Quiero esa inmortalidad de cangrejo y un poco de tiempo en el pretérito. Olvido como es un respiro aliviado y un sorbo contento, contento como canto de verano. Mejor es dormir y parecer despierta, subir colinas y bajar rodando por ellas. Estar seca, color de tronco y piel muerta, estar sedienta. Amar las horas por tener pesadillas de tiempos mejores. Adorar un cuerpo por no tenerlo. Calar miedos, callar verbos. Hacer de todo un juego terco, unas derrotas blancas. Quiero retornar con una ventisca de polvo y toser las letras que se desprendieron de la adolescencia. Esto no es vivir, ni estar, ni escribir.