en el tiempo que conducir moto aprendió, muchos golpes Melquíades el perro recibió
la lora lo exhortó, a que renunciara a esa empresa de conducir, aduciendo que tantos golpes en la cabeza, podrían dejarlo bobo o loco, pero al perro el consejo le importó poco
y se cumple el vaticinio !, cuando aprendía a hacer volteretas y a saltar por los aires, con una palma chocó y a su cabeza un coco le cayó
algunos días con chichón y dolor pasó y varios meses un tanto “turuleco” quedó
cuentan que por ese tiempo, dar una vuelta al mundo en moto lo obsesionó
la gata Tita Tulia lo quiso acompañar y casco e indumentaria de motorista fue a preparar
- perros y gatos no somos amigos, pero dado su especial interés, la nombro mi copiloto -, dijo el can, y juntos partieron en esa aventura de la moto
a mitad de camino, al otro lado del mundo, la gata el control del aparato tomó y a un hueco que atravesaba el planeta, piloto, copilota y moto cayó y en instantes, al lugar de partida la nave llegó
se había batido el record mundial de vuelta al mundo en moto a la mitad del tiempo, el ratón confirmó y a los tripulantes gran homenaje y discurso brindó
la gata a no volver a conducir aparato alguno y a los perros y ratones estimar prometió
del golpe y los aplausos a la llegada en este lado del mundo, el perro la cordura recobró, a sus amigos abrazó y soñar con viajes largos y perseguir gatos por siempre olvidó
la lora, a Dios gracias dio por haber visto a su perro amigo de la locura motorística escapar, puso en la rocola notas a sonar y todos salieron a bailar
entonces el elefante don Gregorio, presuroso a casa fue a ponerse el traje y perfumarse para al jolgorio sumarse
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