Este libro marca cómo se puede llegar a desbancar la tierra, a los hombres y a la vida en sí.
El código está aquí escrito, un código que manipula aspectos que nadie conoce, pero que si se sigue se llegará a la total victoria ...
De entre los muros que sellan la tierra, existen puertas que llevan al abismo, Yó las abriré y os visitaré. Aquellos que quieran seguirme que lo hagan, pues serán parte de mi ejército. Vivirán siempre a mi lado y mi reino no tendrá fin ...
Legado I.
La entrega de las llaves de la puerta a mi elegido, a mi amado discípulo quién entrará en vuestro mundo para restaurar mi poder en él.
La llegada del Enviado.
Nunca ví algo como tú.
Jamás escuché una voz como la tuya.
El día que llegaste el cielo se nubló, las aguas de los ríos se estancaron y los pájaros huyeron como si algo malo fuera a ocurrir.
Nadie sabía que estaba pasando en verdad, pero todos teniamos miedo, miedo de que algo llegara de los cielos para hacernos desaparecer.
De la luz a la oscuridad en cuestión de segundos.
De la paz a la absoluta inquietud.
Un juego macabro que en ese momento ninguno entendimos y por el que algunos murieron con los ojos abiertos pensando en lo peor.
Todo porque tú llegaste y cambiaste nuestro entorno por otro diferente, un entorno que aterró hasta al último ser vivo que habitaba aquí.
Cuando aterrizaste sobre nuestro suelo la tierra manó sangre, que después se comprobó que era un metal de color rojizo, pero claro está, en esos momentos todos pensabamos que la tierra lloraba su final.
Después los árboles que rodeaban al pueblo se partieron en dos y de sus raices brotó un sonido quebrado, un sonido que todos oímos, como si algo hubiera lastimado a esos que desde años nos cubrían del sol.
Y entonces lo entendimos todo, eras cómo un ángel oscuro que había volado desde algún lugar lejano para traernos la amargura y el desorden.
Nos sonreíste con sarcasmo y entre tus brazos llevabas a la muerte, sí, a la misma que se llevó a unos cuantos de nosotros cuando apareciste.
Nos invitaste a seguirte no sabiendo bien hacía donde, pero cuando llegamos a nuestro destino nadie quiso dar un paso más allá de donde estaba.
Era el cementerio, el lugar donde nuestros amigos y familiares descansaban en paz.
¿ Qué querías hacer allí en verdad ?.
Pronto lo supimos, pronto nos dimos cuenta de que el horror no había acabado, sino todo lo contrario, tú habías comenzado a extenderlo ...
Te pusiste en medio de sus tumbas y en un idioma envuelto en lenguas de fuego te arrodillaste, haciendo que las losas se movieran y los muertos despertaran.
Todos salimos corriendo como si nos empujara el viento, Yó miré un momento hacía atrás y la imagen que ví jamás se me olvidará.
Los que pudimos cogimos nuestros vehículos e intentamos desaparecer del pueblo dejándolo todo.
Los coches se agolpaban en la salida, hubo accidentes de todo tipo, la estampida fué la más horrible que recuerdo en todos mis años de vida.
Después de unos días de incertidumbre, sin saber que hacer ni a dónde ir, volví sobre mis pasos de nuevo con la esperanza de que te hubieras ído y de que todo aquello que mis ojos vieron y mis oidos oyeron hubiera sido una pesadilla simplemente, una espantosa pesadilla que hubiera encontrado yá su final.
Pero cuando llegué lo que ví fué un gran caos, el pueblo destruído en toda su magnitud.
Había cosas horribles que se paseaban dando tumbos por las calles, cosas que no puedo decir en verdad que fueran los que estaban antes enterrados.
Y de pronto te ví entre ellos. La imagen era extremecedora en verdad. Ellos comían de tí, de tu carne y de tu sangre. Vivían porque tú eras como un suero para ellos.
Conecté la radio y escuché que había más como tú en otros puntos de la tierra. Más que habían levantado un ejército desde la misma muerte.
Cogí de nuevo mi coche y empecé un viaje sin fín, un viaje desesperado por encontrar a alguien que no fuera como vosotros en algún lugar ...
Escrito por Carlos Them.
© Copyright Carlos Them 2010. Todos los Derechos Reservados. All Rights Reserved. |