En la Tierra existen hombres virtuosos, en Ganimia, más allá de nuestro sistema solar, todos son santos. En nuestro planeta, quien mide un metro noventa se vanagloria de ser altísimo, en la Luna, en aquella humilde esfera que ilumina tenuemente nuestras noches, un hombre puede –potencialmente- alcanzar los tres metros de estatura. Existen seres muy inteligentes en nuestro planeta, en Virosee, a quinientos años luz de la Tierra, todos son genios. Acá existen concursos para elegir a las más bellas, en Mixul, tercer planeta de uno de los sistemas solares de la galaxia de Andrómeda, son todos bellos, la fealdad sólo existe en las actitudes.
Y así, todo lo que consideramos excelente en nuestro planeta, es superado con largueza más allá de las estrellas y aunque tenemos clara conciencia de lo imperfectos que somos, nos empeñamos en creernos los dueños del Universo. Y los dueños son otros…
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