Dios: ¡Puedes ir, Padre de la Perdición a la tierra!, pero no tocaras a los hombres, solamente con voces has de inflingirles males.
Demonio: Demasiado débil, padre, muy facil es ver a los hombres caer.
Dios: Decended y venid a mí, decidme lo que en ellos ves... si logras converncerme de que son viles y sin bondad alguna, levantaré oleadas de fuego de la tierra y los cubriré...
Demonio: ¡Hablas a la ligera!, Señor de los Cielos, ahora pues decenderé, como los hicieron ellos y yo, con forma de Serpiente...

Entonces el demonio bajó y se mezcló entre los hombres, llegó a la ciudad de Sodoma. El Demonio se vistió de hombre, pero ocultaba sus ojos, pues aún tenían el amarillo de la serpiente. Andubo pues entre los hombres, llegó al mercado y los observó: en un costado, tirado y mal oliente, un hombre, después otro, y cinco más allá, rodeándose los unos a los otros, temerosos del contacto externo, así, el demonio los vio adorar a un Burro de Barro, y el burro, lamentablemente construido, se erguía como la figura misma de la decadencia. Los hombres (arrodillados y lanzando sus oraciones al Dios de barro), se conlgomeraban más y más. Entonces las calles de llenaron de ellos... más adelante, con el paso de las horas, llegaron varios hombres, sin duda ricos, quiens altivamente paseaban en carros finos y delicadamente adornados; iban conbrando la renta, o bien alguna paga atrazada, ellos eran como lobos que comian ovejas.

Después, entre las cabezas bajas, una se destacó. era este un viejo, de ralo cabello, de labios pálidos y rostro inteligente.

Hombre: Levantaos, levantaos, no deben dar sus rodillas al duro suelo por una figura que viene del mismo; arriba, es acaso que no hay hombres de verdad en esta tierra, o solamente adoradores de la nada, que se ocultan en capas raídas para no ser vistos por el vecino ¡No oculteis los rostros!, levantaos y mirad hacia arriba, tratad de elevaros, pero yo, que os veo desde abajo los insto a elevarce como lo he hecho.

Nadie atendió a las palabras y siguieron en mundanas oraciones.

El demonio sonriente se acercó al Hombre.
Demonio: ¡Debilidad!, Esa es la verdadera condición humana...
Hombre: solamente de algunos hombre, su merced.

El hombre se percató del brillo de aquellos ojos, fieros y amarillos. "Es un ente Ultranatural, sin duda, lo veo por sus ojos"

El hombre acercó al Demonio un poco de pan:
Hombre: Venid, hermano, comed un poco... pues no os conosco y sin duda has de ser extranjero, que no os asombre la condición de Sodoma, pues asumo que muchas ciudades comparten el mismo destino...
Demonio: Si no es que todas, su señoría.
Hombre: Os veo y me asombra lo bien parado que estás, pareces de semblante Real, acaso y Príncipe disfrazado que visita lejanas tierras, quizá para hacer negocios.
Demonio: No muy lejos de la verdad estás, hombre, pero dadme su nombre, noble señor, pues sin duda usted se destaca de entre la plebe.
Hombre: Noe, es mi nombre, o ese me ha puesto mi padre...
Demonio: Digo a su merced, vos pareceis un Pastor que trata de arrear una manada de torpes ovejas, que estando junto a un elevado precipicio, no atienden a su llamado y más de acercan a la fatal orilla y se hunden en oscuridades inconsignables.
Hombre: ¡Pero que palabras tan extrañas me decis!
Demonio: Para nada, para nada... parece que mis negocios en la ciudad han terminado... Os vere luego, hombre de blanca barba, por ahora parto de las áridas tierras de estas comarcas.

El demonio se alejó de állí, al ver que nadie a su costado estaba, se retiró el abrigo harapiento y ascendió como centella al estrellado cielo. Dios lo vio llegar y el demonio le platicó lo que había observado. Dios afligido aceptó con tristeza.

Demonio: ¡He encontrado tres tipos de hombres en el mundo: el primero es una oveja, es un ser que se mueve con otras ovejas, que no es nada fuera del rebaño, es maleable, es débil es el eslabón más debil de la cadena... los hombres son brutos e ignorantes. Los segundos son los lobos, los comedores de ovejas, ellos mismos fueron ovejas antaño, pero sufrieron una metamorfósis a temprana edad que los despójó de la lana y les salieron colmillos y garras; suelen vivir del rebaño de ovejas. Los terceros son los de menor número, los especímenes más extraños. Ellos son lobos que mutaron a Pastores: la principal tarea de ellos es tratar de salvar a la mole inutil que es el rebaño, es un pastó que peleará con lobos... pero hay demasiados lobos, no es de extrañar que un grupo de lobos de muerte al pastor, temerosos de que las ovejas muten, pero el pastor es inteligente y tonto, no hay forma de salvaguardar a las ovejas, son peso muerto... eso e visto en los hombres...
Dios: Reconosco que teneis la razón, ahora emergeran fuegos de la tierra y del cielo, y se quemaran los hombres.

Dios meditó y a pocos Dias hizo llover el fuego sobre las cabezas de los hombres. El demonio se fue contento, creyendo que su influencia había afectado a Dios, sin saber que Dios ya tenía planeado hacer llover llamaradas sobre Sodoma y Gomorra... El demonio, desde una alta montaña, veía caer lenguas ardientes desde el cielo y ver salir llamas de la tierra.