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EL VALLE DE LAS MARIPOSAS

Lucía llegó a la cafetería donde esperaba encontrar a su amor anónimo. Estaba espléndida, aquel vestido rojo ajustado estilizaba su figura, era sin mangas y con un generoso escote, con el largo perfecto para lucir sus estupendas piernas. Se sentó en la mesa del rincón, junto a la ventana, como habían quedado. Él debía conocer bien aquella cafetería pues la había descrito perfectamente, le había indicado dónde esperarle. Ella también frecuentaba aquel lugar, por que quedaba cerca de su trabajo y el ambiente era muy agradable. Se quitó las gafas de sol y las dejó sobre la mesa, todo esto sin apartar la vista de la puerta, observando a todos los hombres que entraban aunque ignoraba la apariencia de aquel a quien esperaba.

Ya llevaba más de treinta minutos y él no llegaba, todas sus ilusiones se estaban yendo al traste . Iba por el tercer café y había fumado casi medio paquete de cigarrillos para hacer tiempo, no podía disimular su enfado por el plantón. En un arrebato se levantó e hizo tambalear la mesa, cayendo al suelo la taza, el plato y la cucharilla del ultimo café, lo que llamó la atención de todos los presentes para los que hasta entonces había pasado desapercibida. El movimiento ágil, el estilo desenvuelto y la esbelta figura que la caracterizaban junto con aquellas piernas bien torneadas y su andar provocativo no pasaron inadvertidos cuando abandonaba el local. Sentía las miradas de todos sobre su espalda, pero no se giró para ver lo que había pasado tras ella .

Al llegar a casa todo estaba en penumbra, nadie la esperaba. Adelantó su viaje con la idea de solucionar su situación definitivamente. Llevó las maletas a su habitación, que con las prisas de la cita había dejado en medio del salón. Se tumbó en su sofá favorito, cerró los ojos y se puso a pensar en los días tan felices que vivió pero que no resultaron ser lo que prometían.

Le vinieron a la mente sus días en la cabaña, se la había prestado su amiga para la investigación con las mariposas, situada en medio de un precioso valle, lo suficientemente cerca del pueblo para no sentirse sola pero a la vez alejada para poder centrarse y no ser molestada. Por el día se dedicaba a recorrer los campos en busca de la mariposa craellsia isabella para su estudio, objeto de su retiro.

La cabaña estaba en una ligera ladera, rodeada de pinos, donde podía encontrarse con relativa facilidad esta mariposa. Al final de la ladera, casi en el valle, se encontraba el pueblo. Recorriendo el valle serpenteaba un pequeño riachuelo, en cuyas orillas pasó bastante tiempo contemplando las cristalinas aguas y meditando sobre su situación.

La falta de comunicación que en los últimos tiempo ahogaba su matrimonio, era lo que más vueltas daba en su cabeza. La idea de separación se iba forjando como la mejor solución pero eran muchos años juntos y eso también pesaba: se sentía poco querida, su marido sólo tenía presente su trabajo y no tenía detalles con ella, aunque la relación parecía armoniosa a Lucía le faltaba algo.

Por eso en su retiro se aficionó a chatear en Internet: aquellas noches solitarias las llenó de emoción e ilusiones, y fue ahí donde conoció a un hombre encantador, con el que enseguida surgió la chispa. No sabía porqué, pero la hizo sentirse como en su adolescencia, cuando encontró a su primer amor. Se quedaba hasta altas horas de la madrugada chateando, después, salía al pequeño porche a tumbarse en su hamaca , a contemplar las estrellas, se emocionaba cuando veía una estrella fugaz y se apresuraba a pedir un deseo .En los últimos días el deseo siempre era el mismo, que aquella llama pequeñita que había llegado a su vida, se convirtiera en el fuego de un gran volcán.

Le abrió su corazón y le dijo cosas que no había contado jamás a nadie. Como el deseo de ser madre, su marido no compartía la ilusión de un hijo. Fue entonces cuando se volcó por completo en su trabajo, decidió hacer aquella investigación que si salía bien la podría llevar a la fama. El parecía estar también muy solo, sincerándose mutuamente, fue fomentado aquella bonita amistad , que con los días se convirtió en amor.

A ella la gustaban mucho sus detalles, aquellos ramos de flores virtuales o los versos improvisados la llenaban de emoción. Lucia a veces sentía miedo por aquel amor , que igual que había llegado, se podía marchar. Conocía tan poco de aquel hambre , solo el cariño que la demostraba , los detalles que tenia con ella y las tres letras de su nick AND.

