Inicio / Cuenteros Locales / pasajera / sin escape
Un joven singular la seguía con la mirada. La mirada fija y quieta de un estanque de peces muertos. La mirada azul de un ahogado que tal vez ha fumado demasiados porros.
Ella a diez metros, bailando en otro puerto. Un lugar armonioso que se había creado a instancias de su depresión. Un suspiro de aquellos labios que no eran jugosos, de aquella boca que no era sensual…¿y qué más da? Pues él seguía mirando. Aparta la mirada. Pero ahí estaba otra vez.
El joven se negaba a quitarle el ojo. Simplemente le parecía imposible. Aquella rareza debía de resultarle excitantemente cegadora, como cuando pegas los párpados de tu hermanito con logtite y lo dejas en la terraza. A la intemperie.
¿Qué miras? Inocente. No, yo soy la inocente.
¿Tú inocente? Ja
Silencio.
Y después pasarse uno por delante al otro, y desenredar miradas y vuelta a mirarse y repasarle a ella las curvas. Y ella lejos, ya en otro puerto, bailando…inocente, sí, ¿y qué?
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Texto agregado el 29-12-2010, y leído por 91
visitantes. (1 voto)
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Lectores Opinan |
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29-12-2010 |
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Buen texto, sobre todo ese final******* jagomez |
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