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... aquí... en la próxima salida toma la derecha.


Rugía el motor del Volkswagen Golf por la vía poco alumbrada de la carretera que salía de la ciudad. La radio, según lo que chicharreaba a causa del alto volumen, presentaba una canción de Cerati en solitario, un tributo en español a algún grupo inglés, pudiera ser... Estoy algo borracho, pienso...


" Motel Pompeya "


El citófono en el portal de la entrada me guiña su ojo rojo, me invita a comunicarme...


- Buenas noches - dice una somniolenta voz femenina.


- Eehh... buenas noches... una habitación... por f...


- Una cabaña - me corrige.


- Sí, eso...


- Tres horas, o toda la noche?


- Toda la noche.- respondo. "Me tengo fe, o estoy algo borracho..." me repito.


- Cabaña 10. Adelante por favor.


- Gracias.


El portón eléctrico se abre por arte de magia, la luz roja del citófono me vuelve a guiñar su ojo pícaro. Avanzo contando los números de las cabañas. Casi todas están ocupadas, autos de todos colores, aunque me es difícil reconocer las tonalidades bajo la anaranjada luz de los faroles, o estoy algo borracho... digo yo.


10. Aquí es.


Se detiene el motor, y también Lucybell con su "Caballos de Histeria".


- Llegamos - digo, por todo comentario. La mina me mira y se ríe.


- Si poh... llegamos.


Me besa, se lanza por sobre la palanca de cambios, se monta sobre mí. Muevo el asiento hacia atrás, sin dejar de agarrar... Estoy a punto de rajarle la ropa aquí mismo, no tengo tiempo para huevadas...


- Ya...ya... déjate - me dice la mina - Entremos... rápido, vamos a la cama...


- Bueno... - me tomo un sorbo de pisco de la botella bajo mi asiento. - Vamos.


La cabaña se abre, y es lo usual. Una linda pieza, una cama, un espejo gigante... Suena de nuevo un citófono... Me cuesta encontrarlo...


- Aló?


- Buenas noches... Motel Pompeya le agradece su... (blah, blah, fucking blah...)... qué tragos son de su elección?


- Eehhh... un combinado de pisco y ginger ale... y... ?- miro a la mina.


- Lo mismo.


- Lo mismo, osea, dos... - digo a mi interlocutora citofónica.


- Video?


- Video? - dudo - eehh... si... video. - Me gusta tirar con porno, pienso... o estoy algo borracho...


- Perfecto... son xxxx pesos. En el torna mesa por favor...


Miro esa caja al costado de la habitación. No se parece mucho a un tornamesa, ni siquiera veo vinilos. Da igual.


- O.K.... buenas noches. - me despido.


Otro sorbo a la de pisco. Dejo la plata en el "tornamesa", y me tiro de cabeza a la mina.


Besos, caricias, quiero quitarle toda esa ropa... debimos haber venido en pelotas, pienso... que pérdida de tiempo... la mina mira el techo, las paredes...


-Qué onda?- pregunto medio desanimado.


- Nunca has pensado que alguien te pueda estar mirando? - me dice la mina. - No sé, el espejo tan grande... como es las películas gringas de los policias y los interrogatorios...


Me río.


- No... osea... no lo había pensado... en realidad me da lo mismo. Al menos a esta hora, en estas condiciones... Relájate...


- Pon música - me dice.


El interruptor sobre mi cabeza solo sintoniza dos emisoras... La FM Dos, y la Imagina...


La Imagina será.


Mas agarre esta vez, con nuevos bríos. Comienzan a volar las prendas, se desnudan los cuerpos bajo esa luz tenue controlada por el dimmer... Se calientan los ánimos, veo que no fue mala idea venir, no fue malo salir hoy. Todo bien.


Tiramos. La ropa revuelta por la cabaña. Envases de preservativos en el suelo. Las mechas revueltas, los cuerpos mojados, y los dos, enfermos de calientes apareándonos como animales.


Prendo un pucho y enciendo la tele. Una rubia tetona se masajea su sexo a medio vestirse. De la nada aparecen dos compañeras, y le apoyan en su causa... Y un negro... un negro que primero observa la faena... luego entra a la batalla. Ahora es una orgía, de esas con las que he soñado desde la pubertad. Vuelvo a la carga...


Tiramos otra vez, yo sin sacar los ojos de la pantalla. Gemidos, gritos, mezclados con los de las rubias y el negro del video... Bebo más pisco, pasa como agua a estas alturas... Apago la radio... no somos románticos a estas alturas... eso se nota.


Tirar... tirar... tirar...


Es tarde... o temprano quizás. Depende de quien esté contando la historia. Nos dormimos exhaustos cuando los pajaritos de la primavera anunciaban un nuevo nacimiento del rey Sol.




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Despierto. Hace calor... debe ser mediodía, más o menos. Me duele la cabeza, y la mina huele a trago. Y a pucho. No soporto el hedor, a pesar que yo debo estar igual. O peor. Me levanto a mear. Me miro al espejo, y me cuesta reconocerme en la imagen. Demacrado, ojeroso... estoy arrugado, me digo... estoy más viejo. Lo único que brilla en aquella faz reflejada son los ojos. Ojos felices.. ojos de victoria.


La mina despierta, abre los ojos, me mira y sonríe, mientras me acuesto de nuevo a su lado. Me besa, me abraza y me propone una despedida. Acepto.


Tiramos... y aunque ya no es como lo mismo, trato de cumplir como corresponde. Ya no hay condones, creo. Me la juego de todas formas. Luego de un rato, de un par de puchos, risas confidentes y caricias, objeto que sería bueno que nos fuéramos... que ya es tarde, que tengo cosas que hacer (un domingo por la tarde?)... vámonos mejor.


Ducha, vestirse, salir... Me acerco al citófono, lo levanto y espero a la recepcionista, que para esta hora debe ser otra,


-Buenos días- saludo con toda cordialidad.


-Buenas tardes, señor- me corrige nuevamente la tipa.


-Perdón... buenas tardes. Eeehh... bueno, voy a desalojar la cabaña 10 en 15 minutos... asi que...


- Perfecto señor... en cinco minutos más le dejamos en el tornamesa su Video... que haya tenido momentos agradables en Motel Pompeya... buenas tardes y gracias.


-Gracias... - es todo lo que atino a decir antes de que la recepcionista cuelgue... Video?... no, no creo que...


-Que te dijo? - pregunta la mina, a medio ponerse el pantalón.


- Eehhh... no... nada... vámonos no mas...


Suena el tornamesa. Abro la cajita. Hay un CD si rotular, con un post it escrito con lápiz pasta: "Gracias por preferirnos, esperamos que SU video sea de su agrado".





Texto agregado el 17-11-2010, y leído por 141 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
17-11-2010 me imagino que el caballero le hizo una copia a la dama,no?***** pensamiento6
17-11-2010 Jajajajajaja, qué final! Bueno, con tanta producción, el regalo debe haber estado bueno, no? ;) Me entretuvo tu historia. La_Aguja
 
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