Mi cara frente al espejo
esperpéntico clamor al cielo,
mis dedos ya no alcanzan
a tocar el agua pura de la mañana
y duele el dolor
de las noches en vela,
de las noches de luna llena.
Huyen mis pies por mis sueños
siendo dueños
de la voluntad del cielo,
se derrama el agua que me daba de beber
y vierten mil aullidos en mi fe.
No estoy desnudo frente al pasar,
no estoy solo frente al caminar,
no estoy a solas en ninguna habitación,
solo son esos rumores
tanto de día como de noche
de que se acaba el rio que se nos dio.
Jerez, 2 de noviembre de 2010
Texto agregado el 03-01-2011, y leído por 103
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Lectores Opinan
03-01-2011
el río de la vida... me gustó la desesperacion del poema tanitani