Puede que la respiración, el aire,
los cantos cantados y las voces con todo e ilusión;
puede que la luna y sus ojos,
hasta caber todo el mundo y el dichoso edén
pero no cabe, segura estoy de que no.

No cabe este remolino químico,
que experimenta mi piel.

Las descripciones, símiles, o metáforas
no contienen las imágenes y colores que
se comunican en iris.

Ningún verso encierra la cadencia de
oscuros susurros,
tres silabas resultan más perfectas que
un alejandrino,
y los porqués no admiten la síntesis
de estos u otros versos.

No cabe decir en un verso lo que
cómo, por qué te quiero…
Y resulta que aunque mis te quiero no caben en un verso,
mi mejor verso es… TE QUIERO.