Obra de teatro.
En una escuela frente a un pizarrón.
Antonio: Conclusión, la peor decadencia de una computadora es cuando el sistema operativo indica que no puede abrir el archivo.
Alumno: Profesor. Y a no olvidar que nadie que esté en su sano juicio puede ser fiel amigo de un electrón. La electricidad no se inventa se fabrica haciendo frotar los cuerpos. Hay lugares donde los electrones no pueden existir, como por ejemplo la madera, pero igualmente un rayo caído del cielo bien puede atravesar una gruesa muralla.
Sabe profesor, maestro, aquí algunos me dicen pulga y otros tantos compañeros me llaman microbio, siendo que soy de contextura grandota, lo se, me dicen así en sentido figurado, porque en realidad soy un hombre de las nieves que se conforma con bien poco, y cuando se trata de imponer el temperamento como la codornis tardo en alzar las alas y levantar vuelo. En realidad hablan así destacando mi costado más amarrete porque no conocen mis valores de individuo, mayormente sano, porque en el fondo ignoran que vivo en las profundidades del pensamiento ilustrado, siendo desde temprana edad un verdadero erudito, un genio oculto de la ciencia toda; aunque también es verdad, para que negarlo si es cierto, que en mis ratos de esparcimiento practico esquí acuático mientras ando con la mente en blanco como para recrearme, pero ¿Sabe? No teniendo nada, pero nada que ver, con que sea frívolo, esquío como para así recrear mi mente cansada de buscar sabiduría sin parar; no obstante por los nervios de sentirme incómodo tardo en contestar, en responder que me incomodan dichos seudónimos, por ello casi siempre me quedo esperando sin decir nada en mi defensa y después de un rato de recogimiento prosigo con la insigne tarea que tenga primera en la lista de prioridades, sin omitir respuesta, siempre indiferente a lo que piensen mi.
Antonio: Usted me despierta admiración al tener un mundo interior tan arraigado en la epidermis, donde nadie logra entrar, pero donde todos disfrutamos de su gracia magnifica. Tu aura hace recordar a aquel farol a combustible que ilumina el conjunto, donde se destaca la figura de la madre cocinando panecillos. Siento sumo alivio al consumir el carisma que esparce su alma.
Alumno: A mi me encantaría semejante posibilidad de ser su fiel amigo. Asisto contento a la escuela más que nada por usted. Por favor no se ría, no es una declaración de amor, se lo juro, que se entienda, simplemente que estar con usted me alegra mucho la existencia, me hace sentir mejor y muy radiante.
Antonio: Pues entonces, sin titubear, a partir de éste momento seré su amigo del alma; elige de mi lo que más necesites en el tiempo que corresponda; no tengo novia de hace veinte años, así que por el momento no habrá de que desconfiar.
Alumno: Por lo que veo es usted un hombre muy celoso. Juro que entre nosotros dos no habrá ni locura que se entremezcle con la razón, ni problemas de alcoba.
Antonio: Si lo soy, y de esos que al tiempo de sufrir remordimiento se trastornan volviéndose completamente sacados de la cordura, pero confieso, más que nada por comodidad, para no tener que pensar seriamente en una cuestión sin demasiada importancia y además tener que opinar desde un lugar decadente pero con aires de superación, para así sostener los valores establecidos en lo más alto de la escala. Las personas somos antes que nada entes indivisibles.
Alumno: Don Antonio, vayamos ésta noche a una discoteca para festejar la nueva relación que nos une. Y juntos juremos nunca sentir vergüenza de estar pegados como siameses.
Antonio: No puedo, te explico, estoy por comprar un caballo y debo estar muy atento a lo que sucede.
Alumno: ¿Comprar un caballo, para su uso personal?
Disculpe el atrevimiento al contrariarlo en un momento tan significativo, con esto que le voy a decir de inmediato, pero ¿Vio que feo el momento histórico por el que atraviesan los pobres caballos, sobre todo los de pura sangre que son los más bellos? Digo, con esta nueva peste que apareció el año pasado mueren como moscas en gran cantidad. La gente está muy preocupada por este tema, nunca el pueblo nuestro fue tan examinado por la ciencia, que empecinada busca una explicación, seguramente para encontrar una vacuna o algo así.
Entre otras cosas ya se habrá dado cuenta que me fanatizo mucho con el tema.
Antonio: Si, un problema tremendo que además amenaza con propagarse por el mundo entero, y dicen que fuimos nosotros los Argentinos los que propagamos esta enfermedad a los pobres caballos, la mutación de un virus mortal que tiene origen en el ser humano.
Pero contestando tu primera pregunta, te repito que efectivamente voy a comprar un potrillo sano, en sociedad con un amigo, un muchacho que pronto te voy a presentar. Vamos a tener un caballo en común, pero más que nada porque el caballo éste es un ser muy especial.
Alumno: Pero ojo no vaya a ser que se contagie de manera fulminante justo ahora que usted es el dueño. ¿Cómo se llama el caballo? Que fantástico, créame que lo felicito profesor.
Antonio: Se llama Hércules, es un potrillo de tres años de color blanco como la nieve.
Sabes que pasa Nicolás querido, hay que seguir adelante pese a los avatares, por fortuna en general las pandemias son pasajeras, más enseguida se consigue alguna medicina que la sabe contrarrestar. Por tal motivo también por ello tenemos tanta prisa en sacar al animal de donde se encuentra, acompañado por tantos otros de su especie, pues tenemos miedo de que contraiga la enfermedad que conlleva esta penosa peste.
Alumno: Dicen que ésta peste es una mutación del Sida convertido en otro virus ¿Será verdad?
Antonio: Lo más probable que sea cierto.
Alumno: Y aseguran que en algún momento se podrá saber la persona exacta que desató la epidemia.
Antonio: No se si tanto, pero no me extrañaría en absoluto.
Alumno: Querido profesor, ahora que somos verdaderos amigos, no a modo de reproche, pero si para advertirlo, por si no se dio cuenta, que siempre tiene un fuerte olor a caballo, como un algo que forma parte de su esencia ¿O exagero?
Antonio: Si es verdad, no te equivocas, estás en lo cierto muchacho, siento un poco de vergüenza al tener que reconocerlo, pero es el perfume que emerge de mi alma. No es por justificarme, pero es porque trabajo en la doma de potrillos y aunque luego de montar me refriegue con puloil y cepillo de alambre siempre queda algo de baranda, perfume rural de estancia. Por más que me baño con abundante agua y me perfumo con aceites siempre por allá aparece ese típico olor que proviene del sudor del animal.
Alumno: No es que quiera afirmar que este usted embarazada, ha no mal interpretar querido profesor, pero ¿Para cuando piensan tener el caballo?
Antonio: Entre mañana y pasado se define todo, tengo mucha ansiedad. Di por terminada la clase de hoy cinco minutos antes por este motivo, pues estoy que no quepo dentro mío, aparte pues hoy costará mucho conseguir transporte público entonces mejor que salgan con tiempo.
Alumno: A lo mejor si andas con el caballo por el asfalto puedo seguirte con la tabla, o bien tú arrastrarme cual un carro sin problemas.
¿Me lo vas a prestar una vuelta?
Antonio: Si claro, como no, todo lo que quieras, me parece divertido lo que propones de ir arrastrando la patineta como un carro.
Alumno: Sinceramente con un cuarto de horita será suficiente como para recordar por toda la eternidad.
Bueno pero debo retirarme, ya se fueron el resto de mis compañeros, agarro entonces mi Mercedez Benz y desaparezco.
Antonio: Ahora que ya somos amigos y ya entrando en confianza, desde hace tiempo te quiero preguntar algo que tengo guardado aquí en la garganta, decime inconsciente ¿No te da vergüenza venir en patineta a la escuela? Vas a cumplir veinte años.
Alumno: No para nada, es mi medio de locomoción. A parte que no hay edad para practicar esta hermosa disciplina, solamente el sagrado equilibrio es lo que cuenta.
Bueno, pero ahora hablando en serio, ya mismo me retiro.
Como usted bien decía, hoy por el paro de transporte hubo una importante deserción escolar, más de la mitad de la clase se ausentó por éste real motivo. Esto no causa gracia ni indiferencia a la población, sin embargo hace recordar patente al clima de fin de año y mucha gente está contenta caminando por las calles gambeteando cohetes, y también los curiosos fuegos artificiales allá en los balcones ¿No le parece? Por mis venas corre una fuerte energía muy particular parecida a la alegría propia de aquellas fechas.
Bueno pero juro por todos los santos que en adelante voy a estar muy preocupado por la suerte de los caballos en manos de la peste equina.
No obstante, atención profesor que si quiere lo llevo en mi limusina.
Antonio: No muchas gracias muchacho de oro, pasa que tengo que esperar a mi amigo Duarte Molina. Pero igual llámame al celular y arreglamos como para salir a recrearnos, entre comillas claro, porque pienso emborracharme y andar desnudo.
Alumno: Bueno, entonces me despido, me voy a lanzar por la escalera, para luego ir derecho por la barranca; espero no rayar demasiado la cerámica.
Antonio: ¿Qué te parece si te acompaño unas cuadras, corriendo juntos a la par?
Alumno: Dale, vamos amigo a donde nos quiera llevar la ola.
La amistad es producto de un noble sentimiento y por ende se expresa en acciones, me siento feliz de que a partir de hoy seamos mucho más que un simple alumno y su profesor; sin dudas hemos derrotado un poco a la soledad del ser, además le estamos dando una flor de lección a la sociedad, de sana convivencia, acerca del que dirán, y del compromiso con el otro ser que tenemos al lado. Solo queda esperar que no se pongan celosos los solitarios y nos maten por la envidia.
Ah ¿Sabe que? Una más antes de retirarme: Estaba pensando que podríamos presentar un proyecto para embalsamar a los caballos que van muriendo víctimas de la maldita peste. Mi padre tiene una isla en el delta donde podríamos armar el taller, y además yo conozco la técnica correspondiente para ese fin, llevo embalsamados algunos roedores, como una forma de investigación y entretenimiento.
Antonio: No es mala idea, pero solo después que compremos al caballo Hércules, antes nada.
Alumno: Seguro que de tantos que mueren, en breve habrá allí funcionando, en la isla de mi padre digo, un puerto fluvial de estatuas.
(En otro lugar del escenario hay un hombre y una mujer que discuten de un tema trascendental. El lugar es una calle céntrica de la ciudad. Antonio y el alumno ahora están en la vereda y pasan por delante de la pareja, luego casi haciendo mutis por el foro, pues Antonio, queda en el fondo esperando un taxi, mientras que el alumno se retrasa un poco).
Cristal: Por favor tomemos un taxi ahora mismo, no perdamos más el tiempo.
Lucas: Solo un milagro puede ayudar a encontrar uno vacío, además ni loco voy a gastar por culpa de los sindicalistas, nos volvemos caminando.
Cristal: ¿Acaso pretendes patear quince kilómetros o que nos quedemos esperando un siglo a que alguien nos lleve en carretilla?
Lucas: Cristal, por favor entiéndeme, quiero estar solo, hoy es un días en el que prefería no haber nacido nunca, anda toma un taxi si puedes y ve sin mi.
Cristal: Vamos nos seas tonto, que casualmente ahí se acerca uno, deja de hablar tonterías y decídete cuanto antes, ven conmigo, tenemos que dejar de pelear de una buena vez por todas.
Lucas: Si pero espera, mira hay otro hombre esperando, sin dudas estaba de antes.
Cristal: Déjame a mí, que enseguida lo convenzo de que estamos nosotros primero.
¡Taxi, aquí por favor, deténgase!
Antonio: Un momentito muchacha que estoy esperando de antes.
Cristal: Mire, cuando usted pasó con la patineta, nosotros ya estábamos esperando.
Antonio: No mienta por favor, no esperaban nada, estaban discutiendo como perro y gato. Y además miraban una vidriera dando la espalda a la calle, mientras tanto peleaban seguramente por tonterías ¿Eso es esperar un taxi? Después, recién después de un largo rato de tiempo, en que yo los estuve mirando de reojo, se les ocurrió de repente tomar uno. Digo, no abandonen la idea, pero este taxi es mío.
Cristal: No se confunda, discutíamos mientras esperábamos.
Antonio: Permiso, sin dudas éste taxi me corresponde.
Pero miren mejor hagamos otra cosa, decididamente me arrepiento de no aportar ninguna solución para ustedes, sumado a que hoy habrá pocos autos de alquiler circulando, es de destacar que esto de encontrar uno ha sido un verdadero milagro, les explico, yo en realidad tengo que ir a buscar una documentación importante, unos análisis clínicos de un amigo que enseguida ha de regresar ¿Se entiende? Pues he combinado en encontrarme con él aquí, en éste mismo lugar. No creo que vaya a tardar mucho más que diez minutos, entonces si no viene otro antes, aquí tendrán de nuevo su auto ¿Qué les parece?
