Nuestros dedos recorren cada resquicio de piel estudiando el contorno de nuestros cuerpos unidos. Podemos cerrar los ojos y dibujar de memoria como en un vidrio mojado una y mil veces lo mismo. Con la ansiedad de los exploradores descubrir un poco más embriagados de sensaciones repartir nuestros sentidos. Tocar sin mirar, oler sin tocar, saborear sin escuchar. Encontrar el sexto sentido. Serenos y agotados descansar inquietos y alborotados recomenzar.
Texto agregado el 22-12-2010, y leído por 356 visitantes. (21 votos)