8-nov-10
Besos de sangre
II
j.E.P.a
Jonathan: -Di tus últimas palabras criatura infernal.
David: -Si tuviera una última cosa que decir, créeme que no te las diría a ti.
Jonathan: -Si no me tienes nada que decir, !díselo a ella¡
David: -!Thili¡ !maldito desgraciado déjala ir¡, !Te prometo que si la tocas¡…
Jonathan: -¿Qué harás desgraciado?… ¿Me matarías como a mi hermano?
David: -Ya te lo he dicho, yo no fui quien lo mató.
Jonathan: -¿Estarías dispuesto a sacrificar a este adefesio con tal afirmación? Dime maldito, ¿te gusta quitar la vida a inocentes?, ¿ves esto? Esta maldita estaca será la que voy a clavar en el pecho de este demonio sino confiesas.
David: -No la toques, escucha yo lo maté, ¡escuchaste! Yo lo hice, por favor no la toques.
Thili: -Amor, no mientas sabes que tu no fuiste. ¿Por qué lo haces?
David: -Mi princesa de la noche, sabes que puedo dar la vida por ti una segunda vez.
…
Thili: -Amor…. Recuerda que siempre vamos a estar juntos.
David: -Por siempre y para toda la eternidad.
Jonathan: -Sufre, como algún día yo sufrí, ahora ella ardera en el infierno como tú lo harás muy pronto, por fin sentirás lo que es perder a un ser querido aunque sea por un instante.
David: -Eres un completo pedazo de ¡mierda¡ ¿es que estás ciego?, !veme a los ojos¡, ¿no puedes reconocer tu sangre?.. ¿Hermano?
Sus malditos ojos llenos de arrepentimiento, llenos de sorpresa y alegría combinados con una gran dosis de espanto, no quería mas que sacarlos de sus cavidades y aplastarlos hasta que quedaran secos y totalmente deformados.
Vince: -Después de lo que me confesaste no imagine que quisieras hacer esto.
David: -Ese maldito fue quien me quito a Thili, me despojo de su amor y sus manos frias, ahora no tengo razón para seguir siendo un diambulante nocturno sino tengo a la luz que me iluminaba.
Vince Kurten, el hermano menor de Thili y ahora mi única familia, no tenia en quien confiar mas que un él, un joven que se quedó en los 21 años, extremadamente delgado y atlético, sus cabellos obscuros y largos le daban la apariencia de un verdadero chupasangre despiadado y arrogante, pero yo sabía que no era así, sino todo lo contrario, pensante, inteligente, tranquilo.
Vince: -¿Estas seguro que por aquí pasa tu cazador?
David: -Completamente, sus predicaciones terminan siempre a la misma hora y esta ha sido la ultima casa que ha visitado por los últimos 20 años. Créeme que lo se muy bien.
Nos encontrábamos en lo más alto de un viejo teatro esperando por la sangre fría que se atrevió a quitarme a la razón de mis noches, observando hacia el mismo sitio donde yo fui transformado.
Esa noche yo me encontraba esperando a mi hermano Jonathan de su ultima predicación fuera de la casa, justo cuando prendía un cigarro ella apareció, llegó de los cielos como un verdadero ángel, pero yo sabía lo que era.
David: -¿Quién eres tú?- le dije con voz cortada.
Thili: -Soy la muerte.
Se acercó a mí y deje caer mi cigarro aun apagado a la fría nieve.
David: -Eres un vampiro- dije asustado- Ella sonrió y fue cuando pude conocer la belleza del que todo el mundo hablaba.
David: Por favor no me mates, quiero ser alguien como tú, déjame conocerte.
Thili: -Lo siento pero no dejare que caigas en la misma maldición que yo.
Dio un paso más hacia mí, me tomó de las mejillas y deslizó su lengua sobre mis labios, inclino la cabeza un poco hacia su derecha y olfateó mi cuello. El miedo que recorrió toda mi espina dorsal hizo que se me erizara toda la piel.
Thili: -Te deseo.- dijo con su sabe voz.
Yo temblaba pero estaba ansioso de que lo hiciera, que me arrebatara la vida y me hiciera uno con ella.
