Gorgias
Las palabras esconden las cosas,
las transforman,
las vuelven objetos obtenibles,
son el cómplice perfecto,
nunca refutan,
su voluntad fue mutilada por su creador,
el lógos no fue el principio,
solo abismo,
el absoluto que aleja al cuerpo de los cuerpos,
que diferencia,
la piedra primordial de la explotación,
la cosificación deshonrosa que hace de unos dioses y de otros animales,
de los ricos lo bueno,
de los pobres lo paupérrimo,
lo despreciable,
lo temido,
lo por temer.
Las palabras no son victimas del victimario,
Son el mejor de sus latigos,
Ese que cala en la inconciencia el limite del pensar,
El cerco de hierro que se levanta para no ver.
La rebelión del hablante,
no es más que autoflagelación,
que caer preso voluntariamente de una lógica sin fisuras,
por eso el sofista callo,
previó su juicio,
vio a las palabras mover los dedos que acusan,
las piras que deshacen los huesos.
Desconfío de la leyenda de la voz,
de la apoteótica victoria de la idea,
intentare volverme indistinto en el todo,
en el mundo,
en lo que hay,
solo así caerá la injusticia que se vale de la justa palabra para vestirse de necesidad,
solo ser y ya,
aunque por hoy le siga el juego.
la escribi hace un tiempo... posiblemente a principio de este año o a fines del pasado que se yo
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