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dicen que los muertos no hablan, que se van, disolviéndose en la nada, en el éter... quise imaginarme echado en el lecho mortal, pleno de dolor, solo como un perro, en un lugar alejado y si más gente que los pobres y mudos del mundo... voces que no puedo escuchar con claridad, miradas húmedas y llenas de muertas ilusiones... mis manos están pegadas a la cama, no puedo sentirlas, pero, como siempre, allí están, como cola de gato muerto... puedo escuchar y ver a personas que han pasado al otro lado, mirándome, esperando la partida de mi último aliento… todos tiene los ojos secos, sus caras grises, sus piernas largas y delgadas, como flotando en el aire… miro a mi costado y veo un grupo de niños, de diferentes edades… empiezan a cantar, muy bajito, como si temieran despertar a los vivos, luego se callan y empiezan a perderse en cada esquina del cuarto, como cucarachas… la oscuridad llega, y es como una nube que se arrima a mis ojos… todo es frío, pero, noto que una luz empieza a brillar y no sé de dónde ha brotado. oculta todo a mi alrededor… es seguro que estoy en el final del camino… algo de mí me dice que respire despacio, que esté en cada aliento… de pronto siento que estoy en el último de todos mis alientos… este es hermoso, como la primera vez que vino… le observo, le siento, me dice cosas hermosas, me llama, no le dibujo pero me invita a seguirle… a un lado, ajeno a mis sentimientos, todo empieza a oscurecer, aún puedo sentir la marcha del último aliento, es como si fuera la mano de dios, extendiéndose a mí con bondad… algo dentro de mí teme y no sé por qué lo hace. me impide seguir aquel sentimiento de niño… quiero levantarme, salir de este entumecimiento, y romper las cadenas que me atan a esta realidad, a esta soledad, a este cuarto vacío y alejado de todo… de pronto recuerdo el nombre de un amigo que conocí hacía años, cuando niño… lo pronuncio y éste aparece ante mis ojos. me coge con una sonrisa elástica y pegajosa, como si fuera una cadena invisible, llevándome hacia la mano de dios… me voy, mientras todo lo bueno, malo, bello, feo, duro, suave, llantos, risas, etc., quedan atrás… no sé cómo decirlo, pero siento que estoy en todos lados, en cada punto de toda percepción… y en los sueños y recuerdos, puedo ser, conversar y sentir a mis seres más amados… como mis libros, mi madre, mi hermano, mi perro, mis sueños… todos están a mi alcance, en todas partes y puedo entenderlos, escucharlos, como la primera vez… |
Texto agregado el 13-11-2010, y leído por 203 visitantes. (2 votos)
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