En el corredor de la muerte de una cárcel de máxima seguridad ...

Denian Cork estaba en su celda vestido con un mono color butano, el uniforme oficial del corredor de la muerte.
Denian era un asesino en serie que había matado a veinte personas en un plazo de dos días.
Cuando Denian fué descubierto y arrestado por la policia, su rostro no marcaba nada, un rostro vacío de emociones cómo si no hubiera vida en el mismo.
Según el calendario que había colgado en una de las paredes de su celda, tocaba al veinticuatro de Diciembre cómo el dia actual a vivir.
Denian sabía que a las 0:00 horas de esa noche, es decir el veinticinco, moriría por inyección letal.
Ya eran las 21:00 horas y en breve le llevarían la cena.
En esa ocasión sería su última cena, la cena de un condenado más del corredor.
Pero a decir verdad, aquella cena sería más solemne, una cena que reuniría dos eventos, por un lado su futura muerte, por el otro el nacimiento del salvador.
Por la diminuta ranura alargada de la puerta de la celda, una más que sugestiva bandeja le fué dejada por uno de los guardias del penitenciario.
Denian retiró ésta y la llevó sobre una mesa.
Acercó una silla a la misma y se sentó a disfrutar por última vez ...
Mientras comenzaba a degustar aquellos manjares, en la celda de enfrente a la suya se empezó a formar una figura vestida con un manto de color blanco.
La figura se fué materializando cada vez más hasta que se formó por completo.
Tenía el pelo a media melena, barba de varios días y unos ojos muy vivos.
Denian levantó los suyos y se quedó mirando perplejo ante lo que estaba viendo frente a sí.
De pronto la figura le preguntó algo, un algo que pareció salir de su boca cómo si flotara en el aire hasta llegar a sus oídos.
Denian paró de cenar y levantándose se acercó a los barrotes de su celda.
Se quedó mirando aún con más profundidad a la forma que estaba a escasos metros de él y contestó:
"No tengo miedo a morir, se lo que hice y se que eso me llevará a un proceso final, a un momento sin vuelta atrás".
"¿ Sabes quién soy ?", preguntó de nuevo la forma vestida de blanco.
"No, y la verdad es que no me importa mucho, lo que no sé es cómo has entrado en esa celda. Allí no ha estado nadie desde que me trajeron aquí y de pronto apareces tú vestido de blanco, eso sí es extraño, la verdad", dijo Denian respondiendo a la pregunta.
"¿ Y no te parece algo anormal ?. Se que a alguien de tu condición no le causa mucho impacto el verme, pero si supieras quién soy y porque estoy aquí, tal vez te interesara hacer un pacto conmigo, un pacto que te salvará de morir eternamente".
Denian extrañado inquirió: "¿ un pacto conmigo ?, ¿ quién eres tú en verdad que puede hacer pactos con un preso en el corredor de la muerte ?. Mírate, estás cómo Yó encerrado cómo un pájaro, tal vez, esperando como todos los que estamos aquí, tu final".
La figura entonces, atravesó los barrotes de su celda.
Se situó en los de la de Denian y cómo por arte de magia penetró a través de estos.
"¿ Y ahora, crees que estoy esperando cómo los demás de aquí a morir ?", le preguntó mirándole directamente a los ojos.
Denian con los suyos abiertos de par en par y algo asustado preguntó: "¿ cómo has hecho eso ?, ahora si que te pregunto ¿ quién eres y que quieres de mí ?".
"Por fin he despertado tu interés, bien te diré quién soy y lo que tu muerte significará para mí", dijo la forma vestida de blanco.
Denian estaba perplejo, no entendía nada.
"Denian Cork, soy aquél al que los hombres llamais Jesús el salvador. Hoy has encontrado la gracia del Padre y la mia en su nombre. Tu muerte esta noche, será mi nacimiento. Tu muerte esta noche, redimirá a todos los humanos porque tu harás que nazca para todos vosotros. Tus pecados quedarán perdonados en el momento en que expires", dijo con serenidad y verdadera entrega hacia Denian.
Denian se quedó sin palabras, cómo hipnotizado mirando hacía la forma vestida de blanco, una forma que en ese mismo momento empezó a emitir un aura destellante, un aura que hacía a Denian no poder quitar la mirada.
En un pronto, se arrodilló frente a éste y presignándose dijo: "Señor, ahora veo claro quién eres y lo que deseas de mí. Moriré por mis pecados y para que tú en mi lugar nazcas, me arrepiento de lo que hice y te pido perdón. Por favor, llévame contigo cuando llegue mi final".
Jesús puso sus manos sobre su frente y le respondió: "Te prometo que esta misma noche estarás conmigo en el paraíso. Cuando llegue tu hora, piensa solamente en mí y vivirás eternamente. Sólo sentirás un pinchazo comparado con mi pasión. A mí me martirizaron mil veces, a tí sólo será una".
Tras ello, Jesús se comenzó a desvanecer.
Denian volvió a su mesa y continuó cenando, esperando la hora de su muerte, una hora que haría que el veinticinco de Diciembre la salvación llegara para todos ...

"Aquellos que encuentren la gracia en un momento de su existencia, serán perdonados, vivirán y darán luz a los demás ..."

Escrito por Carlos Them.

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