Lucas: Nos parece pésimo. Horrible. Como bien dijo ella, nosotros ya estábamos aquí cuando usted pasó corriendo y se paró ahí. Fíjese que el auto ha quedado más cerca de donde estamos nosotros.
Mire usted, buen señor, estamos atravesando una crisis matrimonial, ya no queremos estar juntos esperando nada, lo nuestro es un asunto terminado.
Cristal: Tú abuela, yo no tengo ningún problema sentimental, matrimonial, o como lo quieras llamar, tú eres el que continuamente manifiesta que se quiere separar. Además ¿Qué es eso de andar diciendo a cualquier extraño que pasa lo que ocurre en nuestra vida privada? Te lo repito: Eres un mal educado.
Por favor tómate el trabajo de revisar tú historia clínica y verás como de seguro alguna vez te has golpeado la cabeza quedando medio estúpido.
Antonio: Para que sepan, yo no soy ningún cualquier que pasa por ahí, soy profesor en la universidad, esa que está en la esquina, y además domador de caballos, actividad, que a pesar del mal aliento, me siento muy orgulloso de llevar adelante, y éste taxi debe ser el numero mil setecientos que debo haber tomado en esta esquina, si es que por favor no me lo siguen impidiendo ¿Se están por separar? Caramba, no lo sabía, pero sepan disculpar el apuro, pues alguien que estimo mucho necesita saber como le han dado los resultados del laboratorio y soy el único que tiene esos resultados en casa, pues entonces los dejo en manos de mi alumno y se vuelven en patineta de uno por vez mientras la tabla va andando, me despido hasta siempre.
Cristal: Dele amigo, sea buenito permitiendo que subamos nosotros, tenga en cuenta que en principio no queda tan claro que usted tenga la prioridad, si quiere lo alcanzamos unas cuadras.
Antonio: Bueno, está bien, se los sedo, pero todo porque por favor no me sigan peleando. Además se hiso demasiado tarde, va ser mejor que suspenda el viaje pues mi amigo debe estar por llegar.
El Alumno y el profesor quedan esperando en una esquina que Duarte se haga presente.
Duarte: Hola aquí vine, aunque pareciera que para despedirme ¿Pudiste retirar los análisis? Hace algunos días que me siento debilitado, no se que será, pero estoy muy preocupado.
Antonio: Que tal, que alegría encontrarte. Si los retiré pero quedaron en casa, perdóname, pero no hice a tiempo como para ir a buscarlos.
Ah, me olvidaba, aquí te presento a un amigo, aparte es un alumno de computación.
Duarte: Mucho gusto. Miren como me tiembla el pulso, soy un desastre, estoy para el retiro. Pero no digo nada porque temo que me despidan del trabajo.
Alumno: Si, yo también me siento algo débil, debe ser por el clima tan pesado.
Don Duarte Molina mucho gusto en conocerlo. Antonio me ha contado que están por adquirir un caballo llamado Hércules.
¿Cuan estéticos son los equinos, verdad? Que cosa más linda es esa figura, la estampa digo.
Duarte: Si pero estamos en problemas, hay otros interesados que endulzan la cuenta. En un principio pedían una cantidad pero la cifra se ha ido por el lado del cielo. Ya no se más de donde sacar plata.
Alumnos: Los otros días Antonio me prestó cien pesos, con el permiso de Antonio, si quiere se los devuelvo a usted.
Duarte: Está bien gracias, no se haga problemas, ya he podido reunir una buena cantidad como para capear el temporal, por ese lado no creo que vaya a ver obstáculos, pero a lo mejor le bajan el martillo a otra oferta mejor posicionada.
Lo más conveniente será estarle arriba al asunto y no quitarle pisada, a nivel de que si hay que poner más dinero se consigue de donde sea.
Antonio: Así se habla, valiente, que no ni que no, si después de todo la vida no nos escatima nada, porque habríamos de hacerle faltar nosotros, si de última la felicidad se encuentra donde menos la esperamos. Si después de todo en algún momento tenemos que devolver lo que estamos consumiendo, no veo porqué considerar un basural a un lugar digno de habitar.
(La escenografía es una vereda con negocios, un bar con mesas afuera, un semáforo, una porción de lo que vendría a ser la calle por donde pasan los autos).
Cristal y Lucas, integrantes del matrimonio desavenido, vuelven aparecer caminando.
Antonio: (Al alumno) Yo le otorgo cultura al alma como para que se fortalezca el ser, aunque con el paso del tiempo nos vamos mimetizamos con la violencia y todo queda en veremos.
Alumno: Profesor, por favor, por precaución no debemos bendecir la maldita inseguridad, a ver si después nos rotulan de delincuentes cuando en realidad luchamos para ser hombre buenos, dignos de imitar.
Antonio: Los años van pasando pero me he convertido en un profesor de la vida, no solo conozco de computación, si digo esto es blanco es porque la tengo bien clara.
Pero te aviso que no siempre es conveniente tener el corazón abierto pues te terminan por considerar un estúpido.
Alumno: Por eso siempre recomiendo predicar la no violencia ¿No les parece acertado lo que les digo? No me hagas destornillar el ombligo que se puede desprender la cola.
Duarte: Estoy muriendo lo sé, por eso veo todo negro, aparte de nublado.
Antonio: Termina de bambolearte que te puede pisar un colectivo ¿Tan mal te sientes?
Con tu arrepentimiento, signo de debilidad, me haces recordar a éste gobierno donde la inflación es una gangrena incurable, imposible de dominar, siendo que se predica la justicia social para todos.
Duarte: Espérame un momento, no sigas con la lección, a mi también los nervios me carcomen los huesos sin tregua.
Antonio: Esta ocasión es la nuestra, mi parte en la película donde soy feliz por vez primera, no acepto que la vida me contradiga en los hechos.
Duarte: Mejor voy a llamar por teléfono para avisar que ya reunimos toda la cantidad, el dinero en efectivo, quiero por todos los medios que Hércules esté mañana mismo en casa pastoreando en el jardín.
Antonio: (Avisando) AY! Pero no te estoy diciendo ¡Ten cuidado Duarte! Se ha desenganchado la cabina telefónica vas a golpear tu cabeza, presta suma atención. Y páfate, te has golpeado nomás.
Duarte:(Algo dolorido) Bueno, pero lo bueno es que llegamos al destino. Se desprendió el acrílico, se salió de escuadra. La pucha como duele ésta comezón.
Espérame que ya mismo aviso, por fin realizando el famoso llamado, dando señales de vida, no vaya a ser cosa que lo vendan a Hércules.
Antonio: Cruz diablo, que se te haga la boca a un lado, camarada. Este caballo es único en su especie como para andar perdiendo ésta enorme oportunidad de poseerlo ¿Te das cuenta? Mis brazos se cierran como tenazas, insuflando esperanza que avivan la llama.
Duarte: Lo se perfectamente, para mi Hércules significa lo mismo que para vos.
Alumno: Disculpen por ser tan lechuza, máxime en este momento tan especial para ustedes, pero me veo en la sana obligación, de avisarles que vislumbro en el futuro por venir, problemas serios, sobre todo si es que siguen desunidos, entre tinieblas de la mente que predice puedo ver saliendo un enorme tiburón del punto en el círculo central, comiéndose a los propios jugadores que vendrían a ser ustedes.
No obstante quiero que les quede bien claro que de verdad les deseo de todo corazón que todo salga bien y les sea de provecho.
Lo único, que les solicito me concedan permiso de ir de regreso, pues es hora de estar con los míos.
Duarte: Si pero no jodamos pues hay otros interesados, no somos las únicas almitas buscando gloria, tan equivocado no está el muchacho. Después escuché un comentario letal de que mañana quieren hacer una subasta con más interesados.
Alumno: Que cosa rara la gente, con esta cuestión de la peste equina los caballos en general atraviesan por una profunda crisis, en el sentido de existir o dejar de existir bajo las tensas de la enfermedad y la gente queriendo comprar y comprar caballos.
Antonio: Si, pero entre miles, igual de destacado que Hércules no hay ningún otro.
Duarte: Con decir que la subasta de mañana en exclusiva estará dedicada solo para este caballo.
Ahora yo pregunto ¿Y después que lo compremos, donde lo vamos a alojar?
Duarte: Me le llevo a casa y que conviva con nosotros.
Antonio: Es un caballo, tu madre te va a sacar a patadas o a escobazos.
Alumno: Seamos libres, pero por nuestro beneficio nunca hagamos bromas sobre la libertad, pues la libertad es lo mejor para todos y si la andamos vapuleando se nos puede escapar de entre las garras del corazón.
Duarte: Que digan lo que quieran, jodido de verdad es ser portador de un mal incurable, y eso es lo que me parece que tengo encima, así que mira que voy a estar preocupándome por banalidades.
Antonio: Ah Duarte te pido disculpas los análisis quedaron en casa a la espera de que los pases a buscar, por supuesto que cuando quieras, pues están bajo llave.
Pero miren ustedes. Oye viejo Duarte Molina, observa que mujer más hermosa, mira que piernas perfectas, y que rostro tan particular.
Alumno: Es la chiflada con la que recién discutías por la posesión del auto de alquiler. Yo mejor me retiro y cumplo con mi deber de ser siempre un evasor.
Antonio: Si, está mujer está fuertísima, no sabes lo que me gusta. (Al ver pasar a Cristal Martínez, olfateando el aire pronuncia una especie de piropo).
Flor que pone brillo a la mañana y encanto al corazón del encarcelado en primavera.
Belleza celestial, que tiendes, cual princesa de otro mundo, una alfombra de flores sobre la atmósfera celeste y perfumada de lavanda, haciéndonos latir el corazón a destiempo, como el reloj de la catedral sin la corona principal; eterna musa del artista que compone muy inspirado, me pongo a sus pies señora.
Cambiando de tema preciosa ¿Se puede saber a donde se ha metido tú marido, eterno rival que corre con ventaja?
¿Amor mío, princesa encantadora, excelente mujer perfumada, no se habían tomado el taxi que me pertenecía?
Antes de separarnos te digo, que tal vez si pudiéramos intercambiar los teléfonos, concretar una primera sita, lo más urgente posible, en una confitería, o aquí mismo por que no, en el centro de la capital, sin para nada hacernos vanas complicaciones, febriles disquisiciones producto de anteponer los valores morales, para conocernos mejor y tocar las entrañas del ser, para que va a ser sino, para así sucumbir en un limbo, por ejemplo encontrando un lugar confiable donde depositar la fe que nos impulsa a creer en este amor que recién comienza, a conciencia de que el amor no tiene fronteras...
(Pero en ese preciso eso momento, en que le estaba por chantar un beso, aparece Lucas Giotto, su marido, increpando a Antonio, quien descubierto se retrae).
Lucas: Eh, un momentito, no se alce de tanta confianza.
Antonio: ¿Que pasó con el taxi?
Cristal: A las dos cuadras se descompuso. La hubiéramos dejado ahí.
(Cristal está vestida toda de ropa hípica, con una fusta en la mano).
No te hagas problema querido, fue solo un piropo. Él no vio que venías detrás. Ha sido muy simpático, poniendo en relieve solo mi aspecto físico.
Lucas: Como sea, acércate, ponte a mis espaldas. No olvides que aun estamos casados.
(Pero Duarte que está observando desde la cabina telefónica, interrumpe la conversación e increpa a Lucas diciendo que lo conoce de cuando eran niños).
Duarte: Discúlpame una cosita, pero ¿Acaso tú no eres el petiso Lucas Giotto, que vivía en el quinto C, de la calle Laprida, a la vuelta de mi casa?
Lucas: Pero si, que despistado ¿Como no me había dado cuenta? ¡Que haces hermano! Venga un abrazo de aquellos.
Seguís siendo hincha de San Lorenzo. Vamos el ciclón, vamos el ciclón. Vamos el ciclón, vamos el ciclón ¿Te acuerdas?
Duarte: Si claro. Un poco enfermo pero sigo siendo el mismo de siempre, aunque por desgracia en este presente un tipo con más problemas que en aquella época cuando éramos niños.
Lucas: No mientas, me he enterado que estás en ascenso, que trabajas en un lugar donde hay puesta mucha inversión ¿Cuanto te pagan de sueldo?
Duarte: Que importa eso, lo importante es que estás con nosotros.
