cuentan que una vez, todos los animales se disfrazaron a la vez
el león de perro se vistió,
el perro pegante se untó, pajas se colocó, melena de hilos se puso y disfrazado de león quedó y cuando al zorro reconoció, por desjuiciado la entrada a la fiesta prohibió
don elefante, serios inconvenientes tuvo, por su tamaño solo de hipopótamo disfrazarse pudo
la lora que quiso ser jirafa y en zancos se montó pero en los primeros pasos al suelo se cayó
- si de jirafa quiero vestir y estar, reposada y sin caminar debo procurar -, pensó la lora
pero cuando los ánimos y parlantes con melodía bailable se encendieron, la lora de esas alturas se bajó, el deseo por ser jirafa se le pasó y presurosa al elefante para bailar buscó
- elefante amigo mío, Gregorito, ¿ dónde estás que no te veo ?, bailar con su persona yo deseo -, gritaba la lora
don elefante levantó la mano e identificado en la multitud de disfraces, las concurrentes damas hicieron cola para bailar con él y tuvo el ratón que asignar los turnos por él
- ahora le toca a doña lora -, dijo don Pérez el ratón
el elefante llevaba bailando mil piezas de danza y mas que por galantería que por estar cansado dado el enorme peso de su panza, con la lora bailó la última tonada antes de caer su humanidad extenuada y su habilidad bailable en piso y vuelta nada
don zorro que no había entrado al jolgorio y mucho menos danzado, rápido fue a casa a disfrazarse, pero doña zorra por una pilatuna anterior lo tenía castigado y en casa quedó encerrado
entonces el zorro se puso un disfraz que grandísimo le quedó, dijo ser un elefante y a su esposa mintió
engañada la puerta doña zorra abrió y la granuja a la fiesta corriendo se fugó
instantes después, sin haber siquiera probado las mieles del baile, en camilla a su casa el zorro regresó, porque un elefante con una elefanta lo confundió, fuerte abrazo le propinó, encima se le arrojó y sus huesos casi que desbarató
jolgorio terminado, el zorro mismo se condenó a permanecer otros varios meses sin salir de casa, acostado y magullado, como si una manada de elefantes por encima le hubiera pasado
moraleja a loras y zorras que gustan de bailar con elefantes :
en pachanga, festejo,rumba, bailón o jolgorio, a bailarines pequeños, cuidado con pareja grande, ¡ extremen medidas de precaución !
un resbalón de ésta, puede arruinarles la fiesta, botarlas a la cama, o peor, mandarlas hospitalizadas al sanatorio
y como Pinocho malherido pueden terminar por un descuido
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