EL MOLINO DE LA LUNA LLENA



En la pradera, junto a los álamos del rió, se había instalado el pequeño campamento. Era un día gris y el cielo amenazaba tormenta, pero a pesar de todo decidieron salir de marcha. Fueron por la vereda del rió dejando a la izquierda un viejo molino, pero la curiosidad pudo a algunos chicos y se acercaron a ver qué había allí. Lo rodearon y llegaron hasta la cuantiosa maleza que había crecido en la puerta; se acercaron a una ventana que tenía los cristales rotos y se asomaron por ella: el interior era siniestro, un escalofrió les recorrió todo el cuerpo y salieron corriendo a reunirse con el grupo, y por su tardanza les tocó una regañina de los monitores. Siguieron la marcha pero no querían ir demasiado lejos por la amenaza de tormenta. Un poco alejada del camino, al otro lado del rió, divisaron una cabaña, buscaron un sitio para pasar y se dirigieron hacia ella. La puerta estaba abierta y entraron. Encontraron a un anciano con una gran barba , la cabaña estaba llena de pieles de diversos animales: zorros, lobos, algún ciervo... el hombre estaba guisando una liebre que había cazado el día anterior y les invitó a entrar y sentarse sobres la pieles extendidas en el suelo. Él se sentó con ellos y empezaron a hacerle preguntas sobre el viejo molino que habían visto .
-“Sí, el molino de la Luna Llena, le llaman así porque todas las noches de luna llena, como hoy , se oye aullar un lobo.
Hace ya muchos años, pasaron sucesos muy extraños en esta zona, todas las noches de luna llena aparecía cerca del molino una joven muerta, la última fue la hija de un cazador, que juró matar a la fiera que hubiera hecho aquello. La noche de luna llena siguiente se escondió cerca del molino para poder observar de quien se trataba, en esa ocasión pudo evitar el crimen, a la luz de la luna de aquella noche pudo divisar a una fiera que tenía aprisionada a una chica, la fiera huyó y el cazador pudo dispararle, pero no consiguió matarlo .
En el molino vivía el molinero con su mujer y su hijo. El chico no era muy normal: Era grande y muy peludo y en el pueblo no estaba muy bien visto. Después de aquella noche desaparecieron el molinero y su familia y no se volvió a saber nada de ellos, desde entonces no ha vuelto a haber más jóvenes muertas, pero tened cuidado porque esta noche hay luna llena, así que no os alejéis del campamento”.
Se asustaron por la historia y a eso había que unirle un gran trueno seguido de relámpago que iluminando el cielo sobresaltó a todos. Guardaron silencio. Esperaban que la tormenta no durase mucho para poder reanudar la marcha.
Ya era al atardecer cuando bajaron por la otra orilla del rió, en esta ocasión no pasaron junto al molino pero algunos chicos se quedaron con la incertidumbre de si era cierta la historia que les habían contado .
Empezaron los juegos de campamento estaba una noche espléndida y parecieron olvidarse de la historia del viejo. Cuando se fueron a dormir Carlos , Javi y Rubén, que compartían tienda , aprovecharon que todo quedó en silencio para acercarse al molino. No le hacia falta linterna ya que la luna llena estaba en todo su esplendor y no se veía ninguna nube a su alrededor que pudiera nublar su visibilidad. Buscaron un sitio detrás de unos setos desde donde se podía ver la puerta. Oyeron ruido, como algo que se movía entre la maleza y también algo que parecían gritos, observaron que la puerta no estaba como la habían visto por la mañana, y se distinguía una tenue luz en una de las ventanas. Los tres estaban temblando de miedo por lo que les fallaban las fuerzas para salir corriendo, se habían quedado petrificados y sin saber qué pasaría. Escucharon unos gritos y después un disparo, alguien grande salió por la puerta corriendo en dirección al monte y después más lentamente salió con una escopeta al hombro un hombre que les pareció el viejo de la cabaña que les había contado la historia. Salieron corriendo en dirección al campamento mientras oían unos aullidos a lo lejos, se encerraron en su tienda, los tres muy juntitos para protegerse, y se quedaron dormidos por el miedo y el cansancio.
A la mañana siguiente no sabían muy bien qué hacer y decidieron contarle la historia a los monitores a pesar del posible castigo. Se acercaron al molino y vieron que la puerta estaba abierta, oyeron quejidos en su interior, se guiaron por los ruidos y encontraron a una joven en el suelo, con las ropas desgarradas y heridas en rostro y cuerpo, estaba aturdida, no sabía muy bien que la había pasado , solo decía: “ El hombre lobo... y el cazador...”.
Los chicos fueron por donde habían visto huir a la fiera y lo encontraron tumbado lleno de sangre, tenía todo su cuerpo cubierto de pelo, pero era un hombre, y una bala de plata atravesaba su corazón, esta vez el cazador no había fallado, y sabía que la única forma de matar a un hombre lobo era con balas de plata, había estado vigilando todas las noches de luna llena desde hacía 25 años para poder vengar la muerte de su hija y la de tantas otras jóvenes. Ya podía morir tranquilo, la promesa estaba cumplida.





fin