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LA PLAZA, EL ARCO, EL CEMENTERIO Y EL TEMPLO


Caminaba por esa plaza o bandejón central de una avenida, la ciudad en la que me encontraba era aparentemente un gran centro cívico, no sabía en realidad cuál era su nombre, nunca antes había estado allí, al llegar al final del bandejón que dividía la avenida vi una pileta pequeña en medio del sendero entre el pasto y los árboles que se encontraban al final. Una bruma cubría todo ese lugar del bandejón, al acercarme pude verificar que la bruma y el abundante rocío provenían de cuatro dispensadores similares a duchas que expulsaban agua a una gran presión. La constante humedad había desarrollado un abundante musgo en los troncos de los árboles y la arenilla del sendero que finalizaba en la pileta estaba siempre mojada.

Mi cara se encontraba mojada por esta especie de llovizna, al mirar hacia atrás vi un hombre que se acercó a la pileta a recoger algo de ella a pesar de lo mojado que quedó. Dirigí mi mirada hacia el final del bandejón, el lado extremo por el cual venía y vi un gran arco que se elevaba por sobre la avenida, tenía pequeñas ventanas, lo que indicaba que se podía subir allí desde alguna puerta lateral. En el centro el arco estaba ornamentado con un escudo que tenía una estrella de cinco puntas. Luego observé los edificios a ambos costados de la avenida y pude notar que la pintura y las puertas y ventanas estaban deterioradas por la constante humedad.

Luego de cruzar la avenida me dirigí al cementerio, que por lo que recuerdo no estaba muy lejos de allí, recorrí todo un sendero que corría por un costado hasta llegar a un claro donde había una construcción o mausoleos algo deteriorados. En el suelo unas lapidas rotas y desparramadas tenían escritos en un idioma que no pude identificar, busqué entre los escombros del suelo piezas con algún texto que me fuese comprensible, de entre ellas tomé un objeto hecho al parecer de piedra caliza que se desgranaba un poco al contacto con mis manos, tenía la forma de un copo de nieve o similar, con innumerables ángulos y puntas.

Era el atardecer, no tardó mucho e hacerse casi de noche, tenía la figura que recogí en mi mano. De un momento a otro me dí cuenta que para avanzar podía hacerlo sin tocar el piso, podía volar, o flotar no demasiado alto.

Dejándome llevar por un impulso fui en busca de una antigua iglesia o templo en un extremo de esa ciudad, cuando la encontré entre flotando, y busqué en una de sus alas una de las cúpulas laterales. Estaba casi completamente oscuro, desde la altura en que me encontraba podía divisar abajo las bancas de madera de la iglesia iluminadas por la tenue luz que entraba por los vitrales que había a lo largo del templo.

Al llegar a la cúpula de un costado miré hacia arriba sabiendo que tenía que subir, estaba flotando a unos cuatro metros del piso, pero mi objetivo se encontraba arriba, casi a dieciocho metros de altura. Con esfuerzo me elevé hasta llegar allí, cuando casi no me quedaba fuerza pude llegar a lo alto de la cúpula. Fijo a la pared se encontraba una gran figura o estatua, de unos tres o cuatro metros de alto, su mano derecha estaba elevada sosteniendo una vara o un cilindro. Ya no tenía fuerzas para mantenerme elevado a esa altura, me acerqué a la figura y me sujeté con ambas manos de su rostro, era completamente oscuro, áspero, como hecho de grafito o carbón, no tenía ojos, ni nariz o boca, sólo las líneas de facciones humanas, como un gran maniquí sin rostro.
Ya no tenía fuerzas para mantenerme flotando por mí mismo, sabía que si soltaba el rostro de la figura caería por lo menos desde unos dieciocho metros. Miré hacia su brazo en lo alto queriendo alcanzar el objeto que tenía en su mano. Al sentir la textura de la figura o estatua en mis manos supe que llevaba aquí mucho tiempo, demasiado, entonces me decidí a subir por su brazo para tomar aquel objeto, cuando lo toqué la figura se iluminó tan intensamente que me enceguecí, luego todo fue oscuridad no se si caí o seguí subiendo.

Fin.


Sergio Cerda Soledo.
14-07-2010

Texto agregado el 02-12-2010, y leído por 135 visitantes. (0 votos)


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