GLENDA.
Un país catalogado como potencia mundial, un edificio, el piso 29, un hombre vestido de traje obscuro, camisa azul cielo a botones y corbata azul marino a rayas; permanece fijo observando por el ventanal por varios segundos, hasta que un sonido “toc, toc” interrumpe aquella escena; el hombre de traje dice:- Adelante- , y la puerta se abre dejando ver un sujeto de mediana estatura, con la cabeza casi calva, vestido con una bata de color blanco y con anteojos; éste se le acerca al hombre de traje y le dice:- señor el virus está listo-, el tipo trajeado contesta:- excelente, ¿y el antídoto?-, -estará listo antes de un mes, señor-, el sujeto de traje sonríe…
Un país, conocido como tercermundista, pero en “desarrollo”, una Universidad pública, un salón con las siglas 8-A y un joven dentro preguntándose “¿hasta cuando me animaré a hablarle a Mari?; el profesor continúa la clase y sigue hablando, pero este joven pareciera no escuchar las palabras que salen de su boca, ya que no deja de contemplar a la chica más seria del salón, Mari. Termina la clase de economía, el profesor sale y Mari continúa revisando sus apuntes, mientras el joven sigue mirándola; dos chicas más, sentadas a un costado del muchacho murmuran:- hay ya viste a Neto le gusta la matadita del salón, si, teniendo tanto pegue y se fija en la rancherita esa-, Neto alcanza a escuchar, pero decide ignorarlas.
Es la hora de la salida y todos toman sus cosas para irse; Neto cierra su mochila gris y sigue mirando a Mari, parece ser que ha llegado el momento de hablarle. Toma valor, suspira y se acerca tímidamente a ella. Está justo detrás de ella, Mari sigue guardando sus útiles en su bolso, Neto le toca muy suave el hombro y le dice… - hasta mañana-, y sale corriendo.
Es viernes, Neto sabe que no se va a animar a hablarle y sabe también que tiene que hacerlo porque el sábado y el domingo no va poder verla y no sólo porque no hay clases, sino porque Mari es de fueras y regresa a su poblado todos los viernes, no hay de otra es ahora o nunca.
El reloj ha marcado las 19 horas, es el momento de la salida, Neto está preparado, se repite una y otra vez lo que tiene que decir, es el momento; Mari ha terminado de recoger sus útiles, Neto se levanta de su butaca y se pone frente a ella: -Hola-, -Hola-, contestó Mari, con media sonrisa en su rostro, Neto continúo: - yo me preguntaba si tu...- , -¡Hola Neto!, ven…-, dijo una compañera del salón llamada Mónica mientras jalaba a Neto del brazo, -oye Neto me dijeron que no tenías novia-, Neto pensó que si le decía que sí se la iba a quitar de encima, así que contestó: - Si tengo-, -Hay, entonces me informaron mal-, dijo Mónica mientras se tocaba el cabello. –bueno, ¡adiós!-, se acercó Mónica y quiso despedirse de beso de Neto, pero Neto sólo dijo –adiós- y se alejó, Mónica arrugó la cara. Neto regresó a donde Mari para terminar lo que le iba a decir, pero era tarde, Mari ya no estaba.
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