III
En mi vida había matado a tantos hombres como balas habían sido transportadas a Kill City. Cada de una de esas cabezas no tardaba mas de un día en ser atravesadas por las balas de mi 9mm, era tan fácil y divertido como un niño jugando un vídeo juego violento.
29 años en el mismo empleo no le quitaba la emoción, siempre estaba abierto a nuevos retos y mas si se trataba de viajes a otros países, debo decir que fui pionero en eso, nadie en Kill City se atrevía a dejar "la seguridad de su barrio", esto hasta hace poco, ahora todos de han internacionalizado.
Hace dos días fui contratado para aniquilar a 5 soplones que se habían fugado de una cárcel de seguridad máxima, en el instante en que mi contratación me dijo eso, pensé, ¿soplones?, ¿en cárcel de seguridad máxima? este hombre creerá que soy tonto, sin embargo me quede callado y acepte el trabajo, como dije, me gustan los retos.
Inmediatamente investigué a estos supuestos soplones, paramilitares, fue lo único que pude encontrar, ninguno de ellos había pisado alguna vez la cárcel, ni atentado contra alguien, eran asesinos muy cuidadosos, profesionales. Tuve la sospecha de que alguien había contratado a 5 de los mejores para acabar conmigo.
De alguna manera sabia que este día iba a llegar y ciertamente estaba seguro de quien estaba detrás de esto. |