Me siento mal, tengo el presentimiento de nunca encontrar a Lumen, a la niña ojos de Luna.
No sólo son sus ojos los que busco, también su alma, esa alma azul, con el frío de la nostalgia, con ansias tremendas de cariño.
Sólo hallo hipocresía en las voces, e inferencia en las miradas, nadie tiene tiempo para oír la payada sincera de un onírico andante, de un buscador de lo imposible, que no pide monedas sino un poco de su atención, quiere entrar en tu corazón, abrir los brazos y volar, deslizarse por tu alma.
¿Me tienes miedo?... no confías en mis letras, quizás les tienes asco, por que se arrastran por el barro del temor, entre tus pies, entre tus pasos, se cobijan en tu sombra…
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