La verdad es que no es muy original, más bien es un recurso desgastado y facilón, sin embargo no puedo evitarlo… me gusta comenzar los cuentos por el final. Quizás solo es una consecuencia de mi pereza, se me hace más fácil iniciar algo que ya está terminado. Hoy por el contrario no encuentro la última frase y por tanto, tampoco la primera palabra. No sé cómo empezar, ni que relatar. Hay creo que al auténtico final es que se me acabaron las letras. Por eso lo mejor será probar dejando la página en blanco.
Muchos pensarán: “¡Y a mi que me importa!”. A lo que yo les respondería: “¿Si no te importa, porque coño lo lees?” Que yo recuerde no he invitado a nadie a leer esta mierda. Por supuesto, puedes poner al final tu comentario, o derrochar tu genio en mi LDV. Sin embargo, piensa que las opiniones son tan íntimas como los escusados, cada uno tiene su retrete preferido para cagar. ¿Qué a ti no te importa cagar en cualquier parte? ¿Y no entiendes porque nunca se te va ese salpullido de la entrepierna? En fin, te anticipo que no voy a estar de acuerdo contigo y además ni me molestaré en desmentirte.
Aclarado este punto me gustaría mostraros mis defecaciones, a modo de reflexión. Sois libres de aceptarlas, o tirar de la cadena. Durante los pocos años en que me duró la inspiración he creído aprender un par de “cosillas” sobre el mundillo de los escritores aficionados en internet. Pero justamente ayer mis musas me abandonaron y sus enseñanzas se fueron con ellas. Básicamente lo único que ahora se de literatura es que la inventaron los feos y los pobres. Los feos para ligar y los pobres porque no tenían dinero para ver películas o ir al teatro. De hecho para saber si se es un buen escritor, de nada sirven las opiniones de compañeros, maestros, o editoriales. Solo hay que preguntarse, ¿lo que escribo me sirve para que alguien me alegre la cebolleta? Es decir, ¿lo que escribo me sirve para enfundar el sable?, o ¿lo que escribo me sirve para coger? Esa es la pregunta crucial con la que un auténtico escritor mide su talento. Por supuesto da igual que plagies a otros, eso se puede considerar intertextualidad. ¿Qué diferencia la intertextualidad del plagio? Si la dama cortejada se da cuenta del plagio… estás muerto (sentirá que la estás intentando engañar) por tanto eso es plagio. Si la dama cortejada no se da cuenta, es un claro ejemplo de intertextualidad. Por eso es tan importante tener en cuenta al público ha quien se dirige un escrito.
En mi caso las musas vienen y van. Y hasta ahora mis artes literarias iban compensando los excesos de mi dieta. Sin embargo la edad no perdona y poco a poco mis escritos, a tenor de los resultados, son más mediocres. Ayer, cuando mi musa me dejó, vi cercano mi declive como escritor. Mi pluma ha perdido encanto a la vez que mi barriga ha ganado felicidad. Siento la flacidez de mis letras ya cercana. Por eso mi consejo para este nuevo año es aprovechar cualquier oportunidad para escribir mucho y muy variado. No poner límites a la creatividad, dejarse llevar por la inspiración y sentir el placer de practicar la cultura en compañía. Compartir y disfrutar nuevas experiencias que te expandan, o te llenen. Permitir que tu talento alcance su máximo vigor. Explotar capacidades y volcar conocimientos sobre alguien ansioso por recibirlos. Aunque las palabras son baldías para expresar algo tan profundo. Nada mejor que una canción:

http://www.youtube.com/watch?v=lQlIhraqL7o

Un saludo.