¿Recuerdas aquellas tardes en que jugábamos a deambular por el parque "Luis Emilio"?

Pues hace tres semanas atrás pasé al local de don Alfredo, el de los italianos gigantes...jaja...claro, en ese mismo! Tal como era de esperarse, me compré el italiano de la promo, aquel que traía una lata de bebida.

Coincide que la situación me recordó aquella tarde rojiza, ese crepúsculo particular que estaba con algunos cúmulos que nos retrotraía a nuestro grito; en esa tarde según yo, nos propusimos leer cada uno de los grabados de las esquinas que trazaban el parque...lo melodramático del viaje fue que no se podía ver ninguna leyenda de aquella caminata, pues estaban todas actualizadas en sus añejas historias, con algún graffiti.

Ahora repasaba aquellos espectáculos, que por por lo demás ya se me hacen bastante lejanos.







Tal como aquellos grabados.