Lucas: ¿El señor quien es?
Duarte: Un amigazo de toda la vida.
Antonio: Quiero dar una explicación sensata. No se enfaden, bien saben como somos los hombres cuando vemos una mujer ideal.
Pasa que ella así vestida de jinete y aparte nosotros que estamos por comprar un caballo; aclaro que a medias pues sinceramente Duarte es el capitalista absoluto, fue que me puse a decir ocurrencias; porque ¿Saben? Nunca en mi vida pronuncie un piropo, es mi debut como mariachi, pero esta vez me salió del alma porque estoy viviendo un presente feliz, me siento exultante.
Y ahora encima tú marido vestido como para correr el propio Pellegrini; sumado a que ellos se conocen de antes.
(Dirigiendo su discurso hacia los demás) Quiero decir que, en realidad quise llamar la atención pues siento que existen muchas coincidencias, no me digan que no, no me miren así.
Lucas: No te hagas más problemas, ya fue. Aparte nosotros, pronto, no sabemos cuando, nos estamos por separar definitivamente, ella tranquilamente puede buscar otro amor. Los invito a tomar una copa en aquellas mesitas y les sigo contando, yo pago la vuelta ¿Que opinan?
Cristal: No le hagan caso, no le presten atención, sigan mis concejos, vive diciendo lo mismo desde que nos casamos, repite como un loro que nos estamos por divorciar, separar, dar licencias a los sentidos como para tener otras experiencias.
Lucas: Bueno está bien ¿Che, así que están por comprar un caballo, a mí y a mi señora nos interesa, así está bien? ¿Que es de pura sangre; es de carrera? Que ansiedad tengo. Es un animal veloz.
Duarte: Más o menos, una vez hiso mil metros en cincuenta y dos segundo.
Lucas: Uy que bueno, un tiempo record, inclusive con alguna diferencia a favor.
Cristal: ¿Servirá para hacer saltos?
Duarte: Dicen que saltó una pared de ladrillos de un metro y medio.
Cristal: ¡Bravo! Eso es muchísimo.
Antonio: Duarte se dedica a la cría de caballos. Recién se inicia pero no tengo dudas que seguro que va a llegar muy lejos, el stud, el Haras donde se desempeña crece cada día más, es un verdadero monstruo. Con decir, que tienen en venta como dos mil ejemplares, no dan abasto, y por cada uno que Duarte vende le dan como unos veinte de comisión.
No es por presumir pero yo cada tanto le domo alguno que sea muy difícil de aplacar.
Lucas: Que desean tomar muchachos. Pidan lo que quieran, no se sientan incómodos.
Duarte: No se a quién si nadie nos viene a atender.
Cristal: Quisiera saber porque desean tanto a ese caballo.
Antonio. Es muy especial, te enamoras enseguida, es la primera vez que conozco alguien que tenga tanto carisma. Pero ocurre que hay otros interesados; cabe la posibilidad de que nos quedemos con las manos vacías.
En un principio la suma era una, pero se ha duplicado, es probable que mañana se haga una subasta.
Cristal: Que lindo sería que nos asociemos y que podamos hacer frente a cualquier contrincante.
Antonio: Un caballo entre los cuatro, no es ninguna mala idea, pero es necesario que sepan que el que les habla no pone un centavo, que Duarte me incluye porque es generoso y yo su mejor amigo.
Cristal: Si es por ello no te hagas ningún problema, ya veremos la manera que lo pagues con trabajo; la cría de un caballo requiere mucha atención.
Antonio: Me ofrezco como para ir a dormir donde lo haga el animal. Tengo problemas donde vivo y me quisiera mandar a mudar.
Lucas: Nosotros tenemos un comercio donde vendemos forraje, podríamos alojarte allí junto con Hércules claro ¿Qué les parece la idea?
Antonio: Brillante.
Ay dios, sin dudas estoy frente a un nuevo rumbo, que quizá me haga sentir por fin realizado.
¿Saben? Si fuese el rey del universo y tuviese que comer yo solo sería el tipo más infeliz del mundo.
En la vida no todo es pedir perdón hay que saber portarse bien, cumplida la promesa, eso es lo que voy hacer en adelante.
Lucas: Dale Duarte Molina, no te vayas a negar, por favor te lo pedimos a dúo.
Sumado a que entre otras cuestiones es una linda oportunidad para que podamos retomar aquella antigua relación de la infancia, de estar nuevamente juntos gozando de una amistad consolidada y seguir para adelante con aquella linda relación que nos unió en el pasado.
Además te prometo que si Hércules es veloz como insinúa, lo hacemos debutar en el hipódromo de San Isidro bajo mi férrea conducción.
Duarte: ¿Sabes? Me olvidaba de comentarte. Alguien me dijo, con total seguridad, que tuviste un accidente fatal y que habías fallecido. Hace mucho tiempo que te daba por muerto; y yo que aun estoy buscando por todos los rincones haber si encuentro tu espectro, pero no me animé a preguntar por temor a que fuera cierto, siento una enorme alegría de que todo haya sido una vulgar mentira.
Cristal: Lucas montando es un genio total, es improbable que le pueda suceder algo malo; por lo único que debemos preocuparnos es por el exceso de peso; y es justamente por este motivo que me siento culpable, temo arruinarle la carrera pues nunca antepone una negativa a mis exquisitos manjares.
Lucas: De verdad, para mi montar un pura sangre es como tocar el cielo con las manos, imaginen, ganar una carrera del grupo uno, lo más grande que me pueda pasar, y si además esto sucede con mi propio caballo, multiplíquenlo por mil.
Duarte: Si pero no vayan a creer con ligereza que Hércules reúna las condiciones ideales, es un tordillo cualunque, mezcla de pura sangre criollo y algo de norteamericano, más ancestros árabes.
Pero a mi me encanta que le pido que me de la pata y cual perro faldero me la ofrece. Es como para el asombro.
Cristal: ¿Será capaz de hacer saltos Hípicos?
Antonio: Mientras no sea en una pileta de natación pienso que no ha de tener ningún problema.
Lucas: ¿Que te pasa Antonio? Te observo como petrificado, con semblante de color mesada de cocina.
Antonio: No nada, solamente que estoy tomando una medicación que me deja medio estúpido.
¿Saben? Tengo un estado de ánimo muy especial, por la posibilidad de tener un caballo mío, donde mi alma entera emana ilusiones que son verdaderos fuegos artificiales. Pero no obstante, ante tanta competencia, rota la fe al ver el éxito amenazado.
Es horrible tener que soportar las consecuencias de la adversidad, de tener que ser desplazado simplemente porque hay alguien mejor; encima después, ser juzgado por la propia conciencia ahora insatisfecha.
Cristal: Ay dios mío, miren, una paloma me hiso caca en la ropa.
Duarte: Eso quiere decir que estarás embarazada.
(Cuando Antonio escucha esto, sin que nadie lo vea, le propina un codazo en las costillas a su compañero).
Lucas: Quiero contar algo propio de aquella época en que nos conocimos cuando éramos amigos y recorrimos un largo camino juntos. ¿Me dejan? Es una simple confesión dedicada para los que no saben, de algo que hacíamos: Siendo pequeños, en ocasiones nos bebíamos varios litros de cerveza, del pico de la botella no más (Bha, en realidad yo siempre fui bastante petiso, que por tal deformación pensaba que era más pequeño todavía) pero como sea más luego hacíamos unas meadas a dúo, bravas pilladas, y mirándonos decíamos: Nosotros venimos de los caballos, hemos resucitado en los humanos, pero somos caballos de pura sepa ¿Verdad? Y después cantábamos como tenores recreando con la voz impostada, seguros de nosotros, flores de relincho a todo volumen, además, letras de canciones improvisadas en el momento como haciendo eructos, cosa material que tiene su valor también.
Antonio: Hércules me sabe hablar cuando lo veo.
Lucas: ¿Se han dado cuenta, hace diez minutos que llegamos y nadie se ha dignado atender?
Cristal: Para mí que está cerrado y sin querer han dejado las mesas afuera. Desde hoy que estoy mirando y por ningún lado hay alguien que atienda.
Lucas: Voy a preguntar adentro, de aquí observo que la puerta principal está entre abierta, en el fondo hay una luz encendida. Aguarden un momento; les aviso que si veo que nos atienden rápido, pido una cerveza con cuatro vasos y una picadita de copetín.
Cristal: Quisiera que me cuenten algo más sobre Hércules.
Duarte: Yo trabajo para un Haras muy importante, tenemos un millar de caballos en el campo. Y Hércules es un líder natural entre los demás animales, los que estamos conviviendo con él lo sabemos perfectamente, un caballo con una personalidad como la del humano. Sabe distinguir a cada uno que se le acerca, solo le faltaría hablar castellano. Bueno pero resulta que ahora lo quieren vender porque la mujer del dueño, que juntos son mis patrones, resulta que está celosa del animal.
Antonio: Yo lo vi solamente una docena de veces en mi vida, y ya la segunda vez que fui a visitarlo, me hiso un sonido muy especial, muy dedicado, que se escuchó como con ondas sonoras que reproducían mi nombre: Antonio, como si supiera de antemano que algún día seremos inseparables.
De paso me presento: Antonio Toledo para servirte, aquí tienes mi tarjeta, soy profesor de computación, pero aparte arreglo computadoras a domicilio.
Duarte: Antonio está loco por vos.
Cristal: Todo es relativo, ha no olvidar nunca ésta gran verdad.
Lucas se la pasa diciendo que se quiere separar de mí. De luna de miel fuimos a dar una vuelta en un crucero, donde pasamos la noche entera, en un momento se subió a la baranda del barco, así, igual que yo ahora en el respaldo de esta silla, y por primar vez dijo que se quería separar.
A todo esto pensaba que iría a caer siendo triturado por la hélice.
Pero sentía que era todo un delirio, no podía estar hablando en serio puesto que recién nos habíamos casado. Bueno desde aquella vez hasta hoy día, y miren que ya han pasado dos años, no hubo día en que por lo menos una vez no pronunciara la misma sentencia. Llego a pensar que algo le comprime el cerebro.
(Cuando de pronto regresa Lucas apareciendo acompañado de una montura de cabalgar).
Lucas: Resulta que no vienen a atendernos porque me dijeron que el negocio está cerrado por duelo; pero fíjense lo que me pasó, allí dentro hay un hombre oficiando de sereno, quien me vendió por cien pesos ésta preciosa montura, que hasta recién la tenían de adorno metida en una vitrina; diría que a fallecido el dueño.
Aparece un auto por la calle, con un tráiler detrás, como para llevar animales, con un cartel que dice, se vende.
Antonio: Gente linda, miren por favor esto, urgente. Es un tráiler, justo lo que necesitamos y encima lleva un cartel con una leyenda que dice: Se vende. ¡Señor, aquí por favor, deténgase por favor! Nosotros se lo compramos.
Cristal: Y al contado.
Antonio: Este tráiler me hace matar de risa ¿Se fijaron, es de color naranja o estoy daltónico? Me hace descostillar, deben llevar de gira al león del Sarrasani, parece de un color de yema de huevo podrido. A los panchos, panchos, sabrosos los panchos con rica mostaza, nos van a decir por la calle. A los lindos Hot dog nos van gritar desde las terrazas.
Cristal: No seas acomplejado. Un tráiler para un caballo es como la casa para el caracol, sea del color que sea; tengo la idea de que siempre lo llevaremos a pasear. Mi sueño es que pueda viajar en avión y dar la vuelta al mundo.
Duarte: (Luego de hablar con él de la camioneta) Muchachos, a mil pesos lo negocia, es un regalo, ponemos trescientos treinta y tres cada uno, una oferta que no podemos dejar pasar.
Lucas: Tengo el dinero encima, aquí van mis dineros para la pichincha.
Duarte: Y aquí la otra parte amigos, y en nada titubear entonces.
(Al otro día, en la subasta)
Duarte: ¡Martillero, a esa oferta de treinta mil nosotros decimos treinta y seis mil!
Cristal: Estas loco de donde vamos a sacar tanta plata, por todos los santos aumenta de a poco la cifra, desde ya que amamos a Hércules pero no por ello nos sobra el dinero.
Antonio: Deja de protestar, lo está haciendo muy bien, no te das que quiere desalentar a los rivales.
Te suplico no te amargues, ahora que voy a vivir en la forrajería, ya vas a ver, seguro que aumentan mucho las ventas.
No hay nada que hacer, veo este tráiler y siempre hago la misma reflexión, como que existe un dios es propiamente la jaula del loro, después Hércules va tener que piar para hacerse entender como sabe con maestría.
