Me senté en l borde de la cama viendo los pálidos primeros rayo de sol que se colaban por mi persiana. Mi querido amante siguió sumido en sus sueños no se percato que después de la sesión de amor, sexo y una mezcla de monotonía también no había podido conciliar el sueño.
Era usual siempre he sido insomne pero esta vez era distinto…me disponía a dormir cuando salto en mi cabeza esa cosita que quita los sueños y los invade de preocupaciones e ideas fijas. Duda, así se llama la malvada mientras duda pasea por los campos de mi mente, me fumé no se cuantos cigarrillos, tome las agüitas de vieja que se supone que te hacen dormir y nada, ella persistía cantando una canción que me estaba dejando sorda no podía escuchar mas a mi alrededor ni el sonido del tren que cuando pasa ya casi parece que la casa se viene encima.
De un lado a otro, sentada, parada, de cabeza hasta quise despertar al bello durmiente del bosque que yacía en mi cama por qué sola no podía seguir así… que me haga compañía para eso está. Pero no se inmuto solo me dijo -acuéstate a mi lado y cuenta ovejas- con una sonrisita socarrona.
Duda se reía de mi... Antes me ayudaba éramos mas o menos amigas pera esa noche no llego de buen humor y acabo con mi descanso corporal y mental. Horas pasan y amaneció al fin. Ahh! Gracias al cielo ahora tenía otras cositas que paseaban por mi mente que ahogaban la vocecita de duda, se que volverá esta noche o mañana no se cuando se le de la gana seguro se fue satisfecha en parte.
-Te molestaría cerrar la persiana mi cielo?- Dijo somnoliento el bello durmiente.- He dormido de maravilla- dijo- y tú?-