Un quetzal alzó su vuelo, se podria decir que era un encanto en movimiento desce ndiendo y alzándose sobre la multitud con aquel verdor en su plumaje como un reflejo de la selva donde habita y que bajando por su espalda se extiende a la ondulante cola con indescribible gracia. Tornándose de frente a la multitud desplegó el rubi de su pecho con el borde de dos plumas alabastrinas. Era por aquellas aves un símbolo, para aquellos animales que paulatinamente desaparecen por que su habitat es destruido por humanos. Además de libertad parecía hacerlos pensar en un futuro incierto.
Cuando dejó de volar, hubo un gran silencio, habían muchos ojos húmedos y de entre los pájaros se pudo oír un estornino recitando las primeras líneas de aquel famoso poema:

“Es un pájaro mudo, pero hermoso
una alhaja que ha salido volando
de un arcón reluciente.
Si se quiebra una pluma
en su estuche se encaja
y principia a morirse
de la pena que siente” (***)

Todas las aves presentes se pusieron de pie y le brindaron una ensordecedora ovación con su aleteo.
Manteniendo su dignidad en silencio, el quetzal bajo su cabeza en agradecimiento: 50 puntos.

La controversia reapareció cuando con su peculiar andar los pingüinos se encaminaron hacia la orilla del lago y brincaron en las aguas sin titubear. Se hundían y reaparecían en perfecta sincronización de sus alas y sus colas. Alegremente se deslizaban con sus aerodinámicos cuerpos admirados en las cristalinas aguas para terminar saliendo entre sonrisas con su elegante traje negro-blanco de etiqueta: 40 punbtos.

-¡No es justo!- graznó con indignación una cotorra -¡Eso no es volar, es nadar!-
El pingüino real, ténico de aquel grupo, clarificó –“Vuelo sincronizado bajo agua-
-¡¡Nadooo!! ¡¡¡Nadooo!!!- repetían loros, cotorras y pericos en Ruidoso coro.
-Que vergüenza- comentó un cisne negro en tono molesto -todos estos psittácidos verdes son tan escandalosos.-
-¡No es justo, no es justo!- gritaba una cacatúa con la cresta parada en su ira.
Haciendo un pequeño círculo los jueces discutieron el punto. Finalmente el búho anunció aclarándose el galillo:
-Ajem, volar es avanzar haciendo uso de las alas y los atletas pingüinos volaron bajo el agua. Nadar es avanzar usando aletas como el llamado ‘pez volador’ que en realidad nada brevemente en el aire. Las técnicas son las mismas, lo que ha cambiado es el medio. Los pingüinos, repito, volaron bajo el agua y no serán descalificados: 45 puntos-.
Una colorida guacamaya estaba a punto de protestar cuando un halcón de severo mirar la aconsejó:
-Mira lapa, mejor te callas, la decision del jurado es final y mejor dile a tus compañeros que será mejor si cierran los picos.
Muchas otras aves volaron logrando más o menos puntos pero sin conseguir el elusivo 100.
Ahora era el turno de las prodigiosas aves grandes.