A mi criterio:

El amor y la atracción, dos palabras con significados diferentes; la primera, un sentimiento noble en todo sentido, el don único del ser humano manifestado en el afecto, el respeto, la confianza, la comprensión, la solidaridad y otras virtudes.

Así, no solo se entiende por amor al que se da entre la pareja, si no desde un contexto global, el amor a la familia, amigos, al prójimo en si, amor a los elementos que conforman la naturaleza, nuestro planeta y al Universo entero, amor a Dios.

La esencia del amor es poder ver la parte interior, desde un punto de vista de lo espiritual, es decir de adentro hacia afuera, ver estructura por estructura del espíritu y la mente, sobre todo de aquellos seres que forman o formaron una parte fundamental en nuestras vidas.

Sobre la atracción; vale dar un enfoque en base a hechos científicos, ya que para el amor, no hay ciencia que pueda explicarlo. La atracción aparentemente como que es algo superficial, pero esta se genera básicamente en nuestro sistema nervioso central (SNC) y en nuestro sistema hormonal (algunas glándulas endocrinas) las cuales son las responsables de regar las hormonas (masculinas y femeninas) dependiendo claro, por todo el torrente sanguíneo, las cuales al llegar a nuestro cerebro proporcionan información, que pasa de neurona en neurona en la sección especializada del mismo, no en vano se habla de “química”.

La atracción obedece a una ley biológica, no olvidemos que biológicamente compartimos ciertas semejanzas con los animales, por algo el Homo Sapiens, con todas sus categorías taxonómicas, pertenece al reino animal.

Por tanto la atracción física es un hecho innegable, un proceso natural único, por qué no decirlo así: milagroso, entonces por qué juzgarla mal, por qué verla como algo negativo o sin sentido…, no se.

De la atracción física parten otros aspectos que se van descubriendo poco a poco; en el caso del amor entre la pareja, esto es así, primero el conocerse hasta llegar a las cualidades profundas de cada uno, entonces es ahí cuando se da el proceso a la inversa, es decir se mira desde adentro (las cualidades, valores, espiritualidad, y también la forma de ser de cada uno, el carácter, etc.) hasta llegar a lo externo.

No siempre la atracción genera el amor de pareja, todo depende del interior de cada ser, se empieza a proceder y los procedimientos pueden ser tanto asertivos como equívocos, pero no se puede negar que cuando se establece el amor, la atracción es parte del mismo.

Para concluir: abrir el corazón es abrir la mente, es aceptar nuestra naturaleza como seres humanos, con las virtudes y defectos de cada uno, no podemos ser ajenos a una realidad, a los hechos, no somos de piedra, somos de carne y hueso, por nuestras venas corre sangre, mas allá de ser hombre o mujer, abrir el corazón y la mente ante estos hechos, puede permitirnos amar a plenitud.