Quiero mi queso, amargo y oloroso.
Después de una situación tan mala y desabrida,
Un sabor fuerte como el del queso artesanal me serviría.
¿Y si lo acompaño con un vaso de cerveza oscura…?
Cebada tostada, o quizás un poco de vino dulce,
¿O una sidra helada?
Como sea el queso debe derretirse en mi paladar
Amargo y oloroso
Casi putrefacto, pero sabroso
Lo saco de la alacena, llena de platos
Y el cuchillo lo rebana en láminas gruesas y grasosas
Pero mis manos tiemblan, y no es el queso el culpable
Es la pena que me invade
Los malos momentos
Y las malas discusiones…
Oh que lamento del que el queso es testigo
¿Pero que digo?, Cómo si el queso fuera un amigo
Si es amargo como la bilis
Y amarillo como la hepatitis
Si es fétido como un alma descompuesta
Y grasoso como… lo que sea…
Así que tomo el queso, y lo llevo a mi boca
Lo mastico y trago con pena y dolor
Con angustia…
Y combato la amargura con la amargura
Pero el queso… el queso…
Poco más puedo decir de ese queso
Que solo trajo más dolor