En la soledad de mi cuarto te escribo esta carta, hace tiempo que debería haberlo hecho pero mi tren no ha parado hasta hace tansolo un instante. Y la vida me ha dicho que este era el momento para hacerte saber cómo estoy, cómo me va, cómo son mis días y mis noches.
Hace mucho, mucho tiempo, cuando mi vida metamorfoseó, me sentí feliz. Ahora dejé la condición de gusano y entreabrí mis alas, dispuesta a volar.
Pero las corrientes de aire son demasiadas para mí.
Hoy soy un pájaro lisiado, un águila hambrienta y cansada que mañana olvidará el ayer, donde el hoy cicatriza de manera sobrenatural, y se abre con facilidad, sin determinaciones de ningún tipo. Sin avisar.
Y sin avisar mañana recibirás noticias de mí, cuando yo ya lo haya olvidado, el dolor, el hoy, tu existencia. Mañana no lo recordaré, pasado quizás sí, pero vivo tan rápido que todo se me mezcla. |