La palabra RESPONSABILIDAD de primera intención parece conllevar un significado de carga o peso en tiempo y costo para la persona
que adquiere una mascota, sin embargo también podemos darle el sentido
de “YO RESPONDO”.
Yo respondo por tener a un ser vivo que es sensible y sensitivo como mi mascota, por el tiempo breve que le puedo brindar cada día, como tomarme unos minutos para cepillarlo, jugar o hacerle cariños, de enseñarle a hacer “pipí” y “popó” cuando corresponda, y en el lugar adecuado sin traer al resto de la
familia perjuicios de espacio o salud. El tiempo de bañarlo. El tiempo de educarlo para que no muerda los muebles y alfombras, de entrenarlo para traer las pantuflas y el periódico.
Yo respondo de llevarlo al Medico Veterinario para prevenir enfermedades a través de un correcto y seguro calendario de vacunación y
de por lo menos una visita anual.
Yo respondo para que no se salga a la calle y pueda ser atropellado o de que muerda a algún vecino.
Yo respondo por sus necesidades de alimentación sana y adecuada para que no engorde o esté flaco o mal alimentado. De cubrirlo del frío o del calor excesivo y sofocante.
Yo respondo porque mi mascota no tenga parásitos en el corazón, en el intestino o en su piel como las garrapatas, para que éstos no
perjudiquen su salud y por consecuencia por convivencia de mi familia. Por el buen estado de sus encías y dientes cuando es cachorro o cuando sea adulto y esto le permita mayor longevidad.
Yo respondo por su descendencia, de entregarlos en hogares donde también se responsabilicen por sus necesidades físicas, de salud, atención y tiempo. Y por esterilizarlos o no cruzarlo cuando su edad reproductíva le
pida reposo.
Yo respondo por su comportamiento en la calle o en la casa de los vecinos de no dejar sucio o destruido, de enseñarle buenos hábitos, de
respetar zapatos y ropa, de no ser agredido por otros animales o personas.
En fin, de serle leal, y de RESPETAR SU DERECHO A LA VIDA, de tratarlo
con cortesía y dulzura.
Hoy, soy responsable por la decisión a tomar, de tener una mascota en mi familia, como mi compañero y amigo.