No es que tengamos un problema personal con el amor, sólo por venir vestidos así, sólo por tener las intenciones que tenemos, no porque nos vea con mazo y cincel quiere decir que tengamos algo contra usted: Amor. Señor Amor al contrario; usted debe de entender que al desarmar el amor pasado, lo que hacemos es un acto de amor. Usted debe tener una idea clara: aquellas cosas que usted vende que se llaman piezas de amor, no son eternas (eso lo sabe) y no se comparten para siempre, sino que duran una temporada, se mantienen ahí según los cuidados que les demos, se mantienen anclados, se hacen fuertes, en algunos casos tan fuertes que sólo se terminaran fracturando con la muerte; pero en otros casos, como en nuestro caso, señor Amor, se comienzan a romper, se destruyen poco a poco.
Las grandes figuras que se arman con lo que usted vende les llega su tiempo, su decadencia, hay quien desmonta las figuras del amor de un sólo golpe, hay quienes tarden algunos meses, y hay quienes incluso, como ella y como yo tardamos algunos años, y no puedo asegurarle cual de todas las opciones sea la menos complicada.
Si me he vestido así, con un casco y con herramientas para el desmonte, no es que tengamos prisa en desarmar el amor pasado, al contrario jugaremos levemente, nos llevara nuestro tiempo (palabras, miradas, caricias etc.), también tengo dinamita en las bolsas por si la situación lo amerita, estoy seguro que me divertiré, que llorare tal vez, pero tenga la seguridad señor Amor que hacemos lo correcto.
Sus figuras desaparecen, como las palabras que se escriben en la arena, como cuando te dicen por siempre, como cuando te dicen te quiero; la palabra desaparece, se difumina hasta casi ser imperceptible, pero algo queda, ese algo que se queda es el recuerdo, es la existencia, es el pensamiento, las figuras del amor por lo tanto de sesarman pero no se olvidan, se llevan en paquetitos muy dentro, en el vacio de nuestro ser donde guardamos todo.
Le pido señor Amor que disfrute tanto como nosotros, de desarmar su figura, de destrozar su creación ( la nuestra), no se preocupe, recuerde que la destrucción de piezas puede crear mayor demanda (pero que digo de esas cosas, eso no le debe preocupar, usted maneja el monopolio más brillante: el monopolio del amor) .Yo espero algún día con otra persona comenzar a construir una figura de amor con las piezas que usted vende. Ella, quien hoy me acompaña también lo hará. El desarmar el amor, es por lo tanto el inicio de una búsqueda no intencionada o intencionada, es volver a caminar por ahí con la seguridad de no haber olvidado nada, pues cuando dejas la figura del amor a medio desarmar, no puedes volver a armar una nueva figura, lo que pasa es simple: en la figura a medio desarmar has dejado el alma, la que funge como cimiento, hasta que no la derribas no la recuperas, y si no la recuperas no hay cimientos seguros, es por eso que desarmamos la figura, por si algún día, si es que llega ese día, tengamos lo necesario para armar otra.
Ahora lo miro sonreír señor Amor, después de mucho tiempo yo también sonrío, ella sonríe, y es que si bien es doloroso derrumbar lo construido, paradójicamente desarmar el amor es también una acción de amor, de ternura, de cariño, de alegría…
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