Cristal: Mejor cierra la boca, que estoy empezando a levantar presión.
Antonio: Pensar que pronto dormiremos juntos apoyando la cabeza en la misma almohada, quisiera que ocurra lo mismo contigo pero en cambio debo contentarme con el animal.
Duarte: Chicas y muchachos, escuchen que hermoso silencio.
Antonio: Estoy sorprendido, a la suma de treinta y seis que recién ofertamos nadie responde. Uy que emoción, se me hace agua a la boca, de pensar los asados que voy a comer en su nombre, de tanta gente linda que vamos a conocer gracias a Hércules.
Duarte: Ojala que no redoblen la cifra pues tengo pensado seguir hasta la muerte; en ese caso nos va a salir una fortuna el potrillo Hércules.
Lucas: Por la pinta que tiene el caballo, ya les voy avisando, que estoy seguro que ha de correr muy ligero.
Cristal: ¿Saben lo que pasó cuando venían para el recinto? Había un equipo de música allí tirado en el suelo y levantando las patas delanteras, como para no pisarlo, pasó caminando como un buen señor, como si tal cosa.
Duarte: Que lindo silencio que nunca termina. Ahora escuchen al martillero público decir las venditas palabras de vendido a los señores.
Lucas: Con Cristal coincidimos en que a pesar de que nos quedamos sin un centavo, con lo puesto, igualmente estamos contentísimos, y que por suerte a nuestro negocio de venta de forraje lo tenemos bien surtido, como para que nos de un margen serio de juntar más dinero para continuar.
Antonio: Juro que cuando regresemos busco todas mis pertenencias y me mando a mudar, me marcho para siempre a vivir en la forrajería ¿Que opinan?
Cristal: Fantástico, alguien tiene que cuidar a Hércules de cerca.
Antonio: Inclusive, si rompo el chanchito a lo mejor pueda reunir mil pesos.
Pero después no se quejen si llueven gallinas del cielo por un año seguido.
Cristal: Podríamos resolver el hambre del mundo por algún buen tiempo.
Duarte: Chicos por favor esperen tranquilos, que enseguida volvemos con nuestro caballo y lo hacemos subir al tráiler, acompáñame Lucas, que necesito tu ayuda para agilizar los trámites; ah, pero eso si, cuando saldemos la deuda pendiente, al instante nos mandarnos a mudar.
Cristal: Prepárense para ir a Mar del Plata, porque de acá nos vamos para la costa.
(A Antonio) Quiero hacerte una pregunta, a ver que opinas, contéstame con la verdad absoluta, si resulta muy absurdo después de tanto celo, después de tanto cuidado, tener que lamentar una desgracia por la negligencia de exigir al animal más de lo debido ¿Será peligroso, se podrá mancar, el caballo galopando por la playa de arena, y después a querer morirse de la angustia?
Antonio: La verdad no lo creo, todo lo contrario, de tan feliz que se sentirá le alargarás la existencia.
Si algún día te faltara tú marido quiero que sepas que puedes contar conmigo, porque siempre te estaré esperando.
Duarte: Yo mientras Cristal anda por la playa, voy al muelle a tirar unos tiros con la caña.
Alumno: Uy que grande. Pensé que salían volando, que de tanto viajar en el tráiler se hubo convertido en un gran pájaro.
Antonio: ¡Epa! ¿Vieron eso? Cristal va galopando por la playa, cuando justo a tiempo Hércules logra saltar un castillo de arena, castillo muy hermoso, que por lo que observo un padre le hubo hecho a su querido hijito.
Alumno: ¿Sabes que con mi estimado Hércules de mente a mente nos estamos comunicando?
Duarte: ¿Cómo es eso?
Antonio: Estamos preocupados de verte desmejorado, antes de partir a cabalgar por la playa, Cristal, me hubo manifestado su honda preocupación por ver como tu salud día a día se deteriora ¿Sabes? Está sumamente intrigada en saber que resultado han arrojado dichos análisis clínicos, análisis que de favor hacia ti supe retirar del hospital.
Duarte: Si pero ahora no, voy a tirar unos tiros con la caña.
Alumno: En resumidas cuentas Duarte dice que anda bien, que solo tiene el colesterol y un poco elevado el nivel de azúcar en sangre, pero Cristal está preocupada, manifiesta verlo muy desmejorado.
Antonio: De todos modos nuestro estimado Hércules puede quedarse tranquilo pues nada hará cambiar el destino grande.
Cristal: Que impresionante eres campeón, saltas como ninguno, un avión surcando el espacio, eres un ave con gigantes alas.
Antonio: Hubiera sido una tragedia tener que ver el castillo destruido.
Alumno: De seguro que el niño ahora aliviado, luego del milagro ocurrido, ha de valorizar mejor la obra.
Hay otra imagen de Hércules tomando agua en los bosques de Palermo, y se ve a Lucas y Duarte, bebiendo del pico de una cerveza, apoyados en el tráiler color yema de huevo de campo.
Lucas y Duarte cantan aquella vieja canción: Venimos de los equinos, somos caballos con cuerpo de humano, pero caballos al fin.
Duarte: ¿Te puedo confiar algo, pero que ni siquiera tu mujer lo sepa?
Lucas: Si claro, nuca revelo mis secretos a extraños.
Duarte: No me queda mucho tiempo de vida, el análisis me dio re contra positivo, hace mucho tiempo que estoy apestado, mala suerte.
Así mismo, no me quiero omitir decir, que siento felicidad de que estemos juntos metidos en esta aventura.
Lucas: No pierdas las esperanzas, hoy día hay tratamientos que te pueden ayudar.
Duarte: Estoy débil, veo nublado, me salen manchas por todos lados. Resumiendo percibo que rápidamente voy muriendo.
Y otra imagen más de Antonio, que junto con el alumno, van haciendo arrastrar al pobre Hércules un carro enorme; Caballo quien pronto ha de debutar en el hipódromo de San Isidro; además de ir caminando con el Alumno por el desfile, que de a ratos va levantando la bosta.
Alumno: Estoy embalsamando roedores, con la idea posterior de hacer estatuas con los caballos que consiga, tendrías que hacerte una escapada y ver con qué poco material estoy trabajando, qué poco líquido estoy utilizando.
Antonio: ¿Sabes? Éste fue un carro lechero, usado para repartir leche a domicilio, típico de los años veinte, pero lo han reformado todo, pintado con muchos filetes, como para pasear gente por toda la ciudad.
Alumno: Cuanta gente llevamos ahí dentro.
Antonio: Veintiséis personas.
Alumno: Hércules, por favor, camina más despacio. Camina lento amigo que voy levantando tu bosta. Prometo, voy hacer una huerta en mi isla y luego te daré de comer mucha lechuga.
¿Sabe Antonio? Últimamente estoy disecando roedores, es decir que luego de muertos les aplico formol para que sus cuerpos queden duros y jamás se descompongan.
Antonio: Si ya me lo dijiste, está muy bueno. Pero te comento que esta actividad de embalsamar animales, no se fundamenta con estar ligado con la inteligencia sino más bien con los sentimientos más arraigados en el alma. Es una actividad milenaria, pero para tú bien, te recomiendo que leas y estudies pues es muy interesante.
Alumno: Quiero concretar el sueño de cumplir lo que te comentaba, embalsamar los caballos victimas de la peste equina.
Por último la gran imagen de coronación de Hércules al ganar su primera carrera, entre potrillos debutantes del grupo Uno.
Tiene puesta la corona de laureles, le sacan fotos, con Lucas con la montura que hubo comprado aquella tarde en la balanza del pesaje.
Cristal: No lo podemos creer, por fin hemos acertado un montón de dinero.
Lucas: El pesaje dio perfecto.
Antonio: Lucas ahora que ganamos, tenemos que invertir en comprar correas nuevas, las que están parecen medias viejas, deshilachadas como barba de choclo.
Lucas: Quédate tranquilo arriba del caballo yo soy el que manda.
¿Saben? El gran secreto del triunfo radica en esos dos kilos de más que bajé por la dieta; y desde luego por causa del fallecimiento inesperado del caballo favorito de la carrera, que sino no, no se si ganábamos tan cómodos.
Cristal: Venga esa foto ya mismo. Ahora si que es oficial que Hércules es el único ganador.
Duarte: Esperen que le coloco la corona de laureles. Sonrían por favor.
Lucas: Es un caballo de carrera con todas las letras, nadie lo podrá discutir, nadie habrá de negar o también soslayar esta nueva condición ¡Viva!
Cristal: ¿Vieron? Hércules es tan genial que se paga la pensión con los frutos del trabajo honesto.
Lucas: Hércules no quería que la carrera finalice, continuaba corriendo con fuerza después de cruzar el disco.
Cristal: Es notable, antes de empezar se lo veía contrariado al no ver en la pista a ese potrillo tan famoso que murió esta mañana.
Alumno: (Haciendo esquí) Tiempo después de aquella carrera consagratoria, la peste se propagó aun más. Por mi parte ya estoy listo para enfrentar el gran reto de comenzar con el proyecto de embalsamar caballos, de hacer un puerto donde las estatuas vayan a los museos y se queden por toda la eternidad.
Luego en otro lado del escenario, propiamente en una sesión de entrenamiento en el propio hipódromo, en una nueva corrida donde se echan tiempos y se mide con el cronómetro.
Antonio: Que grande eres Lucas, corres como una flecha aceitada.
Lucas: Es impresionante lo que anda este animal, vamos a toda velocidad como si nada, arrojando tiempos increíbles que seguro han de quedar en la historia del turf, además estoy ensayando una postura bastante diferente, pero te aseguro muy eficiente sin embargo, por no decir imposible de igualar, con la cual pretendo aumentar la velocidad otro poco.
Antonio: Los de la cátedra en forma generalizada pronostican que será muy difícil ganarle al potrillo, todo el tiempo incitan a los apostadores a jugar un buen dinero a la suerte de nuestro caballo; pues realmente sus patas no tocan el pasto verde, parece que acariciaran el suelo, es una verdadera delicia mirarlo correr en la pista.
Lucas: Bueno allá vamos, esta será la última partida de la jornada, por mi parte me encuentro sumamente satisfecho, pero noto que Hércules desea continuar galopando. Estoy convencido de que vamos a ganar nuevamente.
Antonio: Déjame acariciarlo por última vez antes de partir, suerte campeón.
Ah me olvidaba, por favor te lo ruego, no olvides de cambiar la montura por una más nueva para la próxima vez, esta es un verdadero cachivache totalmente raído.
Lucas: Si pero no olvides que nos acompaña desde que comenzamos esta historia sin fin. Pero quédate tranquilo que no irá a pasar nada malo.
Antonio: Eso espero, pero igual no te confíes tanto de las cosas viejas con tanto uso en su haber.
Lucas: Igual te agradezco la preocupación, prometo que lo voy a tener en cuenta ¡Vamos! ¡Arre campeón!
Antonio: Aquí vine. Cristal, tu marido es un fenomeno, pleace alcánzame el cronómetro, que cuando llegue a palo de los mil doscientos metros comienzo a tomar el tiempo.
Cristal: Ay por dios no quiero saber de esto, Lucas acaba de rodar en la pista.
Antonio: Pero por todos lo santos, que veo, Lucas acaba de caer del caballo.
Lamento tener que informarte, he podido ver con total claridad, apreciar el golpe de látigo que se ha dado contra la empalizada. Lamento tener que admitir, que lo que le aconteció recién con tu marido, sin dudas se trata de un fatal accidente, de un accidente fatal.
Cristal: Te creo. (Ella besa en los labios a Antonio, quien se queda petrificado) Beso tus labios Antonio, hago esto para llamar a la buena suerte, o quizá al milagro, y que ya sea por lo que puedan decir de malo no muera, que después todo pase por el tema de los celos, pero por dios que Lucas se salve.
Pero en cambio producto del accidente Lucas muere.
Más Antonio queda sospechado de haber causado el accidente por motivos pasionales.
Antonio: He quedado sospechado de haber causado el accidente por motivos pasionales, sin embargo la ironía de la vida indica que sigo viviendo en la casa del supuesto damnificado; aunque pronto deberé zarpar si es que deseo continuar libre, solamente dios y nosotros dos sabemos las veces que lo previne de lo que iría a suceder. Ahora estoy como paria huyendo de la justicia que me busca por todos lados menos donde debería. El colmo de lo que me faltaba, corren detrás de mí creyendo que soy el gordo de navidad, silbando la trémula melodía del himno de detenerse, por supuestos asistidos con perros de caza y la cárcel de fondo, pues encima han aumentado el presupuesto del poder judicial y entonces les sobra como para derrochar en estupideces. Igual que un banners mis piernas se hacen ligeras sobre una cinta de alfombra de púas. Con unas alas sobre las espaldas intento volar cual pavo real con plumas de colores. Estoy marchitado en la planta madre donde permanecen fieles a los designios de la naturaleza miles de capullos sin abrir. Mi mente para nada concuerda con ésta maldita realidad, no encontrando un indulto, aunque sea donde poder consolarme, voy endeble por la senda del ahorcado, existiendo una negativa tremebunda, alud que arrastra mi destino hacia un abismo sin fondo.
