LENGUA ILUSTRADA
Mientras su madre lo sostenía en brazos a la edad de diez meses pronuncio sus primeras palabras- “Mujer que me trajiste a este mundo de incertidumbres, ¿me facilitarías una de tus hermosas glándulas mamarias para extraer el néctar de la vida?”
Fue una gran suerte que no se quebrara el cráneo al caer después del desaforado grito que pego esa pobre mujer.
Hernán Bolm creció con el don de expresarse en términos complejos, si bien sufrió con las matemáticas y educación física el resto de su historia escolar fue brillante.
- Señorita docente-
- Si Hernán-
- Estoy para la anticipación práctica y urgente de una ontología histórica y rutinaria de mi yo sublime- anuncio
- Esta bien Hernacito andá al baño-
Estudio filosofía y letras en la universidad de Salta, los profesores al no entender del todo bien lo que escribía en sus exámenes lo aprobaban por miedo a quedar en ridículo.
La mesa examinadora de su examen final le preguntó: ¿Hernán nos podrías recrear el vínculo entre el arte y la historia?
- En el arte no hay espacios en blanco, ni sentidos reprimidos a la espera del artificio demiúrgico de una interpretación esquiva que modifica un contorno y elude otro como la ortofobia y la converfilia; la historia vaga errante entre subconscientes de desmesuras y vidas transcurridas con el dolor de botar a alguien en forma premeditada y luego llorar su fracaso por los pasillos de tribunales-
Los pensamientos de los decanos fluctuaban entre la duda de encontrarse frente a un charlatán ó al genio del siglo. Cada uno con la misma lógica implacable cavilaron: Si lo apruebo y no es un genio, será uno más de los miles de doctores mediocres que pululan por el mundo, por el contrario si lo repruebo y es efectivamente un genio quedare en la historia igual que la maestra que sugirió un retrazo mental en Einstein.
-Señor Hernán Bolm, usted ha sido aprobado en forma unánime por este comité evaluador, lo felicitamos Doctor- pronuncio con voz solemne el jefe de carrera.
No todo era color de rosas en la existencia de mi personaje, su vida social era un caos, las chicas de su edad huían despavoridas al escuchar sus enrevesadas conversaciones y los hombres no soportaban lo que consideraban una soberbia verbal descomunal.
Pasaron los años de esta vida extra-ordinaria, digna de un cuento. Ya cuarentón dando una charla sobre la historia del arte según Crotosky, en una pequeña galería del interior, comenzó a descubrir una faceta favorable de su extraño don; a ciertas mujeres maduras el hecho de no entender un pomo lo que Hernán relataba les producía una manifiesta excitación.
- Mujer tus ojos me remiten un superfluo caudal de pócimas omnipresentes rebotando una y otra vez en la superficie de la nada- le comento al oído a una anónima concurrente
- Seguí papito!, ¿Podemos continuar en mi departamento?, no pares de hablar por favor- todo esto mientras lo tomaba del brazo y lo sacaba violentamente del lugar de la charla.
Ese fue un punto de inflexión en la vida de Hernán, donde podemos detenernos a detallar su ahora abundante vida sexual ó la extraña estructura que articula la mente femenina. Pero prefiero, para no disgregarme, que continuemos hacia el sorpresivo e inesperado final, que no será brillante, pero es lo que hay.
Hernán por fin encontró su verdadera vocación; seducir incautas maduras a las que mantenía en un estado de permanente fogosidad mientras las esquilmaba poco a poco de la mayoría de sus bienes.
Al poco tiempo amaso una considerable fortuna y su sistema de seducción lo llevaba a cabo por simple placer.
En el mismo pueblo del interior, en la misma galería de arte dictaba otro cursillo sobre la visión de Chordiyev acerca de “La Cienaga”. Escogió cuidadosamente a su victima, una mujer con pinta intelectual de hermosas manos y al final del curso con la champaña barata de rigor le susurro al oído.
-Que sintomatología extraña la del sol que supone un rigor freudiano en el momento de la expulsión de esquirlas numéricas sobre tu boca- le dijo ganador.
A lo cual la mujer le contestó- Te equivocas, es la luna con su rotulo binomial la que difiere y converge en su auto estimulación cuando se ducha.
Hernán, perplejo no entendió nada.
Esa fue la última vez que se vio a Hernán Bolm, dejamos abierto a la imaginación del lector su destino; podemos sugerir un suicidio ó que se dedica a plantar papas andinas en Cachi, ustedes dirán.
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