La noche anterior fue decisiva , pensaron conocerse ella regreso sin terminar su estudio. Después de planear el encuentro, en el último momento no apareció, se sintió decepcionada.
Ahora se veía allí, en el sofá de su casa casi derrotada. Esperando la hora de su cita de todas las noches, para saber realmente que le podría haber pasado.
La devolvió a la realidad el ruido que hizo la puerta , entro su marido en el salón y se sorprendió al verla allí, con aquella cara de abatimiento. Se acerco a ella y la beso en la mejilla
-¿qué te pasa estas enferma? ¿cómo regresaste tan pronto?
-No, no estoy enferma solo un poco cansada. Necesito hablar contigo.
-Mañana, ahora tengo mucho trabajo.
-Solo quería decirte , que hay otra persona en mi vida. Quiero la separación.
-Mi corazón también esta ocupado. De la separación ya hablaremos. Si me disculpas.
Alberto se encerró en su despacho , como siempre solía hacer .
Ella cogió su portátil , lo instalo sobre la mesa del comedor , y se dispuso para saber que la esperaba esa noche en el chat. Miro el correo , se la ilumino la cara al ver que tenia un correo de su amado. Lo abrió sin mas preámbulos , con la ansiedad de saber que pasaba.

Querida Lucia , lamento mucho no poder haber ido a nuestra cita , espero que no estés enfadada , y pueda hablar contigo esta noche como siempre . Un beso suave y húmedo AND.

Lucia cambio la angustia de todo el día por el nerviosismos de poder volver a charlar con el. Sin mas demoras cargo el chat y allí estaba ADN. Llamándola por el privado . Lo primero que la mando fue, un beso y una flor. Después se disculpo por su plantón la explico cuales fueron los motivos.

-Sentí un miedo atroz, de tu reacción al verme . En el ultimo momento me convertí en un cobarde .
- ¿Por qué crees que voy a reaccionar mal?
- Tengo esa sensación. Y no quisiera perderte.
- ¿ si quieres quedamos mañana para cenar?. Me gustaría que me prometieses.
- ¿ Que, Quieres que te prometa?
- Que pase lo que pase , no me rechazaras.
- Lo prometo.
- De esa manera me sentiré mas seguro no quisiera volver a flaquear. Tengo la sensación que te voy a decepcionar. Eso seria lo ultimo que quisiera.

Hicieron planes para la noche siguiente.

- Conozco un restaurante muy tranquilo . Se llama el mirador del rio , Lo conoces?
- Si lo conozco , creo que alguna ocasión estuve en el. Le recuerdo con un ambiente muy agradable y intimo.
Ella creía recordar aquel restaurante, hacia mucho tiempo que no iba a el pero en el paso momentos muy románticos con su marido, la gusto la idea . Se despidieron hasta la noche siguiente

Lucia se quedo pensativa recostada en la silla. Soñando con aquel encuentro. Cuando oyó, la puerta del despacho de Alberto que se abrió y se dirijo al dormitorio. Ella se entretuvo, para cuando llegara a la cama ya estuviera dormido Así evitaría hablar con el. Por la mañana cuando Lucia despertó ya no estaba.

Entro Lucia en el restaurante, era un sitio tranquilo. Le extraño que no hubiese nadie. El camarero la llevo a una mesa situada frete al gran mirador, desde cual se divisaba el pequeño embarcadero. Todavía alguna pareja disfrutaba de los últimos momentos de su paseo aprovechando el crepúsculo. Sonaba una música suave de fondo de repente cambio. Comenzó a sonar boleros cantados por Luis Miguel.
Entro el camarero y la entrego un ramo de rosas rojas, con una nota la que se apresuro abrir , decía.
Mis errores han sido muchos pero estoy dispuesto a cambiar y vivir una nueva vida junto a ti ,si me lo permites . Tal y como habíamos planeado .
AND
No la dio tiempo a reaccionar. Sintió unas manos en sus hombros que la acariciaban suavemente y unos labios en su cuello, depositando un sugerente beso. Le retiro el pelo y la susurro al oído.
TE AMO TE NECESITO Y TE DESEO.
Al reconocer aquella voz se levanto. Alberto sin dejarla pronunciar palabra acerco sus labios a los de ella y los dos se fundieron en un beso apasionado .Sonaba de música de fondo. Sabor a ti...
Los dos recordaron aquella canción , es la primera que bailaron cuando se conocieron. Se abrazaron y la volvieron a bailar de nuevo.


FIN





Texto agregado el 11-07-2004, y leído por 604 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
11-07-2004 Un bonito paseo por tu valle de las mariposas, y te dejo, en pago, mis estrellas ! maravillas
 
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