Al final de cuentas es de aceptar que siempre anduve entre riñas, carezco de ayuda oficial por ser un rebelde de toda la vida, por hablar mal de los gobernantes todo se ha vuelto en mi contra, al tiempo que voy derrochando saliva en un discurso que no encuentra eco.
Ahorcado ando por la mano del infortunio cansado de aguantar sobre el lomo los pecados ajenos. Cual fantasma de carne magra y huesos irrompibles permanezco escondido en un hoyo que la propia viuda me ofrece por saberme inocente ¿Usted señora ama de casa, diga la verdad, no me pondría en la torta de cumpleaños como para que todos los invitados pronuncien comentarios de actualidad?
Pálido de temor de ser juzgado por el propio demonio legalizado, sosegado me encuentro padeciendo penas, acompañado de un ángel que se espanta de ver mi semblante, o sea que no estoy cerrado, a la posibilidad escapar corriendo sin dar la vuelta la espalda por miedo.
Luego hay una escena de tipo velatorio, frente a la caja con las cenizas, en la que se ve al espectro de Lucas, solicitando a Cristal que vuelva con él, diciendo que él no la quiere dejar, pero Cristal le contesta: Pero si eres un espectro, apareces y por momentos desapareces; por momento nadie te ve con plena claridad, pero si te podemos escuchar nitidez.
Antonio: (Ante la aparición del espectro de Lucas en la escena) Pero que sorpresa ¿Ustedes ven lo que yo veo?
Cristal: Si claro es increíble ¿Lucas eres tú otra vez?
Duarte: Ahora si lo veo, es el espectro de Lucas, algunos luego de un tiempo suele aparecer por unos pocos días, pero luego se retiran. No se preocupen demasiado pues a las pocas horas siempre desaparecen y aparte son inofensivos y muy sociales.
Cuándo perezca espero regresar de esta vendita manera.
Cristal: Voy cayendo sobre un cielo celeste que oficia de almohada.
Y que tú amado mío,
te fuiste como un pájaro detrás del viento.
La muerte es una cortina que separa la realidad del cielo, como los sueños que son la canción que está tan lejos que solo se escucha en nuestro interior.
Lucas: Un frio enorme tala los huesos, igual que la distancia que nunca rompe en la empalizada. Ya no soy quien era pero sigo siendo algo con vida, que va camino hacia el juicio final, donde luego he de partir a donde dios disponga.
Cristal: En la memoria te llevaremos sobre un puñado de recuerdos, que duros como rocas permanecerán inalterables mientras estemos presentes en este espacio de tiempo.
Lucas: Ya verán que es el cielo donde habré de ir.
Cristal: El espectro de Lucas aquí presente no me permite mentir, siempre expresó, a modo de solicitud, justamente para convertirse en un espectro y no en otra entelequia, que si algún día llegase a morir, quisiera que por favor no lo velemos, que así nomás, sin velatorio, rápidamente lo llevemos al crematorio lo más rápido posible, y que luego sus cenizas sean esparcidas sobre la pista principal.
Lucas: Si es verdad, todo lo que dice Cristal es cierto, por favor no se asusten, pretendí convertirme en un simple espectro antes de continuar camino hacia el juicio final, y aquí me tienen.
Antonio: Existe un problema muy grave y es que a Hércules pronto la justicia Argentina lo irá a sacrificar. Pueden estar seguros que no me quedaré de brazos cruzados esperando que sople alguna suerte de viento a favor.
Duarte: Lo que dice Antonio es bien cierto, la ley nacional bien clarito expresa que si llegase morir el piloto, bajo cualquier circunstancia, aunque se trate de un episodio fatal consumado en un simple entrenamiento, el animal debe ser sacrificado irremediablemente.
Cristal: Que situación más acuciante, que momento de desesperación.
Antonio: (Ante la aparición del espectro de Lucas en la escena) Pero que sorpresa tan agradable amigo.
Duarte: Ahora si lo veo bien clarito, cuándo muera espero regresar de esta vendita manera.
Antonio: Eres un ángel Lucas, te felicito. Pero que alegría encontrarte. Di a nuestros amigos que yo no hice nada malo, que fue la fatalidad lo que ocasionó la tragedia.
Lucas: Yo creo que Antonio realmente no tuvo la culpa, pero es verdad que anduvo tocando a Hércules justo antes de la partida, quiero pensar, como él dice, que está ajeno al hecho, pero la realidad indica que tuvo tiempo para hacer una maldad, por lo menos eso es lo que piensan las autoridades.
Cristal: Oia, escucho su voz.
Antonio: No le hagan caso, no le presten atención.
Duarte: ¡Lucas! Te escuchamos clarito. De todos modos que gran consuelo ¿Dinos por cuanto tiempo te quedarás con nosotros? Quédate tranquilo que en cualquier momento me verás de ese lado.
Cristal: Mi amor te estoy escuchando. Pero no sé que decir.
Lucas: No pierdan tiempo, sigan sin mi, igual les adelanto que me indigna tener que dejar mis pertenencias en manos ajenas.
Pero lo que en verdad me tiene atormentado, que no me permite seguir rumbo al cielo, es que finalmente van a sacrificar a nuestro amado Hércules.
Lucas: Lamento informarte Duarte pero aquí en el cielo se comenta que tú eres el causante de haber contagiado a los equinos de la peste mortal.
Duarte: No me digas eso, han muerto tantos animales, que de solo decirlo me invade la tristeza.
Otra imagen muestra a Antonio sacando al animal del stud, ayudado por el alumno, donde lo cargan en el famoso tráiler, previamente dejando una yegua llamada Relámpago, con aspecto de enferma. Y luego se marchan al campo con Hércules, a quien enseguida que arriban lo pintan, tiñen de negro, y le cambian el nombre por el de la yegua Relámpago, quien es sacrificada en su lugar.
Después los muchachos tienen el cajón con las cenizas de la yegua convencidísimos de que se trata del propio Hércules.
También apareciendo un espectro, junto con el espectro de Lucas, que obviamente se trata de la yegua Relámpago.
Después los muchachos tienen el cajón con las cenizas convencidísimos de que se trata del propio Hércules.
También apareciendo un espectro, junto con el espectro de Lucas, que obviamente se trata de la yegua.
A lo mejor ponga que el espectro de Lucas canta una canción montado en Relámpago.
Ahora el escenario es el campo donde están escondidos; al cual irán Cristal y Duarte, y donde estarán presentes los espectros, correspondientes a Lucas y la yegua.
En otra parte del escenario, se ve a Cristal Martínez junto con Duarte Molina retirando las cenizas del supuesto Hércules y yendo en busca de Antonio, quien se encuentra escondido en el campo, junto con el alumno.
Cristal: Estoy tan triste y desolada que no encuentro consuelo alguno. Primero el hecho de tener que perder a mi marido, y luego a Hércules, quien después de dios es el ser a quien más amamos por sobre todas las cosas ¿Verdad?
Duarte: Se está haciendo tradición este asunto de tener que cremar a nuestros muertos, para luego apreciar su espectro que antes de continuar viaje al cielo o al infierno, que gentilmente se presentan en esta realidad para dejar sentado que existe otra dimensión más allá de esta vida. Quisiera que ocurra esto conmigo, lo mismo, para así venirlos a visitar y sacarnos una linda foto.
Cristal: Vayamos al campo donde se esconde Antonio de la justicia, golpearle la puerta de la tapera, portando las cenizas de Hércules y las de Lucas, que aquí también las tengo.
Antonio: Alcánzame el balde con la tintura, que no quiero dejar rastros de lo sucedido, tengo prisa en retomar una vida normal, aunque más no sea en apariencia.
Esto de tener que teñirlo con tintura habrá que hacerlo dos veces al mes, para que se vea bien negro como la propia Relámpago. Pobre yegua, era divina, pero tenemos que convenir que andaba muy mal de salud, afectada por la peste equina.
Alumno: Te diste cuenta, que ya tan rápido, se comporta de otra manera, cual caballo mariquita sin un gramo de inteligencia.
Antonio: No obstante, quiero que compartamos la propiedad del animal, de no haber sido por tu ayuda jamás hubiera conseguido salvar a Hércules del sacrificio.
A pesa de que Relámpago era una yegua, igual nadie notará el cambio, porque lo vamos a llevar a pastorear lo más lejos posible de las miras de los curiosos, los dueños me tienen tanta confianza que has de cuenta que estamos solos en un desierto.
En cambio la que si puede aparecer en escena es Cristal, y en cualquier momento, pues calculo que me han de andar buscando con desesperación.
Alumno: Pero atención, ha no olvidar, que debemos ocultar la verdad de los hechos ¿Estás de acuerdo? Lo mando ya mismo a pastorear por el campo bien lejos, y que ni Cristal Martínez y ni tú amigo Duarte nunca lo vayan a conocer.
Antonio: Lo que te pido es que si llegan a venir con las cenizas de la yegua por favor no te vayas a reír.
Alumno: No claro, yo mudo como una tumba.
Pero escucha alguien golpea la puerta de entrada, veré de quien se trata.
¡Antonio! Ha venido Cristal. Pero que sorpresa tan agradable, pasen siéntanse en su casa, es aun temprano ¿Quieren tomar algo?
Cristal: Pasó algo terrible, me siento tan desolada y débil, a Hércules finalmente lo han sacrificado, a la madrugada dejó de existir, y después lo cremaron en silencio.
Nosotros aquí trajimos sus cenizas para esparcir por el campo, pero en cambio por nada del mundo hemos podido divisar a su espectro.
Antonio: Tienes que entender que por motivo de las sospechas que recaen sobre mi, considero preferible quedarme por esta zona.
Mira Cristal, no se como sobrellevar el mal momento. Yo le dije al propio Lucas que el lazo estaba fundido y no me quiso escuchar. Siempre fue un enajenado, un tipo recontra soberbio al que había que cruzársele en el camino para que detenga la marcha. Aparte se dio que el lazo estaba apretado, pero era un cordón fundido de tanto ser usado, y no quiso escuchar mis concejos.
En el fondo yo deseaba estar con vos Cristal y que por lo tanto que se muera pensaba, pero nunca moví un dedo para que eso ocurra de verdad. No me siento para nada culpable.
Cristal: Antonio ¿Quieres pronunciar un discurso antes que de abramos la caja?
Aunque despierte la sonrisa, hemos traído las cenizas de Lucas también como para que descansen juntos.
A propósito ¿De quien es el caballo que está en la entrada?
Duarte: Confiesa la verdad ¿Que ha sucedido?
Antonio: Venga un abrazo amigo que aun no nos hemos saludado.
Duarte: Basta de saludos, no es momento para bromear.
Antonio: Cuando compramos la montura lo primero que le comenté es que la cincha estaba muy gastada, que tuviera sumo cuidado. Después cuando Hércules ganó el primer clásico, le vuelvo a insistir con el tema, quedando como un tarado porque minutos después ganó de punta a punta. El día que murió, yo estaba con Cristal, pero hubo un momento donde me acerqué a Hércules y tan solo lo acaricie el pescuezo. Lucas sabía perfectamente que mi silencio de ultratumba se debía a que me encontraba con mucho fastidio, al observar la manifestación de la decadencia reflejada en ese lazo tan cuestionado por mí y que aun permanecía. No obstante partió a romper los relojes imponiendo su gran velocidad.
Para que vean que no intento ocultarles nada, les voy a confesar una cosa que ignoran. Si es que nuestro amigo en común esta de acuerdo ¿Eh, que dices Nicolás?
Alumno: Si dele nomás. Por mi parte está todo bien.
Antonio: Hércules está vivo, le hemos cambiado el aspecto, en realidad esas cenizas pertenecen a una yegua llamada Relámpago; siento vergüenza por lo ocurrido, pero el caballo sacrificado se trató de una yegua muy enferma, apestada de ésta nueva enfermedad de los equinos, que además amenaza con transformarse en una pandemia.
Por suerte la justicia aceptó el intercambio debido a que necesariamente deben cerrar el caso.
