Te contare una historia, algo basado en la realidad, algo que un corazón ingenuo sintió en algún momento:
Había una vez una princesa, una princesa sin suerte, sin visión ni mucho menos misión, pobre, tenía el corazón vacio, y lastimado, si… realmente lastimado, esa princesa tenia a una reina y un rey, también un hermano que le quería mucho y que estaba dispuesto a interponerse entre una bala y la princesa, lo tenía todo, solo le faltaba que su corazón fuera descongelado, se estaba convirtiendo en un zombi.
Un buen día la princesita encontró a un mozo, alguien en que al instante lo comparo con un príncipe y se dio cuenta que el príncipe era muy poca cosa comparado con el nuevo mozo, ella se dio cuenta que el mozo era su príncipe azul, lo único que una chica pudiera pedir.
Pero obviamente como en cualquier historia, no todo es perfecto, y eso es porque el mozo no podía ser aquel príncipe azul que ella pedía, no se sabe el porqué, bueno en parte esta princesa no es como en todos los cuentos, no era primorosa ni tampoco la belleza andante que se acostumbra a ver en los castillos, ella era diferente, muchos decían que llevaba la belleza por dentro, pero el mozo se espanto cuando se entero de los sentimientos de la princesa, se alejaba de ella pero para cuando esto ocurrió ella ya no tenía corazón puesto que se lo había entregado por completo al bello mozo, para cuando él la rechazo definitivamente estuvo a punto de perder la razón pero era una princesa mas no cualquier tonta y decidió seguir luchando aun cuando sabia que el mozo no la quería, que para él solo era una conocida y punto. El tiempo paso, en una lucha muy encarnizada murió la reina, la princesa soporto el dolor, la locura, la ira del rey en contra del destino y el rechazo de su mozo, todo esto sin que se le moviera siquiera un cabello de su lugar, pero en la enésima vez que le expreso su amor al mozo y él se mostro demasiado críptico con ella decidió olvidarlo para siempre y vivir lo que le quedaba de vida, tal vez como una arpía avinagrada, o tal vez viajaría lejos de aquel lugar y buscaría un príncipe, pero siempre que trataba de pensarlo de ese modo sus ojos se desbordaban de amargas lagrimas de tristeza, muchos príncipes de otros reinos la intentaron persuadir para que abandonara su desconsuelo, otros la pretendieron sin obtener un si por respuesta.
Así paso la vida de la princesa y aun cuando lloro mucho por el mozo decidió no olvidarlo y quererlo por el resto de sus días…