en el ayuntamiento sentado frente a un árbol un anciano hablaba... decía cosas ininteligibles con magia y ternura llenaba mi curiosidad... ¿de qué hablas?, pregunté me miró a los ojos y supe que no los tenía alzó sus manos y con sus dedos extendidos como un sol, cantó: ¡papá! le tomé las manos y lo llevé de vuelta al ayuntamiento donde gente de todas las edades esperaba su llegada... le cuidaron le dieron su calor le escucharon le cubrieron su viejo cuerpo... me di la vuelta un pájaro cantó: ¡papá!
Texto agregado el 21-11-2010, y leído por 200 visitantes. (0 votos)