Por esto mismo es que Hércules debe seguir siendo Relámpago, más nadie fuera de nosotros y los intervinientes deben conocer la verdad.
Si bien es cierto que Cristal causó fuerte impacto en mí, solo estaba feliz de tener a Hércules, no necesitando otra cosa para mi vida.
¿Saben? Lucas fue una persona que me abrió su corazón entero, así es que pude albergar el afecto que me supo entregar, quiero aclarar que le tenía un aprecio genuino digno de destacar; además de significar una fuente real de riquezas por sus grandes conocimientos. Pero fue un tipo cabeza dura y así lo pago con su vida.
Cristal: Hércules está vivo, que inmensa alegría me da. En algo alivia, eclipsa, el fuerte desaliento que trajo aparejada la desaparición de Lucas.
Alumno: Un amor que viene para quedarse nunca tapa a otro que estaba, más bien lo supera ampliamente.
Antonio: Si pero no olviden que ahora se llama Relámpago, que si nos descubren, tal vez lo quieran sacrificar nuevamente.
Cristal: Nosotros te vamos a ayudar en lo que podamos. Sabemos que eres inocente, por lo menos eso es lo que voy a declarar ante la justicia.
Antonio: Si pero no resuelve el problema de la sentencia. Con esto han destruido mi vida; ahora no quedándome otra, si pretendo estar libre, que huir siempre huir, como un fugitivo, olvidando quien soy, postergando mi ser a cada palabra que pronuncie.
Alumno: Yo, Antonio, lo voy a ayudar en todo, para eso somos amigos. Conozco un lugar en donde se podría quedar, de lo contrario tendríamos que cavar un hoyo aquí mismo, cerca de donde yace Relámpago.
Antonio: Estoy confundido pero aun no pierdo la lucidez ¿Pero entonces porqué noto dudas en sus expresiones?
Vean que caja más grande es ésta donde descansan las cenizas de Relámpago; voy a arrojar las cenizas a los pies del árbol donde lo solían atar a la pobre yegua.
Alumno: Y yo quiero que sepan que desde hoy el nuevo Relámpago es mío, de Antonio y también de ustedes, pero por favor se los ruego no me dejen afuera.
Cristal: La temperatura está muy agradable, no deberías ponerte de mal humor por cualquier motivo, este asunto de la propiedad es algo que deberemos de deliberar primero, más luego someter a votación.
Antonio: Me parece que estuviera soñando despierto, que estemos nuevamente unidos y yo con una daga clavada en el cuerpo.
Duarte: ¿Quieres saber la verdad de lo que siento? Para mi no hay dudas que eres el auténtico asesino.
Por ello es que ya mismo te clavo ésta daga filosa, puñal pequeño pero que ha de penetrar tu horrenda carne.
Alumno: ¡Pero que acabas de hacer! ¡Bestia peluda!
Duarte: Pero esperen, no se apresuren en responder, no habrá de morir, solamente quedarás herido, así estarás inutilizado hasta que venga la policía.
Sepan que cuando se acercó para acariciar al caballo, ahí no más aprovechó para aflojar la montura.
Antonio: Mentira, yo no hice nada malo.
Duarte: Tú eres el que miente.
Hay testigos que te han visto. Mientras tanto tengo el deber de hacer justicia por mi propia cuenta.
Antonio: Pero di ¿Quien te manda a ser tan cerdo vigilante? Inmundo apestado. Me has clavado un puñal.
Te repito, era una cincha vieja donde el cuero hubo cedido, por lo tanto asumiendo la forma del lazo opuesto; que por desgracia no avisa aflojándose de repente, o quizá cuando por la mañana el jockey monta al caballo por el estribo, sino que más bien una vez sola se desata, siendo por lo general en esa oportunidad donde se desencadena la tragedia, como resultó ser, pero pregunto ¿Puede alguien, como ser yo, estar molestando, a una persona avezada, que sabe un montón sobre el tema que está exponiendo? Cada uno tenemos un mensaje en nuestro haber, y yo tengo ese, que cuando un lazo está vencido no hay que perder tiempo en reemplazarlo. Y máxime que el lazo estaba en una vitrina, de donde seguramente lo sacaron sin permiso. Cuando algo pasa a ser parte del arte, se debilita con relación a lo que exige la realidad.
Solamente me arrepiento de no haberlo tomado del cuello y haber dicho: Por todos los santos porque no cambias la cincha; o acaso pretendes que sea más grandioso lo que encuentras tirado que la metas que está buscando. Así fue que se presentó la muerte, por estar jugando con las leyes del destino.
Burro ¿Porque me has herido de semejante manera?
Duarte: Pronto no harás más que descansar en la sombra del calabozo pues has de aterrizar en la cárcel que es el lugar que mereces.
Aparte, no te quejes tanto que allí tienes una puñalada solamente, como para saber como queda de lindo el mango pegado a la panza.
Más luego de muerto te enterraremos bajo una lápida de cemento para que tu alma descanse bajo el hormigón.
Antonio: Que haces desdichado, no ves que me haces sentir un dolor inmenso. No te das cuenta que tienes Sida, que has contagiado a todos los equinos, tú fuiste el que inicio la peste.
Duarte: Odio haber propagado la maldita peste, no sigas hablando.
Querida amiga, escucha mi concejo, trata de escapar antes que sea demasiado tarde, estos tipos son muy peligrosos.
Alumno: Entonces no me queda otra que pegarte una trompada y un par de buenas patadas en las costillas.
Cristal: Pero que locura es ésta ¿Como te atreves a realizar semejante barbaridad?
Antonio: Si pero escucha, él primero me clavó un puñal, tan loco no está, yo siento que estoy muriendo, cada momento que pasa me estoy yendo en sangre y me voy sintiendo mucho peor.
Duarte: Bueno, pero si ahora me ayudan, quizá los llegue a perdonar de lo sucedido, más cuando digo de todo me refiero a lo de Antonio también. Por favor que alguien me ayude a respirar, una de las patadas me a golpeado justo en la boca del estómago, infeliz.
Cristal: Déjame ayudarte.
Alumno: Vos te quedas ahí, si no quieres correr con la misma suerte.
Duarte Molina con la locura que esgrime, no me extrañaría que sea un asesino serial.
Cristal: Ah, pero entonces vos también estás rechiflado.
No podemos permitir que mueran por falta de asistencia, se está ahogando.
Alumno: Según aseguran los que saben, dicha peste mortal es una mutación del virus del Sida, metida en la sangre de los propios equinos, y que esta bestia terrorista, que se hace pasar por santito, haya sido quien hubo contagiado a propósito para hacer un daño irreparable al planeta. Sin descartar que haya tenido relaciones sexuales con los animales.
Duarte: Pero cállate ignorante.
Antonio: Pero como sea, por dios, entiendan de una buena vez, que si descubren la verdad van a ejecutar a Relámpago.
Alumno: Carajo. Antes prefiero que éste tipo perezca de una buena vez por todas y luego a correr con los riesgos que debamos.
¿Antonio, te encuentras bien?
Antonio: Si, no te preocupes por mi, fue solo un corte de hoja desafilada, aunque por cierto bastante profundo, me pego justo en el rollo de carne llamado salvavida.
Cristal: Oye, joven atrevido, mira lo que aquí tengo, tiburón con los dientes afilados.
No obstante debo reconocer que tienes mucha razón en decirnos, que el hecho de que Hércules este ahora con vida, de ningún modo debe trascender.
Pero recibe tú merecido, ésta red de pesca que aquí ves ha de ser tú jaula por precaución, el chaleco de fuerza para el loco desquiciado.
Alumno: Pero que mujer más transgresora, me ha envuelto en una red de pesca. No puedo moverme.
Antonio: Anda Cristal, quítame la daga, que del dolor no puedo hacer nada.
Ay. Por suerte la herida no sangra, creo que esta vez no he de morir.
Alumno: Piensen, por el amor de dios se los pido, que si la verdad salta a la luz, muy probablemente vayan a sacrificar al animal que tanto queremos; está aun tibio el cuerpo de Lucas, no van a saber perdonar su muerte.
Duarte: Me va a resultar muy difícil retomar la amistad con ustedes, pero no obstante tienes mucha razón en lo que dices, que tal si dejamos aquí el asunto poniendo punto final a la guerra.
Personalmente necesito estar con Hércules, o con Relámpago como lo quieran llamar, los últimos días que me queden los quiero vivir a su lado.
No quiero tener un caballo para mirarlo de lejos, además, para que negarlo, necesito estar con ustedes también.
Alumno: Pero entienden que Hércules es otro, ya no puede hacer sociales como antes. Se tiene que quedar en la estancia, no debe recibir visitas ¿Entiendes? El verdadero Relámpago se debatía en soledad entre el aislamiento absoluto , la vida y la muerte. No debemos andar de paseo de aquí para allá, eso levantará polvadera, que de seguro nos va acarrear serios inconvenientes.
Tenemos que encontrar una excusa para estar aquí, que no es precisamente nuestra casa, o bien adquirir a Relámpago y mandarnos a mudar para siempre, comprárselo a su dueño digo, antes que descubran que ahora tiene otro sexo, y más luego llevarlo a pastorear a lugar más seguro, otro campo hipotético que por ahora que nadie sabe donde queda. Se supone que esto es una estancia donde viene poca gente de visita y no un campo de juego donde se practican diferentes disciplinas deportivas.
Cristal: En consecuencia lo mejor será disimular, encontrar una escusa que no despierte la más mínima sospecha ¿Están de acuerdo?
Alumno: Correcto. Por fin alguien coherente que habla.
Cristal: La próxima vez que vengamos diremos que somos de la veterinaria, pero por hoy no nos hagamos drama porque no hay nadie y el tiempo amenaza con tormenta.
Duarte: Si pero al ver que la yegua apestada nunca muere, justamente por el hecho de no morir pensarán que se trata de un milagro he intentaran hacer trascender el acontecimiento.
Cristal Martínez por qué mejor no traes a Hércules hasta aquí. No te preocupes más por mí, me siento reestablecido.
Eh, Antonio ¿Como te sientes? Yo de los golpes de tu socio aun me siento duro como una estaca.
Antonio: Me siento bastante mejor.
Duarte: Que lástima, tenía deseos de verte bien muerto.
Dicen que hay una foto que te muestra de cuerpo entero ajustando la montura antes de la partida de Lucas ¿Qué tienes para defenderte?
Cristal: ¿Es cierto eso Antonio?
Antonio: Es mentira, yo estoy tranquilo, nunca me acerqué demasiado. Sin ir más lejos, Cristal vos no me deja mentir, vos estuviste ahí cerca, por todos los santos haz memoria, alguien que ajusta un lazo tarda dos o tres minutos en realizar la tarea. De haber estado suelta la cincha la montura hubiera girado haciendo precipitar al jinete antes de montar por vez primera.
Alumno: Vos Duarte por todos los medios le intentas sacar de mentira a verdad a mi amigo Antonio; estoy bien seguro que aun no sabes del todo como sucedieron los hecho, puesto que no estabas allí, con total malicia te pones a inventar una sospecha, o lo que es peor a fabular usando la tragedia como excusa para satisfacer tu propio sadismo, moribundo quieres incidir en la historia con evidente desparpajo.
Duarte: No es nada liviano golpear a traición, tus caprichos los conviertes en fuerza bruta aplicada. Maldita fiera salvaje cuando salga de esta te voy a matar a tiros.
Alumno: Vos casi matas a mi amigo de una puñalada, engreído.
Cristal: Quédate en tu lugar hasta sentir que respiras de nuevo. Mejor perdona al muchacho y empecemos de nuevo. Voy a traer a Hércules para que estemos un rato con él.
¿Dime Antonio, tú piensas que has de morir si no recibes asistencia?
Antonio: No, es increíble pero no me ha tocado ningún órgano, voy a estar bien.
Alumno: Quítame la red de encima, ya verán que no les haré ningún daño.
Cristal: Usted mejor cállese, que es bastante loco lo que acaba de hacer.
Igualmente corrijo, voy a traer a Relámpago hasta aquí. Lo primero que debemos hacer es empezar a acostumbrarnos a que se llama de otra manera.
Alumno: Es hora de que sepan quien soy de verdad, se que estoy poco presentable así atrapado como un pecesito, no importando lo que opinen es prioridad comprobar que se trata de un hombre temperamental pero en el fondo muy inofensivo.
Duarte: Miren allí Antonio, han venido de nuevo el espectro de Lucas y el de la yegua Relámpago.
Cristal: Debo llamar a la policía.
Alumno: Si lo haces sabrán que Relámpago es Hércules y por lo tanto lo volverán a juzgar, para luego como se debe sacrificarlo.
