Chabacanería El ruiseñor contempla una ramita (ramita es un vocablo inelegante, pero es el nombre) vamos adelante con lo que ví en el techo de La Ermita. Un niño de apellido Piedrahita con su cauchera tensa en un instante lanzando un alarido impresionante del cantor destrozó la cabecita. El sol se alineará con los planetas y las caucheras, rifles y escopetas volverán con sus dueños al averno. Y cuando hayamos todos perecido Piedrahita obtendrá su merecido en las profundas pailas del infierno.
Texto agregado el 10-01-2011, y leído por 202 visitantes. (2 votos)