Como avalancha de nieve,
frías, dolorosas, caen sobre mi las palabras,
que hirientes sin quererlo, llegan hasta mi,
como puñaladas de hiel, quemando mis ojos
cual fuego enrarecido
por la ausencia de tu ser entre tantas letras.
Te siento lejano, tanto como esas constelaciones
que admiré tantas veces pensando en ti,
te siento ajeno, sin esa chispa que vi en ti,
y que hizo que mi corazón deseara correr a tus brazos;
pero ya no hay luces en tus ojos,
ni palabras escondidas de amor para mi.
Fugaz… esa es la palabra que te describe…
como las estrellas fugaces que atraviesan el cielo,
esa que deseas siga iluminando la noche para siempre,
pero que siempre termina su travesía,
a pesar de tu deseo de seguir deseando,
de seguir soñando despierta.
Fuiste mi estrella fugaz,
pero decidiste dejar mi cielo,
para tomar otros rumbos,
tal vez cumplir otros deseos,
pero aún así, a pesar del tiempo,
del silencio, y de tu error,
sigues iluminando esta alma
que guardará siempre un trozo de mi cielo, sólo para ti…
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