Cristal: Por favor no digas eso, para la sociedad Hércules ha dejado de existir, no se tienen porque enterar de la verdad.
Alumno: El juez va querer saber todo y pronto se dará cuenta, lo que será algo peor pues saldrá a la luz que estamos mintiendo.
Lo más conveniente es que depongamos la actitud agresiva entre nosotros y retomemos la vida normal igual que antes, que cada uno cargue con su pesar y que por favor no llamemos a nadie de afuera.
Les solicito que miren la realidad con sensatez, las cosas como son y no como pretendemos que sean, por favor no se mientan más, dejemos de engañarnos por un momento, Duarte está muriendo de Sida, basta de evasiones, viene arrastrando desde hace mucho ésta dolencia, son las últimas consecuencias de la enfermedad.
Pero atención, no ha de ser la paliza que recibió la causante del fatal desenlace, sino más bien la peste, que por este camino en breve lo ha de liquidar.
Propongo que vayamos a mi isla en el delta, y que entre todos nos dediquemos a embalsamar los caballos que nos manden del Jockey Club.
Duarte: Tal vez no debería ser yo quien lo diga, pero Nicolás tiene mucha razón. Además seguramente se sabrá que tengo la penosa enfermedad y me echarán del trabajo con lo cual quedare en Pampa y la vía.
¿Saben? ¡Que ironía del destino! A pedido de mi patrón, les venía a pedir, a vos Cristal y ti Antonio, si no se animan a trasladar quinientos caballos de un campo a otro vecino, pero ocurrió todo éste desborde donde casi casi me convierto en un asesino, celebro que haya sido solo un rasguño. Pido perdón de rodillas.
Alumno: Insisto en decir que no perdamos más tiempo y vayamos a mi isla, este negocio de las estatuas no va a deparar un buen dinero, y enseguida, seguro, bienestar.
A usted amigo Duarte no le queda mucho tiempo de vida, le aconsejo que pida licencia y se traslade con nosotros, le aseguro que no encontrará un lugar más complaciente para dejar existir.
Cristal: Quiero que sepan que soy una tremenda ignorante sobre este tema de embalsamar seres sin vida en estado de descomposición, que ignoro profundamente esta cuestión de hacer de un muerto una estatua, pero igual me produce un tanto de impresión el hecho de andar manipulando la naturaleza. Aparte que pienso que tal vez sus almas desprendidas del cuerpo acaso se puedan convertirse en espectros de cristales.
Nicolás: Sepan que con una sola aplicación de este poderoso líquido llamado formol, con todas sus viseras dentro un caballo queda correctamente embalsamado por siglos y siglos, aunque quizá debería decir eternamente.
Duarte: ¿Saben? Cuando muera quisiera que embalsamen mi cuerpo, y que pongan a exhibir la estatua vestido de blanco cerca de la orilla.
Alumno: Si pero no olvides que convertido en una estatua, tu imagen solo se podrá reflejar en otras personas pero nunca conformarás un ente propio, en cambio, si tu cuerpo es cremado hasta quedar reducido a cenizas, podremos observar tu espectro por algún buen tiempo.
Cristal: Di por escrito lo que prefieres y nosotros haremos que se cumpla tu voluntad.
Nicolás: La peste está provocando grandes estragos en todo el mundo, nosotros aquí no damos a vasto con la producción de tantos caballos que mueren, así parece que solo el robusto Relámpago se ha de salvar.
Cristal: Se ha retrasado el barco, en este viaje traerán tres grandes campeones que murieron recientemente, y de regreso se llevarán la estatua de Forli Juniors, que está en la rampa, para ponerla en un museo.
Antonio: Estoy exhausto pero igual me quedo para estar con Relámpago, pero che mejor nos dejamos de joder y lo llamamos Hércules, si total aquí no nos escucha nadie.
Nicolás: No mienta profesor, yo lo se, creo adivinarlo, usted se queda para estar al lado de Cristal Martínez, es hora de que formen una pareja en serio, y que tengan muchos hijos, créanme a nadie le va a molestar, ya ha pasado un tiempo prudencial desde que Lucas no está con nosotros, no tiene sentido tirar la pelota afuera.
Duarte: Hermanos, estoy de acuerdo, yo quisiera que antes de partir al otro mundo ustedes me puedan dar una especie sobrinito.
Ahora si por esas cosas de la trascedenecia yo llegase a volver como un espectro, espero que establezcamos algún tipo de relación de contacto.
Nicolás: Quiero que acepten un regalos que yo mismo hice para ustedes, una cama matrimonial. Esperen que en un segundo la armamos con respaldo y más. Dense un besito en los labios para los amigos como para darle comienzo a la obra.
Cristal: Un momento, a lo lejos suenan relámpagos, se avecina una tormenta, está comenzando a soplar un fuerte viento, no vaya a ser que aparezca el espectro de Lucas y nos vea festejando el comienzo del amor.
Duarte: Conozco a todos los caballos que traen, algunos los he visto nacer y ahora debo verlos morir. Río y lloro de pensar que yo mismo he ocasionado la pandemia, motivo por el que seré eternamente perseguido por dios. Para evitar sufrimiento tal vez sea conveniente que me quite la poca vida que me queda, a lo mejor sirva de paliativo para atenuar la condena.
Nicolás: No digas así, a lo mejor se produce un milagro y sanas; aparte si se confirma que tu nos hecho nada malo con eso de haber contagiado a todos los caballos del mundo, entonces serás libre de todo pecado.
Cristal: ¿Vieron lo que pasa? Hércules se queda mirando las estatuas durante horas enteras, queriendo provocar alguna reacción, pero por supuesto no nadie se mueve y entonces mira en su entorno para buscar complicidad.
Antonio: Debo instalar la antena parabólica, es hora de que por fin nos conectemos con la sagrada Internet y así poder instruirnos para ser más civilizados, que entiendo es lo que nos hace falta.
Nicolás: Puesto que seremos celebres, podríamos planear hacer una película. Así el tiempo seguirá corriendo cual agujas del reloj pero nosotros quedaremos cual liendres en el cuero cabelludo de la historia.
Cristal: ¿Pero que te pasa Duarte? ¿Te sientes mal?
Duarte: Ha llegado el momento de dejar de existir. Siento que en total me quedan veinte respiraciones.
Nicolás: Te prometo que haremos una balsa para quemar tu cuerpo en el rio, y luego tenerte entre nosotros como un lindo espectro, ya verás que podrás estar bien bastante tiempo fuera de lo convenido por la ley de la naturaleza.
Duarte: Adiós amigos voy a morir ahora, en este preciso momento, siento un poco de rabia, envidia, al tener que ceder mi lugar. Cristal permite que use tu falda de almohada, por favor traigan a Hércules en el tráiler. El aire se acaba, espero regresar pronto como un vulgar espectro.
Cristal: Ha muerto, su cuerpo no respira, no tiene nada de pulso.
Alumno: Vengan conmigo hacia la orilla, tengo la balsa preparada para el funeral.
Duarte Molina, hay muchas flores en la balsa, que tengas un buen viaje, y ojalá que regreses lo antes posible convertido en un espectro, o si fuera posible ahora, enseguida.
Antonio: Cristal, mira como se incendia la balsa sin remedios. Te voy a extrañar viejo compinche, a partir de este momento mi destino tiene una capa de guía y esa eres tú.
Es increíble, pero juro que es verdad, mientras el fuego logra su comedido, va apareciendo el espectro de Duarte, quien desde lejos nos saluda con los brazos en alto.
Duarte: Ey. Vengan síganme, esto es el otro mundo, estoy completamente fascinado, es otra dimensión ¿Se dan cuenta estoy en las puertas del cielo? Excelsa dimensión a la cual se viene cuando nos sobreviene la muerte. Nosotros somos espectros verdaderos, seres que habitan entre ambos mundos, pero que tienen su patria allá en el cielo junto al Señor.
Quiero darles la oportunidad de que conozcan esta realidad, los voy a llevar a que vean y luego los traeré de regreso.
Miren. Se encuentran conmigo los espectros de Lucas y el verdadero Relámpago, que no lo olviden, en realidad es una yegua en vez de un caballo macho.
Les propongo que caminemos en esta dirección en busca de Dios. Nunca se sabe bien donde estamos, si en la realidad del planeta que dejamos o en la nuestra correctamente.
Antonio: Me resulta fascinante que intercambiemos nuestros distintos mundos, y que tanto ustedes se hagan ver con total claridad, como nosotros insertarnos en vuestra dimensión sin problemas.
Pero disculpa, pues no permitiré que Cristal arriesgue su vida, cabe la posibilidad de que quizás nunca vayamos a regresar, o sea que ella se ha de quedar en el planeta tierra.
¿Tú que opinas Nicolás, te animas a que hagamos una expedición al otro mundo, a conciencia de los que nos puede suceder? Flor de paseíto.
Nicolás: Para que negarlo, es muy interesante esta posibilidad, creo que vale la pena arriesgar el pellejo ¿Pero quien habrá de cuidar las estatuas si es que acaso no regresamos?
Antonio: Por eso te pido que Cristal se quede con Hércules, vayamos nosotros, portando equipo de comunicación, cámaras de filmar, vas a ver que todo ha de andar sobre rieles. Aguarda que voy a averiguar un poco más.
Escúcheme señor espectro, espectro de mi amigo Duarte Molina, quisiéramos saber algo más de aquella dimensión ¿Usted es aquel Duarte que conocí o me equivoco?
Aun recuerdo que he recibido una puñalada de su parte, que por milagro no paso de lado a lado, trayéndome primero a mí.
Duarte: Vengan. Aquí si que existen fronteras pues el entorno siempre cambia, el paisaje lo es todo para nosotros. Por ejemplo cuando hay una tormenta el agua casi no te moja y el viento apenas si te empuja, aunque por supuesto que eso factores estar están, son como un entorno de nosotros, lo único que hay.
Lucas: Es una realidad agradable pero que a la vez despierta cierta angustia y desesperación, por ejemplo al parecer tan efímera la estancia en un mismo suelo. La luz está presente solamente en lo que se tiene que ver, el resto es de un color transparente, o sea que lo que predomina es el paisaje, o cuando estamos en un lugar público, donde habitan muchos espectros, lo que se ve con nitidez es al juez del sector donde permanecemos, o bien en términos de amplitud al rey del lugar, el resto es prácticamente la nada, un gran espacio carente de formas.
Antonio: Está bien, nos convencieron, iremos con ustedes. Todo sea por la ciencia, más nada, cero para la desesperación.
Duarte: Para entrar en nuestra dimensión no hace falta más nada que solicitarlo con los pensamientos. Concretamente por medio de una forma de rezar específica donde se expone la necesidad de viajar por esta realidad.
Lucas: Ahora observa como toda la atmósfera se va poniendo de un color invisible, ha desaparecido el puerto y todos los seres queridos que quedaron allá. Adelante entonces. Con tu sola aprobación ya estarás en este mundo con nosotros. Vamos insiste.
Antonio: ¿Así está bien? Lo estoy logrando me parece.
¿Pero y Nicolás donde está, donde se encuentra?
Duarte: Aun no ha venido porque sigue meditando la decisión, diferente a vos que diste tu aprobación enseguidita, como un estúpido tu amigo todavía está pensando si acepta el helado de frambuesa.
Cristal: Hola aquí vine, llegué. Mientras Nicolás aun medita su decisión personal, yo les pedí a los ángeles que me trajeran aquí con ustedes en su lugar, ocupando un sitio que quizá no me pertenece estoy en este bendito lugar.
Y así por el hecho de estar montando a Hércules es que aparecimos juntos.
Duarte: Hércules que gusto verte en este lugar, Igual no teman que nada malo les irá a pasar.
Lucas: Tampoco tienen porque ocultar que están enamorados, yo me la banco.
Duarte: Lucas y yo somos espectros y como tal no debemos arrastrar cuestiones del pasado, nos está prohibido, por esto es que entre nosotros no existe rencor alguno con lo que hemos dejado atrás.
Lucas: Pero se nos presenta la oportunidad de que vengan con nosotros. Es una noble excepción que no siempre sucede.
Antonio: ¿Adónde está Nicolás en estos momentos?
Duarte: Aun no se decide, sigue pensando todavía, está mascullando la decisión pero cuando termine habrá de venir de inmediato.
Lucas: Atraviesas por una tormenta pero no te mojas, suena interesante ¿Pero pregunto para que llueve entonces? Vas por un desierto, pero la sed que sientes no te ha de molestar demasiado ¿Pero para que están las cosas entonces? Estás en una selva pero no se ven animales, es todo naturaleza, hay mucho follaje ¿Es acaso un mundo solo de imágenes naturales?
