Un día quise escribir nuestra historia y terminé escribiendo tu nombre,
no lo borré, lo deje para atraer tu recuerdo,
mi mente empezó a viajar por el tiempo, por tus besos,
por tus manos, por tu pelo, por tantos momentos, por tantas palabras,
la tinta fluía, mi mano trazaba letras, palabras, frases, recuerdos, risas, abrazos, besos…
sin darme cuenta estaba llorando,
sequé el papel que había mojado, quise leer lo que escribí.
Fue cuando me di cuenta que había escrito mil veces tu nombre.
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