que delicia tomar la palabra y depedazarla sobre el papel, dejando que la tinta se derrame lentamente mientras afilo los dientes en la madera para penetrar en la inmundicia humana.
degollar el lenguaje de una manera exquisita, encima de los ojos padeciando de existencia por las generaciones de hombres y mujeres.
de los senos se derramaba la leche de la verguenza pueril.
Trozo el poema esta tarde bucolica en tus manos, para que el silencio arranque el corazón con sus manos.
come de mi utero que da pequeños partos dolorosos y largos, y me muerdo la boca en cada pensamiento en cada instante, el flash back infinito de la escena...asi termino de erisarme, suspiro mi ultima gota de arrogancia para no hablar más, ya que me susurraron los arboles, que la palabra es un VIRUS gigante que engendra pequeños demonios