Noviembre de 2010. Desde BC y sus maravillas naturales
Cuando se viaja por tierra hasta Tijuana desde el interior del país, uno de los paisajes que más asombra por su imponencia, es la Sierra de Juárez, en su porción conocida como la Rumorosa, al recorrer la sinuosa carretera que asciende desde aproximadamente 3 metros bajo el nivel del mar en Laguna Salada, hasta más de 1000 metros de altitud, preguntándonos: ¿Cuál será el origen de esta montaña, su paisaje de rocas desnudas y grandes precipicios?
Entorno montañés tupido de árboles, donde se aprecia que el viento al pasar entre las ramas de los pinos, se transforma en un delicioso rumor musical.
Este fue el motivo por el que se bautizo a la serranía: La Rumorosa.
Es la punta norte de la columna vertebral montañosa de nuestra entidad, zona intermedia, fronteriza entre dos regiones de Baja California, el desierto y la sierra.
Desde ahí, se pueden ver el valle de Mexicali en su desértica grandeza, y de de ella, podemos comenzar el viaje al interior de la península, rumbo a sus praderas, bosques, viñedos, y el clima del mediterráneo.
Aunque la sierra de la Rumorosa no es sólo una zona geográfica, una simple articulación entre dos ecosistemas.
Quienes la conocemos, sabemos que es una serie de montañas de roca desnuda, cuya belleza a seducido y ha sido descrita como un paisaje apocalíptico, como el hogar de dioses ancestrales.
Pienso que la Rumorosa, es una de las siete maravillas naturales de Baja California, junto con el Valle de los gigantes, la Bufadora, la Sierra de San Pedro Mártir, la Laguna Salada, las islas del mar de Cortes, y el paso de la ballena gris por las aguas del Pacifico.
La Rumorosa, nos revela lo que somos, a partir del propio paisaje, nos define como seres humanos en nuestro poblado, lleno de prodigios naturales, que nos precisan como sociedad.
Desde BC y sus maravillas naturales, en mi rincón existencial.
Andrea Guadalupe.
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