Visita
Una cálida tarde de verano un grillo se posó en el marco de mi ventana. Batía sus alas con persistencia como sirena de ambulancia. Corrí la cortina y lo invité a pasar. Juntos disfrutamos del día que enmudecía en su crepúsculo.
Texto agregado el 09-01-2011, y leído por 214
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