Cuando cesó la ovación que recibiera el águila dorada, se escuchó una pequeña vocesita que decía:
-¡Es mi turno, me toca a mi!-
Aquellos que la oyeron se preguntaban quien hablaba, de donde se originaban la voz
-¡Quiero volar, quiero volar!- repetía la vocesita, mas el resultado era el mismo, nadie sabía de donde provenía. Por el fin el gavilán con aquella mirada penetrante suya apuntó:
-¡Allá a la derecha por los helechos, bajo el palo de chichicaste!-

Todas las miradas se tornaron hacia el punto donde se veían a penas brillar los colores tornasolados del fino plumaje de un diminuto colibrí. La audiencia se sintió atónita por su osadía ¿Retar al águila? ¡Increíble!. Un zopilote comentó:
-Cuz-cuz, el zunzún pretende competir con su vuelo, cuz-cuz ¿Está loco?-
No muchos lo escucharon por mantner la distancia, el zopilote tenía el aliento un tanto pesadito por su dieta de carroña, solo los buitres lo toleraban (algo).
Una cigüeña tomó la palabra –Esta competencia es para todas las aves y su tamño no es un factor ¡Anda, amigo picaflor, enséñanos lo que tu puedes!-

El colibrí also su vuelo y con gran rapidez avanzó sobre la audiencia para luego colocarse cerca del centro del claro. Al volar movía las alas con tal velocidad que era imposible verlas en su aleteo, solamente se escuchaba el suave zumbido que emitían. Dentro de un espacio de quizás dos metros por lado, el pajarito ascendía, bajaba, secolocaba verticalmente, luego patitas arriba, por momentos permanecía en el aire sin mover el cuerpo luego voló hacia el búho que lucía un azahar en la solapa de su traje y pretendió
chupar el nectar sin moverse ¡Era incríble! Luego antes de terminar su demostración, se suspendió en el aire de nuevo verticalmente, voló hacia atrás, los vió al frente saludando con su cabecita, giró a un lado, luego al otro, todo en el mismo espacio para luego retornar bajo el chichicaste.

Todos los pájaros estaban boquiabiertos, es decir, piquiabiertos, nadie, absolutamente podia pretender volar como el pájaro mosca lo había hecho. Los jueces fueron los primeros en ponerse de pie y aplaudir al pajarito, a continuación se escuchó el aplauso de la audiencia acompañado de trinos, graznidos, cu-cus, qui-qui-ri-quís, etc. ¡Fué un pandemonio entre la arboleda!.
El señor Búho levantó sus alas pidiendo silencio para declarar:
-¡100 puntos, un nuevo campeón de vuelo!-

Al ver aquello el águila dorada se enderezó en su rama, clavó su mirada en el picaflor, voló con sus potenters garras por delante, concentrada ¿Qué pasaría? ¿Que pretendía?
Al llegarse al colibrí le ofreció la pata derecha, muy contento el pajarito brincó y se paró sobre ella y así llevándolo la ganadora de la medalla de plata voló con el de la de oro sobre el riachuelo y el claro del bosque en dos vueltas triunfales
¡Era un espectáculo soberbio!

Llegaron así felizmente al final las Avícolas Olimpiadas XV. En las ceremonias de clausura todas las aves entonaron emocionadas y en conjunto el Himno Internacional del Mundo de la Aves:

“Somos monarcas del aire
y famoso es nuestro trino
conocido por divino
pues lo hacemos con donaire.

¡Vivan los seres con plumas!
¡Vivan los que tienen pico!
Hacemos el mundo más rico
somos luz entre las brumas.

En los bosques y cañadas
sobre volcanes y lagos
somos seres tan amados
es como un cuento de hadas.
(Se repite)

A la directiva del COIDA solamente le restaba declarar si las próximas olimpiadas se llevarían a cabo en Patagonia, Groenlandia o Chichicastenango. (Este ultimo se perfilaba como local favorito)