Para suertes la de esta niña… No es por ser la abuela, pero siendo tan linda, bonita es, inteligente, muy bien le va en su trabajo. Es un poco rara, pero deben ser cosas de la generación. A veces la veo medio tosca, fría. Varias veces se ha desaparecido. Ni siquiera se enteró lo de la operación. Esa vez se apareció en el hospital tardísimo, justo cuando me sacaban de la sala esa. Encima cuando viene al cuarto me sale con “ahora si no estás con cara de monga”. Ni dos minutos de que me sacaran y me sale con eso. Ay, mi nieta, está bien que sea fuerte, que se haga la fuerte, pero no lo tiene que andar pregonando así, pues. De repente por eso la suerte que tiene con los novios. Que si se va a estudiar fuera, que si no está segura hasta que él se desanima, que si es un sinvergüenza, que si es muy grande para ella, que si es un mocoso... Y ni sigo porque para perlas hay millones. A la Rochi no le cuenta nada. Y eso que su madre no sé cómo salió tan buena madre. Que si fuera por mi ejemplo… No, mi Rochi salió al padre. Dedicada en cuerpo y alma a su familia, a sus hijos, a mis nietos. Ay, si algo le agradezco al viejo éste que ahora tengo que cuidar, además de que se haya ido al otro cuarto, es que haya criado tan bien a sus hijas. ¡Qué me iba yo a meter a las actuaciones de ese colegiucho en Ica! Y cuando vinimos a Lima… ¡menos! Pueblo Libre, a ese barrio no regreso nunca… Sólo aguanté porque el viejo me prometió una casita en Chacarilla. Felizmente la Rochi me entendió, me ha perdonado supongo. Aunque yo creo que no había nada que perdonar. Así soy pues, felizmente el viejo no. Él las llevaba, las traía, las paseaba, las llevaba al parque a montar sus bicicletas nuevecitas, hasta las medias y los calzones les compraba en abril, antes de ir al colegio.
Así es mi Rochi y encima se buscó a uno como el padre. Te imaginarás que nunca les faltó nada a mis nietos. Siempre sus útiles completos desde febrero, claro que comprados en el centro… nunca me habría dado para tanto. Ir a meterme con tanto cholo, para que me empujen, no gracias. Yo lo mandaba al viejo, total, en esa época sobraba la plata. Yo que él, mandaba a alguien con la lista a Lau Chun. Pero él se moría, tenía que comprarles a las bebes sus cuadernos… él tenía que llevarlas a que escojan. La Rochi era igualita, pero no había tanta plata. Su marido es bueno, pero el pobre, inteligente y todo, es muy bonachón. Si fuera un poco más sapo mi Rochi tendría de todo. Pero bueno, yo no me meto en eso nunca más. Tampoco es que les faltara. A los chicos les daban de todo, no se podían quejar. Les enseñaron con el ejemplo que la plata se valora. Yo a mis 85 recién aprendo metida en este hueco en Lince. Por lo menos no regresamos a Pueblo Libre.
Mi nieta los quiere a sus papás. Pero rara es. Su madre se desvive tanto por ellos que creo que los ahoga. El Toño la aguanta, chico está y tiene un carácter bien tranquilo. Uy, pero la otra… ni hablar. Para ella más de dos preguntas y ya está que se escapa de la casa con cualquier excusa. Se quejan de que nunca la ven, bien amiguera es. Anda de veleta en la calle, pero es bien responsable, primera de la promoción, cuadro de honor, medallas, diplomas. La Rochi no cabía en su pellejo cuando le venía con un premio. Pero ya tan acostumbrados nos tiene a todos... Buena chica es. No sé por qué esa suerte. Tonta no es, no la engañan así no más. Encima es contestona, hasta los debe espantar a los chicos. Su madre dice que es renegona. Yo siempre la veo sonriendo, pero me imagino que debe tener un carácter de miércoles. Nunca le he conocido un novio buenmozo, de esos que por lo menos tienen el derecho de ser picaflores ¿Qué será?
Como a mí me ve a la muerte de un obispo, si me aguanta los interrogatorios. La última vez vino a cuidarme porque su madre andaba de viaje y yo me acababa de caer. No te creas que por vieja, se rompió la pata del banco de la cocina. La cosa es que mi nieta vino y se quedó toda la tarde. El viejo entraba y salía con fotos antiguas, de esas que tiene regadas por su cuarto. Cuando se fue a hacer la siesta, nos pusimos a conversar. Hay que aprovechar las visitas para conversar, ni modo que me ponga a hablar con el viejo. Pero con esta chica… cuesta. No te suelta nada así no más. Pero más sabe el diablo por viejo que por sabio. Con cucharita, poco a poco me va contando. Esta última vez me contó un par… ya ni siquiera de una en una le pasan. El primero resultó ser el chico tranquilo, bueno, de esos que ella siempre manda a volar. Y ni mucho caso le hacía al principio, dice, pero al final cayó redondita. Se ilusionó y resulta que el muchachito este era un bandido. Apenas supo que ya la había convencido, le dijo que no estaba seguro, que con su trabajo entre Cali y Lima era complicado... La cosa es que le decía que ya no pero la seguía buscando y llamando y así pasaban los meses. Ella le creyó todo, lo esperaba paciente, bobas se ponen las mujeres cuando se enamoran. Y de pronto el fulano desaparece. Una semana y la otra seguía prendida al techo. La Rochi ni sabía qué tenía su hija. Después la bebe se entera de que el chico este se había ido a Cali a ver qué hacía con la panza de la novia. Regresó al mes, sin novia, sin paquete y a seguir fundiendo a mi nieta.
No sé si felizmente o por desgracia, pero ya la andaba consolando un compañerito del trabajo y cómo que se iba sintiendo mejor. Ay, pero su suerte pues. El chico se gana una beca y en dos semanas estaba sacando sus papeles para irse por tres años a estudiar. Mira si no es piña. ¡Y cómo esas le pasan a cada rato! Sólo un novio le hemos conocido, feito el pobre, pero parecía buen chico y se notaba que le convenía. Una camioneta bien grande y bonita tenía. Yo pensé que mi nieta se quedaba con ese. Pero rara es pues. Se hace la dura y la fuerte, la independiente, pero bien que quiere un marido para que la cuide, le compre de todo y ella mande a los chicos al parque con la nana. Ojalá que no se crea esas bobadas de la media naranja. Eso no existe, mira qué bien viví mis años y con el viejo éste al lado. Europa, Egipto, Japón… donde ponía el ojo, me llevaba. Y nada supe del otro. No quise preguntar y pase la página no más. El viejo ni se enteró de que la Rochi no era suya. Y era a la que más engreía. Nadie nunca supo nada. No había mucho que decir tampoco. Nadie quiere escuchar la típica historia de la quinceañera que creyó en cuentos de cenicientas y príncipes azules y le salió el tiro por la culata. Pobre viejo, nunca se enteró que hasta de novios lo seguía viendo al otro. Una es alocada, eso no es amor. No ves que apenas se enteró, patitas pa’ que te quiero, se mandó mudar. Me fui detrás de él, pero no pasé de Chincha y ya mi madre estaba esperándome en el terminal para traerme de los pelos a Lima. Fue lo mejor, la tontera se me pasó después de tener a Dante. Cuando terminé con los hijos, pude darme la vida que yo merecía. Y todo salió bien. Ahora ya no hay tanta plata pero tuve mis buenos años. Ya ni lo extraño, ya ni me acuerdo.
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