Separo sus labios, dejo ver sus afilados colmillos y medio el beso en mi cuello más reconfortante que en mis 28 años de vida me habían dado. Sentí que mi cuerpo se dormía lentamente, era como una nueva droga para mí, pero yo sabía que estaba muriendo, faltaba poco para que absorbiera la totalidad de mi alma cuando escuche la voz de él.
Jonathan: -¡Aléjate de él dominio¡
Thili dejo de chupar inmediatamente, soltó mi desmayado cuerpo dejándome caer en le pavimento seco. Aun pude ver a mi hermano con un rosario en la mano y una de sus botellas con agua en la otra antes de desmayarme.
Thili: -¡Tu no eres nadie!, ¡Tu dios no puede hacernos nada! ¡y algún día pagaras las consecuencias de maldecirnos!
David: -Hermano, déjala ir por favor.- dije casi muerto.
Jonathan: -David, resiste yo te sacare de aquí, te llevare con el doctor y todo saldrá bien.
Gire a ver si aun estaba aquella diosa de la libidinosidad ahí, pero solo vi como desapareció en la niebla, dos segundos después caí desmayado en los brazos de mi hermano.
Vince: -¡Mira!, el desgraciado ha salido de esa pocilga.
David: -Lo sabía, así como sabia que traería a sus 30 hombres pegados a él
Vince: -Hoy si voy a quedar muy satisfecho.
David: -Si, pero no olvides el plan, distraes a sus esclavos, mientras yo me encargo de él.
Vince desplego sus enormes alas negras marcadas por los pasos de los años y se abalanzó hacia los asesinos de criaturas no vivas. Con un grito más que demoniaco Vince hizo que el grupo de fanáticos religiosos se percataran de la abominable criatura que se dirigirá hacia ellos dispuesto a acabarlos. Los hombres de Jonathan, ahora armados de escopetas después de la última escena vivida con nosotros, avisaron con un grito de guerra a Jonathan quien de inmediato dio la orden de fuego. Mi ahora único hermano voló derecho con el objetivo de que los bastardos lo siguieran a nuestra trampa, Una vez distraídos, fue mi turno de desplegar mis alas como aquella vez que volé con Thili por primera vez.
Thili: -La luna será ahora nuestro sol, su luz será nuestra sombra que nos oculte de la vista de los mortales, y su brillo el recuerdo de nuestra inmortalidad.
David: -Si la inmortalidad es ahora mi pecado, y tomar sangre la energía para seguirte amando, abrásame fuerte y dame un beso que jamás olvide por el resto de los milenios que nos quedan por pecar.
Tome a Jonathan por la espalda, lo sujete por el cuello, y se lo agujeré tantas veces que no sabía si era la sangre o sus mismas venas que resbalaban por mi boca sedienta de venganza y sangre, esa noche lo devoré, cayó su cuerpo inmóvil en el mismo pavimento donde alguna vez caí yo, pero su cabeza aun quedaba sujeta a mi manos, sus ojos aun me miraban como si fuera un monstruo, y esa noche lo fui, azote su cabeza en el piso y salí rápidamente del lugar esperando a que esta rabia desapareciera.
Jonathan: -¡No tu no puedes ser mi hermano!, ¡yo vi como murió!, ¡Yo vi como esos demonios se lo llevaron con ellos!, él murió en mis brazos.
David: -Seca esas lagrimas y te imploro mas que me saques de aquí, ¿te haz dado cuenta de lo que haz hecho?, mataste a mi ángel guardián.
Jonathan: -Un ángel caído.
David: -Y es ahora lo que soy yo, ¿no comprendes?, no somos lo que tu crees.
Jonathan: -Si te dejo ir ¿que harás?
David: -Algún día tu lo sabrás, pero te aseguro que no te va a gustar, mi venganza mi pronto será tuya y toda la furia caerá sobre los tuyos, como tu hiciste que cayera sobre ella.
Jonathan: -Y yo te estaré esperando, porque tu no mereces morir así y sabes bien lo que soy, soy un Holch.
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