Mis ganas de verte no reconocen razones. Son anhelos simplemente de encontrarte entre ese mundo de gente que se jacta de ser hoy así como indiferente. Mis deseos son fervientes y los digo, sin tapujos, pues así es como soy. Mis ganas de verte son mías y las defiendo pues de esa forma entiendo la manera de vivir. Mis ganas son cómo alondras que tiemblan en mis faneras, reverberan en tus cantos y producen escozor. Por fin he comprendido que sin mis ganas de verte ya no concibo mi esperanza y mi sentir.
Texto agregado el 01-01-2011, y leído por 270 visitantes. (3 votos)