Noviembre de 2010. Me tienes a mí, que te puedo escuchar.
En un correo personal, señale un comentario de Peter Kingsley, escritor y filósofo: En México, tenemos todo lo que necesitamos, sólo que necesitamos que se nos enseñen lo que tenemos.
Y sin perder el tiempo, desenfundando la realidad, esa arma que se pone como evidencia en medio de los ojos, la persona destinataria me objeto: ¿Qué tiene México?
¿Qué nos ofrece este país para que vivamos en él?
Así, con la ronda de pensamientos, me he quedado dando vueltas en el imaginario de una nación, la mía, la tuya, la de nuestras familias.
Reflexionando en que posee mí país, para responder a quienes con razón, sólo que sin corazón, me cuestionan con dureza.
¿Qué tiene México?
Y yo, muestro, pinto, dibujo, describo con palabras este paisaje.
Tenemos el futbol como pretexto para apagar el televisor y leer un libro.
Porque tenemos a Octavio Paz, Carlos Fuentes, Monsiváis, los cuentos de José Agustín, los poemas de Jaime Sabines, Lauro Acevedo.
Tenemos las telenovelas, para saber de donde surge tu nombre: Esmeralda, Marimar, etc.
Tenemos nuestra propia historia de hadas lujuriosas que no ajustan con la realidad.
Tenemos el cine de los hermanos Almada, para saber qué no hacer en las películas, que es como saber lo que no hay que hacer en la realidad.
Tenemos a Juan Gabriel, que puede ser como tú, como yo, sólo que además compone y canta.
Tenemos todo un calendario…Santificado...para tomar cerveza, vino o tequila, porque aquí, todos los días, hay un santo que celebrar o una fiesta que organizar.
Tenemos el amor el amor perdido, es decir, el gran pretexto para salir a buscarlo a la calle.
Tenemos la rebeldía musicalizada de Gloria Trevi, el chocolate de la abuelita, y los noticieros diarios que no fallan en decir boberías todos los días.
¿Qué de cosas no tenemos?
Y sobre todo, tenemos el deseo de cambiar la carne viva en la sal, del descontento, ese que nos dice: No a la anestesia de los anuncios que quieren hacernos creer que repitiéndonos 30 veces cada 5 minutos, que estamos bien, que no pasa nada, que nada es posible, menos cambiar la realidad, si no es con el poder de tu firma y usando su shampoo.
Y, además, me tienes a mí, que te puedo escuchar.
Alguien que…puede ofrecerte una respuesta, aunque no sea lo que quieres escuchar.
Desde BC, me tienes a mí, que te puedo escuchar en mi rincón existencial.
Andrea Guadalupe.
|