No sé de qué escribir hoy... Siempre es lo mismo, empiezo con una frase cursi y después de tres cuartillas termino con tu nombre y punto final.

He escrito tanto de tan poco: mil escritos sobre cómo nos conocimos, unos cuantos sobre tus labios y sólo uno sobre nuestro adiós. O como yo he decidido llamarlo: “la pausa más prolongada de mi vida”.

He tenido mucho tiempo para pensarlo, pero poco ánimo de hacerlo. Mucha tinta para escribirlo y poco papel donde plasmarlo. Mi memoria no me deja en paz; y cada vez que oigo la palabra adiós, tu rostro vuelve a cruzar.

Sabía que lo nuestro iba a terminar así, esos cuentos sólo atrofian la mente; moldeándonos para volvernos sumisas e infelices en el afán de encontrar nuestro príncipe azul. Tú me habías prometido que no existía la palabra fin en nosotros, pero yo más realista sabía que la distancia es la peor enemiga del amor.

Yo sé que prometiste volver, pero ¿quién me lo asegura? ¿Tú? ¿las palabras? ¿nuestro amor?. Sólo el tiempo lo dirá... como muchas veces he escuchado.

¡Basta ya! Prometí que no iba a hablar de nosotros, de nuestro adiós, de nuestra historia, de nosotros. Se me han terminado las palabras, mi creatividad terminó con aquel último abrazo y la promesa de tu regreso.

Así que dejaré de derramar tinta, lágrimas, de seguir gastando nuestra historia; hasta que regreses...si es que algún día lo haces