Carta a un amigo.
Junto con escribirte deseo hacer extensivo este saludo a tu familia en general y espero que te encuentres muy bien junto a los que te aman, además necesitaba contactarme contigo, hace ya un tiempo que no nos hemos comunicado, de hecho siento que he tenido que forzar este encuentro entre ambos, y creí oportuno enviarte este e-mail, siento que nuestra amistad ha estado tirante y si viene cierto que no es el momento más agradable de tu vida, creo sin temor a equivocarme que la situación entre ambos amerita que por lo menos cerremos este ciclo con una charla como las de antaño, como aquellas conversaciones en esos días, tardes o noches casi interminables en las que nos jugábamos la vida defendiendo nuestros distintos puntos de vista, esas que siempre fueron especiales, recuerdo como si fuera ayer cuando nos conocimos, cuando apenas comenzabas a entender que forjarías tu futuro con tus propias manos, eras solo un adolescente asustadizo que temía a lo desconocido y sufría por el mundo hostil que se abalanzaba a tu alrededor, asfixiando cada espacio de tu mente llena de ideales y sueños. Yo por mi parte no lo hacía tan bien, ya que estaba en un proceso confuso de transformación, creyendo que mis respuestas eran las más asertivas, donde a mis cortos años contaba con la sabiduría que necesitabas, pero siempre envidié esa capacidad de concreción tuya, esa que te permitía arriesgarte a hacer las cosas que fueran necesarias, mientras yo me quedaba solo en la ideas, siento que es justo decirte que te he echado de menos y es que no puedo olvidar el pasado, es más espero que me ayude a que recuerdes lo feliz que fuimos, dime si no recuerdas esa linda niña de la que te enamoraste, de la que te enamoraste de verdad, recuerdo que los ojos te brillaban cuando la veías venir, y la envidia me carcomía por dentro, fue la primera vez que temí perderte, pero me quedé a tu lado y guardé mis temores solo para mí, debo confesarte que aún cuando nunca te lo mencioné yo también la quise, pero al final de cuentas tuvo solo ojos para ti. No quiero que pienses que estoy recriminándote nada, solamente te cobro el tiempo que vivimos juntos, con mucha nostalgia te lo expreso, es acaso un pecado tratar de salvar el cariño que nos profesamos, me ha dolido mucho que me excluyeras el último tiempo de tu diario vivir, es cierto que la vida no ha sido justa contigo, pero aquello no te da el derecho a alejarte de todo y todos, a sacrificar lo bueno que teníamos solo porque alguien más te hizo daño, haz sufrido cosas que de seguro de haberlas vivido yo me habrían destruido, pero al final de las cuentas sigues ahí como un roble, mientras yo me caigo a trozos por tu ausencia, quiero que sepas que tus problemas me han dolido tanto como a ti, recuerdo que en otro tiempo cuando la desventura te golpeo decidí nunca alejarme, me quedé a tu lado en las buenas, en las malas y en las peores, lloré junto a ti y en lo posible curé tus heridas, al parecer fui demasiado bueno en eso, porque ni siquiera quedaron cicatrices, por lo menos suficientemente notorias para que tu memoria me evocara en un recuerdo concreto, y te hiciera acercarte a mí. Es cierto que durante mis crisis también me asististe y con tu vertiginosa manera de ver el mundo, me sacaste a flote, es por ello que no concibo tu lejanía, ya no respondes a mis llamados, ni siquiera los recaditos que he dejado en tu escritorio, tengo la impresión que de pronto es como si ni siquiera existiera, me enseñaste la importancia de nunca olvidar nuestras raíces, mientras que yo traté de mostrarte que lo que no te mataba te hacía más fuerte, lo que olvidé mencionarte es que la fortaleza no justifica la indolencia, esa maldita capacidad que tenemos de adaptarnos a lo peor y perder la sensibilidad, no quiero que me ignores, no quiero creer que no te importo, que te da lo mismo mi compañía y mi amistad, a pesar de lo que estés pensando quiero que sepas que estaré siempre que me necesites, y si de alguna forma te he causado algún mal, créeme que no ha sido adrede, solo espero que el tiempo me dé la razón, que puedas pensar detenidamente lo que he tratado de decirte y que por fin me des la oportunidad de seguir compartiendo contigo esta linda aventura de vivir, ya que tu silencio me hace daño y temo mucho perderte al fin. Con mucho cariño, tu amigo incondicional.
Respuesta al e-mail
Disculpa que no sea tan emotivo como tu al escribirte, sé que hace tiempo que no me contactaba contigo, sé que no es una buena excusa pero temía hacerlo, mi vida ha sido complicada el último tiempo y es que he tenido que arreglar algunas cosas, es cierto que me has hecho falta, pero decidí hacer bien las cosas, por ende te aleje de mis problemas, agradezco mucho la ayuda que me diste estos largos años, pero ahora debo seguir solo, llegó la hora de asumir la realidad y es que comencé un proceso nuevo, conocí a una buena mujer, pero no como la imaginas, ella me ha ayudado mucho a ordenar mi mente, me ha entregado las herramientas para enfrentar los males que me han aquejado por tanto tiempo y descubrí que la relación entre nosotros ya no es posible, por ende aunque te agradezco el tiempo que estuviste a mi lado, no me queda más alternativa que despedirme para siempre de ti, aunque me duela, debo aceptar la verdad, no te puedo desear que te vaya bien, ni que logres entenderlo, porque de hecho ya no podrás seguir existiendo, ya que solo fuiste una invención de mi mente, el tratamiento farmacológico ha hecho su parte, y poco a poco he entendido que fuiste el resultado de un quiebre en mi personalidad, como respuesta a una gran crisis, pero eso ya no importa, debido a ello te digo adiós y hasta nunca querido amigo imaginario. |