¡ORACIÓN EN VOZ ALTA!
Sería egoísta, acudir a Ti en estos momentos, cuando he tenido,
tiempo para hacerlo.
Mentiría, Señor, que ahora que soy viejo, mayor, enfermo te dijera…
“Te quiero, te busco y te amo.”A estas alturas, Te diré…
¡He intentado, cada día, cada etapa, acercarme, acurrucarme
y parecerme más a Ti, en palabras, dichos y hechos.
No de palabra, sino en realidades patentes.
Cada vez que Te leo y Te veo en los Evangelios,
coloco tu voz en mis labios.
No sólo, en lo que decías, sino, el modo, el cuando y el por qué…
Las palabras oportunas, en su sitio, tu mirada también, tus manos, tus gestos, servían de camino, verdad y de vida.
He intentado, con todo mi cuerpo y mi alma, verte e imitarte,
en la sinceridad de tus pasos, firmes y recios.
He buscado y la he encontrado, la verdad, pues sabes, que si algo desprecio, es la adulación y la mentira.
Siempre y ahora más que nunca, valoro y pondero, tus palabras…
“Yo soy, el camino, la verdad y la vida.”
Me he convencido, que sin verdad, no se conoce, se duda,
sin camino no se anda y sin vida no se vive.
Más de una vez, he querido subir a la montaña, para verte y preguntarte…
¡Yo, que he hecho! Me admiro o me pregunto:
¿He seguido el evangelio?
Oigo desde arriba, en el silencio.
¡Tengo hambre! ¿Has multiplicado, los panes,
los peces, que has disfrutado y a veces derrochado en tu vida?
¿Has dado de comer al hambriento?
¿Has dado posada al peregrino?
¿Has vestido al desnudo?...Oh mi Jesús. No sigas preguntando.
Si en algo he faltado, no he cumplido, Te pido, desde lo más íntimo de mi ser, el perdón, el perdón, que será agradecido y a poder ser multiplicado,
en mis hermanos, los hombres.
He intentado, no esconder la lámpara,
mantener la luz y el calor. He cuidado, la mecha, he cuidado la cera…
Sí, en tantas cosas y es posible, no he llegado, he fallado, no lo he hecho,
por todo éllo, te pido, nuevamente perdón.
He intentado, que mi luz, sea portador de la Tuya, como en una Olimpiada.
He intentado, no esconder la lámpara, para dar luz y no ocultarla, poniéndola, debajo del celemín.
Mi luz, creo, ha sido luz de iluminar, los caminos, veredas, muchas veces desconocidos. Con mi luz, he intentado ahuyentar el frío,
que sufren, los niños, jóvenes, mayores y ancianos.
Fuiste sólo, sin miedo, tu vista puesta en el Padre,
que sabes, no te deja, no te olvida.
¿Te pido que me salves, ahora?
¡He intentado, aprender, practicar, el nadar, por el mar de la vida.
Más de una vez, Él ha intentado, se ha ralentizado,
casi se ha apagado, se ha parado, quedando, en el aire,en forma de duda.
Pero, una vez más, gracias. Tú, me has animado, en la fe,
me fortaleces en la esperanza, y me has dado, fuerza, en ejercer la caridad
y extender el amor.
Sigo, tu camino. ¿Me he perdido?
Yo creo que no. Pero con toda la sinceridad, que puedo, Te digo. Me cuesta, subir a la meta, llegar a la cima, ahora, ahora ... en medio de tanto dolor.
Dolor físico y a veces psíquico. Mira, Dios ¿Me permites una pregunta?
He deseado, pero ¿He cumplido bien mi oficio ,como persona, hombre, Sacerdote?¿He cumplido? Oigo una voz…
¡Al menos, lo has intentado, no ahora, sino desde que te conozco!
Sé, y comprendo, tus dificultades, como hombre, persona y ¡Cómo no! las más fuertes y exigentes, el haber ejercido, el Sacerdocio, en medio de un Silencio, que abruma, que duele, que se siente, y por qué no, sé y Tu perdonas. Gracias, Padre Dios… aquí está, unos de tus, hijos, que besa tu mano, y te pide, perdón.
Todo esto que me dices, es verdad. Cuando yo tuve, también que decir
y preguntar el porqué de aquel abandono.
Sube, sube, en la cima, ya no hay dolor, sólo vida, solo hay cielo…
Gracias por todo ¡Señor!
Salamanca treinta de Septiembre del año dos mil diez..
Firmado: Julián López Santolino.
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