Era un hombre
desarmado,
el cuerpo aburrido
de acompañarlo
de magulladuras, heridas...
y por que no decirlo
de torturas

ese hombre
era como el viento
no era de sur ni de norte
pero era como el viento

parecía tener la mente
y el corazón torcidos
había tanta pena en esos ojos
tanta alegría en esas manos

sonreía descarado
mientras las lagrimas
negras de rojo llanto
mojaban los pies de su muerte
pero él mantenía la mirada
como si la hubiera esperado por largo tiempo

tan miserable era la imagen de ese hombre
tan nimia su firmeza
que llamaba
a arroparlo o darle de beber
a abrazarlo para siempre

los ejecutores, sin embargo, ejecutaron
no sin antes tomar su imagen,
e imaginar que era otra cosa
cualquier otra cosa menos "eso" que ahora era

comenzaron a imaginarlo enemigo, a imaginarlo
maldad a imaginarlo una silla, una piedra
a imaginarlo, a imaginar...
y ese fue el ultimo acto de aquel poeta
que sonreía no a la muerte
sino al hombre

dejó un último poema
que pasó de los soldados
a las gentes
a los hijos, a los nietos...

hasta que humildemente
otros tomaron ese poema tan simple,
y se descubrieron también poetas
de ese sueño llamado memoria o imaginación

de ese sueño de hombre
libre de toda muerte.

J. U.