Duarte: El mundo material donde viven ustedes, es desde el punto de vista de la concepción divina, algo muy fuerte de aceptar, aunque nada complico claro está, donde todos deseamos quedarnos, entonces queda resonando la materialidad traducida en distintas instancia hasta llegar al cielo de dios, o sea que esto donde estamos parados, es una de esas capas donde, por decirlo de alguna manera, se homenajea a la realidad material, donde ella aun sigue resonando como una música fenomenal.
Lucas: De todas maneras estamos a la espera de un juicio acerca de nuestro comportamiento de cuando estuvimos viviendo en la tierra.
Duarte: Che pero miren. Miren a lo lejos, está la yegua Relámpago junto con Hércules, que rápidamente se está enamorando, y además parece que flotaran en el espacio. Hércules le olfatea la verija mientras que ella va caminando incómoda.
Lucas: Hasta el momento solo han visto una bandada de caballitos con alas ¿Verdad? Pues es el alma de los pobres que van muriendo víctimas de la peste.
Nicolás: Hola. Aquí vine, por fin estoy con ustedes, pensé que me quedaba solo en éste calidoscopio del más allá. Pensaba y pensaba estupideces, pero reciencito acabo de tomar la decisión de incorporarme a la expedición con los espectros, y por suerte dio resultado inmediato, me siento como en el túnel del tiempo.
Lucas: ¿Calculan que en breve han de poder regresar, verdad? Pero les voy informando que lo que imaginan no es para nada así de cierto, aquí todo es muy estricto, a lo mejor pierdan los privilegios y sean considerados como simples muertos, ya no teniendo nuevas posibilidades de regresar.
Duarte: Estoy bailando al compás del viento al estar en este momento debajo de una tormenta eléctrica.
Lucas: Aquí nadie es en verdad importante, solamente sobar el aire o el vapor a borbotones es lo principal.
Duarte: Y resulta que un buen día, después de tanto caminar sin sentido, te encuentras con el rey del lugar y resulta que sostienes la conversación más ilustrada.
Antonio: Nos a dado un gustazo tremendo estar aquí, pero se sabe debemos regresar, nos hace sentir muy felices conocer que se encuentran fenómeno.
Cristal: A mi recién me ha impactado un rayo del cielo pero no me ha hecho ni cosquilla.
Lucas: Pero en cambio ustedes pronto harán una pareja feliz, mientras que nosotros navegaremos por paisajes que van cambiando de forma.
Antonio: Eso fue lo mejor que me pasó, sentir que todo cambia pero que siempre sientes lo mismo: Estar en un desierto sin perder ni una gota de transpiración.
Duarte: ¿No nos estarás cargando vos? Burlándote de nosotros, enano de jardín ¿Verdad? Mira que aquí juegan de visitante.
Lucas: Uy, pero que tienes en contra de los petisos, la puta madre digo.
Antonio: Muchachos miren la yegua Relámpago le acaba de dar una patada en la cara a Hércules, sobre un paisaje de rocas y montañas, hay dios mío, donde un espectro que parece ser el gobernador en persona festeja lo sucedido.
Cristal: Queremos volver cuanto antes, tengo mucho miedo.
Antonio: De la patada le ha volado parte de la cara. Debo socorrerlo.
Duarte: No entiendo porque te apropias de Hércules si él es de todos.
Lucas: Maldita sea siempre eres el mismo piraña, un ser que no se conforma con nada.
Antonio: Ustedes están muertos, esto se trata de otra realidad, también material pero entrando en un estado gaseoso muy especial.
Yo a vos Lucas nunca te hice nada malo, ya les dije que el lazo de la montura se desató sin ayuda, que soy completamente inocente. En cuanto a ti Duarte, en nada tengo la culpa de que te hallas contagiado de la maldita peste rosa, justo la primera vez que te relacionaste con un hombre.
Quiero que sepan que con Cristal vamos a formar una pareja, porque vos Lucas hace mucho que moriste, no tiene sentido estar esperando a que regreses.
Lucas: Si lo tiene, ya ves como estamos nuevamente juntos.
Antonio: Si pero no es lo que se estila. Esto de poder viajar a otra dimensión es algo muy milagroso. Que de paso aclaro bien merece nuestro mejor respeto.
Oye Cristal, mejor comienza a rezar y a pedir que queremos volver a casa, Hércules está seriamente lastimado, anda acércate a él, mientras pides a dios que nos devuelva a nuestra realidad. Creo que aquí nuestras vidas corren serio peligro. Reúnete con Nicolás, más juntos imploren que queremos regresar, es urgente no perdamos más tiempo.
Lucas: Seguro que extrañan comer algo, pero aquí no hay alimentos, por lo tanto nadie tiene apetito, igual hicimos unas empanadas de carne para ustedes.
Cristal: Ay que rico. De que están hechas.
Lucas: De hígado de caballo.
Duarte: ¿Porque no cantan la canción de queremos volver, volver y volver? Queremos regresar a casa nuevamente, con la panza vacía pero con deseos de comer todo lo hecho por mamá, con una ancha sonrisa de satisfacción de estar de nuevo con nuestros seres amados.
La escena continua, pero el escenario va cambiando a esta realidad, propiamente en el mismo lugar de donde partieron.
Finalmente logran hacer pie en la isla de Nicolás, en el propio puerto de estatuas, tal como si no hubiera ocurrido nada sobrenatural, donde está la cama matrimonial armada, como esperando el encuentro postergado, todo esto, siempre pronunciando las misma palabras de antes de salir de la otra realidad, el otro mundo.
Cristal: Queremos volver, queremos regresar, por favor queremos volver, queremos regresar.
Y así es que vuelven a esta realidad, junto con Nicolás y Hércules (Herido por la patada) a los pocos segundo retomando una vida normal, pero especialmente dedicada a la cura del caballo.
Hasta que enseguida aparecen Lucas y Duarte golpeando la puerta de entrada, disfrazados de detectives que investigan la muerte del propio Lucas, y con fotos falsas acusan a Antonio de haber asesinado a Lucas.
Antonio: Increíble Hércules fue a atender la puerta e hiso pasar a esta gente, dicen ser policías que vienen con una orden de allanamiento.
Cristal: Voy a buscar la escopeta, algo me huele a trampa.
Nicolás: Cristal tiene razón, no se escuchó llegar ninguna lancha a motor, además los vecinos no han venido este fin de semana. Voy a traer el machete.
Duarte: Buenos días señores, venimos con una orden para arrestar al señor Antonio Toledo, acusado de asesinato, tenemos fotos que lo muestran de cuerpo entero aflojando el lazo de la montura.
Lucas: Aquí están.
Cristal: Miren señores policía, yo estoy embarazada y voy a tener un hijo, no quisiera tener que lamentar perderlo por culpa de ustedes, así que si todo esto es una farsa por favor les ruego que ya mismo se retiren.
Duarte: Antonio Toledo queda usted arrestado, acusado de homicidio simple. No tiene sentido que continúe mintiendo. Ponga las manos hacia adelante para colocarle las esposas.
Cristal: Todo esto es una farsa, ustedes son los espectros ¿Verdad?
Lucas: Cu-cú. Me quito el disfraz para vos querida, soy yo el espectro de tu marido.
Duarte: Aquí estamos en vuestra realidad ¿Qué, no se ponen contentos?
Antonio: No es eso, solamente que hay mala onda.
Lucas: Mala onda dice. El señor habla de hacer el bien, un asesino dando cátedra de sana convivencia.
Duarte: ¿No podías esperar a que nos fuéramos definitivamente? Tenías que dejar preniada a esta perra.
Lucas: Pónganse contra aquella pared.
Duarte: Que los iremos a fusilar
Lucas: ¡Vamos!
Duarte: ¡Rápido!
Lucas: Hércules es el único ser que se ha de salvar del holocausto.
Antonio: La peste les ha entrado tanto en el cuerpo cuando estuvieron vivos, que aun después de muertos, siendo unos malhechores no los aceptan ni en el propio infierno, pulularán por la atmósfera pero pronto serán parte del viento.
Nicolás: Muchacho depongamos las armas, vayamos a socorrer a Hércules, que está seriamente lastimado.
Lucas: A ti será al primero que fusilaremos, aquí tienes un tiro por la espalda a la altura del corazón.
Cristina: ¡Asesinos!
Antonio: Que barbaridad.
Nicolás: Erraste.
Duarte: Ahora voy a sacrificar a Hércules, no soporto verlo tan averiado.
Lucas: Adiós campeón, que tengas suerte en lo que te vaya a tocar en la repartija.
Duarte: Hasta siempre angelito.
Cristal: A Hércules no, ofrezco mi vida a cambio.
Lucas: Quédate tranquila tenemos otra sorpresa guardada solo para ti.
Duarte: Así que el alumno embalsama los caballos que el hipódromo les manda ¡Entrometidos!
Lucas ¿Que tal si mejor los embalsamamos nosotros a ustedes con esta jeringa? Así no volvemos contentos como simples fantasmas que pronto irán a consumirse cual llamas de un candelabro.
Antonio: Maldito criminal, quieres matar a Hércules.
Lucas: Che, vamos a inyectarle formol a estos, así se quedan duros sin antes estar muertos.
Duarte: Para que continuar matando si en la cámara frigorífica tenemos caballos muertos, fresquitos, del hipódromo. Vamos a embalsamar a Hércules primero y después a este lechón.
Cristal: En un punto el mal y el bien conviven en una guerra, en plena primavera, ellos en definitiva no aceptan que la vida continua sin su presencia, porque siempre se sintieron dioses terrenales y ahora no son más que un pedazo de la nada haciendo daño por última vez.
Antonio: Charlemos, hagamos un pacto de no agresión.
Cristal: Tú Duarte no te quejes tanto, estás mejor ahora que cuando estabas enfermo hecho una piltrafa.
Nicolás: Vayamos a conversar al muelle, tal vez exista una manera de que se queden ¿Les agradaría esquiar? ¿Quieren que prepare la lancha y damos una vuelta?
Lucas: Queremos sentarnos formando una ronda, y que Cristal se siente sobre mi pierna y que me de unos besos en los labios.
Nicolás: La radio da cuenta de que la peste se está retirando, que en las últimas semanas no a habido víctimas fatales.
Antonio: Insisto en decir, que con Cristal formamos una pareja de recién casados. Ella ahora es mía. Entiende Lucas que estás muerto.
Lucas: Si pero a lo mejor nos quedamos para siempre ¿Qué haremos entonces? El que tiene que retroceder eres tú.
Antonio: Esto me hace recordar aquella disputa que tuvimos por el taxi, el día en que nos conocimos.
Cristal: Oye hombre invisible, resulta que me siento en tu falda y sigo derecho hasta el piso, date cuenta que ya no eres un humano.
Nicolás: Estoy curando a Hércules pues tiene un corte profundo en el medio de la cabeza a la altura de la quijada, pero no se preocupen que esta bastante mejorado.
Lucas: Que diferente es esto a nuestro mundo, aquí todo es más patético, la atmósfera pesa en el cuerpo, hasta en las entrañas.
Duarte: Que fue de mi nombre en esta vida.
Antonio: Se descubrió que fuiste tú quien transmitió la peste a los equinos, más todavía te están buscando pues nosotros no reportamos tu deceso, quemamos tu cuerpo sobre una balsa llena de flores y troncos.
Duarte: Siento nostalgia del pasado.
Cristal: Si, nosotros también, salió todo tan mal. Nos vimos en la obligación de seguir adelante con lo poco que tenemos. Les pedimos disculpas pero hicimos los que nos dictaron la conciencia y el corazón.
Lucas: Lo poco que tenemos dice la maleducada y está embarazada.
Duarte: Debes abortar ese proyecto que llevas adentro.
Antonio: Mejor tengamos una convivencia pacífica, nosotros no ganamos nada de nada con estar enfrentados.
Cristal: A lo mejor yéndose de buena gana haga que algún día volvamos a encontrarnos.
Antonio: Que les parece si armamos el carro y lo enganchamos con Hércules, más nos internamos en el monte, para ver si encontramos una salida donde puedan regresar.
Lucas: Me quiero volver a la realidad a la cual pertenezco.
Duarte: Yo también.
Nicolás: Que bueno. Sepan que no tenemos nada contra ustedes dos, pero contra la muerte no hay nada mejor que respetar sus reglas. A lo mejor los estén esperando para el juicio final pero al no presentarse dejen de ser almas en transito, para pasar a ser fantasmas en la noche más triste.
Cristal: Vayamos antes que anochezca.
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