aire que respiras por amor..."... volteé para ver de qué se trataba cuando vi a un niño de cinco años... me acerqué y pude ver que ese niño era yo mismo a la edad de cinco años... ¿qué haces aquí?, pregunté... me dijo cosas que no podía entender... reía y reía pero no de burla, si no de alegría al encontrarme en su sueño... le pregunté si estaba en su sueño o en el mío... me dijo que eso dependía del momento en que cualquiera de los dos despertara... al escucharle, traté de despertar pero no sabía cómo... el niño se reía de mí, parecía saber lo que pensaba... me voy, dijo. ¿te puedo seguir?, pregunté... no, respondió... pero le seguí hasta que le vi saltar desde lo alto de un árbol, cayendo al piso, reventando como un globo lleno de agua roja... ¿habrá despertado?... de pronto sentí que alguien tocaba mi hombro. volteé y vi que era una señora bastante mayor... ven, me dijo... ¿hacia dónde?... volteó y sentí que una vez en la vida la había visto. sus ojos eran verdes y grandes, sus manos pequeñas, alta, vestía toda de blanco, y sobre su cabeza había flores rojas... la seguí. ella cogía mis manos... fue extraño, pues a cada paso que dábamos, sentía sus manos más delicadas y frescas, cuando llegamos a una casa, me dijo: este será nuestro hogar, en él nos casaremos y tendremos hijos y nietos, y nuestra descendencia será como las semillas de un árbol... entra, me dijo, y cuando le vi el rostro, era muy joven y hermosa, y allí recordé todo... entré y apenas puse un pie dentro de la casa, desperté... estaba echado en mi cama, mi perro lamía mi rostro, el sol brillaba, llenando todo mi cuerpo de sudor... me levanté y salí a la calle con mi perro, como todas las mañanas... no lejos de mi casa vi a una mujer alta, recordé mi sueño, caminé con mi perro hasta estar casi a su lado... hola, le dije. ella volteó y respondió: te estaba esperando... sus ojos verdes brillaban, sus manos tiernas se abrían como una flor, estaba en el cielo, pensaba, cuando traté de correr hacia ella, no pude ir rápido... tenía setenta años, casi con las justas caminaba y mi perro me ayudaba a seguir... ella aún seguía allí, pero al ver la realidad, decidí sonreírle y decirle que otro día será... regresé a mi casa, solo con mi perro, y cuando traté de mirar a la bella joven, no pude ver más nada que el parque lleno de flores rojas y el cielo con tonos verdes así como la mirada hermosa de un viejo y amado sueño...
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