En algún instante de tu vida, los fantasmas, creados por los celos, se fueron apoderando de tu pensamiento. Y allí, en el rincón más oscuro de la mente, entretejieron una maraña de argumentos inútiles que te sumieron en la destrucción del sentimiento.
Dudas, temores, miedos…
Las sombras cubrieron todo vestigio de alegría. Y los fantasmas tomaron vuelo y en su vuelo arrastraron al amor, sepultándolo, después de una larga y penosa agonía.
Como en un largometraje vas recorriendo una a una las escenas de tu vida, un sabor amargo, el vacio, la nada, es lo que registran las imágenes contenidas.
Más aun no es tarde para liberarte de las cadenas que tú mismo aseguraste, para no permitirte ser feliz y amar libremente.
Quisiera que por un instante pienses, que por un instante sientas, que por un instante abandones la duda y el tormento, y que comprendas que si estoy a tu lado es porque te amo.
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